DIONISIO DE ALEJANDRÍA
Exégesis de Lucas
(fragmentos)

I
Sobre Lucas 22,42-48

Jesús dijo: Padre, si quieres y fuera posible aparta de mi esta copa, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya.

La frase "deja pasar la copa" no significa que no se acerque a Jesús la copa del sufrimiento, porque ciertamente es necesario que ésta se acerque a él. Así, lo que Jesús está diciendo es que él toma para sí a la humanidad entera, y asume la voluntad del Padre con respecto a la condición humana. Porque la voluntad del Padre era que Jesús pasara por todas las pruebas, pero no para que la prueba fuese la meta misma, sino para que Jesús las superase todas, y demostrase que estaba por encima de todas ellas.

Ciertamente, es un hecho que el Salvador no pide lo que es imposible, ni lo que es impracticable, ni lo que es contrario a la voluntad del Padre. De hecho, Marcos se hace mención de sus palabras: "Abba, Padre, todo es posible para ti". Así que, żque significan las palabras de Lucas "Padre, si quieres, aparta de mí esta copa"?

Pero las palabras dadas por Marcos y Lucas deben introducirse en su contexto apropiado, porque Marcos dice: "No sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú", y Lucas dice: "No se haga mi voluntad, sino la tuya". En ese sentido se expresó Jesús, queriendo que su pasión pasara pronto y llegara pronto a su fin. Al mismo tiempo, era voluntad del Padre que Jesús llevara a cabo su lucha, de una manera que exigiera un esfuerzo sostenido y en la medida suficiente.

Como se ve, Jesús no pide al Padre lo que el Padre no quiere, porque las palabras "si estás dispuesto" demuestran su sumisión y docilidad, y no son fruto de ignorancia o vacilación. Por eso, la otra escritura dice: "Todas las cosas son posibles para ti". Es lo que también describe admirablemente Mateo, al subrayar la sumisión y la humildad de Jesús cuando dice: "Si fuera posible". Si no se adopta esta explicación, quizás algunos atribuirán una significación impía a esta expresión "si fuere posible", como si hubiera algo imposible para Dios.

Sin duda oró Jesús en primer lugar para que el cáliz pasara de él, pero también dice: " Pero no sea como yo quiero, sino como tú". Por una parte, anhela dolorosamente que se vaya el sufrimiento de su lado humano (de la humanidad), pero sabe que es mejor que sea como quiere el Padre. En efecto, en un segundo lugar no pide Jesús que se vaya o aparte el sufrimiento, aun cuando ya tiene ante sí la posibilidad de que se vaya, sino que prefiere que se ordene como quiere el Padre.

En efecto, hay una doble clase de retirada en la petición de Jesús. La hay cuando un objeto se ha mostrado y ha alcanzado a otro, y se va inmediatamente al ser seguido por él o al adelantarlo, como sucede con los corredores que se rozan al pasar. Y la hay cuando un objeto ha permanecido y se ha quedado con otro y se ha sentado junto a él, como sucede con una banda de merodeadores o un campamento, y después de un tiempo se retira cuando es vencido y obtiene lo contrario de un éxito. Porque si prevalecen, no se retiran, sino que se llevan consigo a los que han reducido; pero si no pueden lograr el dominio, se retiran ellos mismos en desgracia.

Ahora bien, según la primera analogía, Jesús quiso que el cáliz viniera a sus manos y pasara de él con gran rapidez y prontitud; pero, tan pronto como habló así, fortalecido en su humanidad por la divinidad del Padre, insta a la petición más segura, y ya no desea que esto sea así, sino que se cumpla según el beneplácito del Padre, en gloria, en constancia y en plenitud. Porque Juan, que nos ha dejado constancia de las palabras y acciones más sublimes y divinas del Salvador, lo oyó hablar así: "Y la copa que el Padre me ha dado, żno la he de beber?".

Ciertamente, Jesús dijo la verdad, Jesús bebió la copa de inmediato en su pasión, y luego falleció. Y el vinagre que le fue entregado me parece que fue algo simbólico. Porque el vino convertido indicaba muy bien el cambio rápido que experimentó, cuando pasó de su pasión a la impasibilidad, y de la muerte a la inmortalidad, y de la posición de uno juzgado a la de uno que juzga, y de la sujeción bajo el poder del déspota al ejercicio del dominio real. Y la esponja, según creo, significó la transfusión completa del Espíritu Santo que se realizó en él. Y la caña simbolizó el cetro real y la ley divina. Y el hisopo expresó esa resurrección vivificante y salvadora suya, por la cual también nos ha traído salud.

"Beber el cáliz" era cumplir con fortaleza el ministerio y toda la economía de la prueba, seguir y cumplir la determinación del Padre y superar todas las aprensiones; y, de hecho, en la misma oración que pronunció mostró que estaba dejando estas (aprensiones) detrás de sí. Porque de dos objetos, uno puede decirse que se quita del otro: el objeto que queda puede decirse que se quita del que se va, y el que se va puede decirse que se quita del que queda. Además, Mateo ha indicado con toda claridad que, en efecto, oró para que el cáliz pasara de él, pero que, sin embargo, su petición era que esto sucediera no como él quería, sino como lo quería el Padre.

En consecuencia, él (el Padre) presentó a todos los que lo asaltaron. Pero de los dardos que fueron lanzados contra él, algunos fueron destrozados y otros fueron derribados como con brazos invulnerables de acero, o más bien como desde la roca dura e inamovible. Golpes, escupitajos, azotes, muerte y levantamiento en esa muerte, todo vino sobre él; y cuando todo esto pasó, se quedó callado y soportó con paciencia hasta el fin, como si nada sufriera o ya estuviera muerto. Pero cuando su muerte se prolongó y cuando ya lo dominaba, si podemos decirlo así, más allá de sus máximas fuerzas, clamó a su Padre: "żPor qué me has abandonado?".

Esta exclamación estaba en perfecta armonía con lo que había pedido antes: "żPor qué la muerte ha estado tan cerca de mí hasta ahora y tú todavía no me llevas la copa? żNo la he bebido ya y la he apurado? Pero si no, mi temor es que me consuma por completo bajo su presión continua; y eso es lo que me sucedería si me abandonaras: entonces el cumplimiento permanecería, pero yo moriría y quedaría sin efecto. "Ahora, pues, te ruego que concluya mi bautismo, pues en verdad he estado muy angustiado hasta que se cumpla".

Se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente, y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

La frase "un sudor de sangre" es una expresión parabólica actual que se usa para referirse a personas que sufren un intenso dolor y angustia; como también de alguien que sufre un dolor amargo, se dice que el hombre llora lágrimas de sangre. Porque al utilizar la expresión, como si fueran grandes gotas de sangre, no declara que las gotas de sudor fueran en realidad gotas de sangre. Pues entonces no habría dicho que esas gotas de sudor eran como sangre. Pues tal es la fuerza de la expresión: como si fueran grandes gotas.

Más bien, con el objeto de dejar en claro que el cuerpo del Señor no estaba bañado por ninguna clase de humedad sutil que sólo tenía la apariencia y apariencia de realidad, sino que estaba realmente bañado por completo de sudor en forma de gotas grandes y espesas, ha tomado las grandes gotas de sangre como una ilustración de lo que era su caso.

En consecuencia, tanto por la intensidad de la súplica y la severa agonía, como también por el sudor denso y excesivo, hizo patentes los hechos de que el Salvador era hombre por naturaleza y en realidad, y no en mera apariencia y semblante, y que estaba sujeto a todas las sensibilidades inocentes naturales de los hombres. Sin embargo, las palabras "tengo poder para dar mi vida, y tengo poder para volverla a tomar" muestran que su pasión fue algo voluntario; y además de eso, indican que la vida que se deja y se vuelve a tomar es una cosa, y la divinidad que la deja y la vuelve a tomar es otra.

Él dice, una cosa y otra, no como haciendo una división en dos personas, sino como mostrando la distinción entre las dos naturalezas.

Así como al sufrir voluntariamente la muerte en la carne, implantó en ella la incorruptibilidad, así también, al tomar para sí voluntariamente la pasión de nuestra servidumbre, puso en ella las semillas de la constancia y el valor, con las que ha fortalecido a los que creen en él para las grandes luchas que pertenecen a su testimonio.

Así, también, aquellas gotas de sudor fluyeron de él de una manera maravillosa, como grandes gotas de sangre, para que pudiera, por así decirlo, drenar y vaciar la fuente del temor que es propio de nuestra naturaleza. Porque si esto no hubiera sido hecho con un significado místico, ciertamente él, incluso aunque hubiera sido el más temeroso e innoble de los hombres, no habría sido rociado de esta manera antinatural con gotas de sudor como gotas de sangre bajo la mera fuerza de su agonía.

De igual importancia es también la frase del relato que nos dice que "un ángel estuvo al lado del Salvador y lo fortaleció". Porque esto también influyó en la economía que se inició en nuestro favor. Porque aquellos que están designados para participar en los sagrados esfuerzos de los conflictos por causa de la piedad, tienen a los ángeles del cielo para ayudarlos.

La oración "Padre, retira esta copa", probablemente no habló como si temiera la muerte misma, sino con la intención de desafiar al diablo con estas palabras a que erigiera la cruz por él. Con palabras de engaño esa personalidad engañó a Adán; con las palabras de la divinidad, entonces, que el engañador mismo sea engañado ahora

Sin embargo, la voluntad del Hijo no es una cosa y la voluntad del Padre otra. Porque aquel que quiere lo que el Padre quiere, se encuentra que tiene la voluntad del Padre. Es en una figura, por lo tanto, que él dice: "No mi voluntad, sino la tuya". Pues no es que él quiera que se aparte el cáliz, sino que refiere a la voluntad del Padre el resultado correcto de su pasión, y honra así al Padre como al Primero. Pues si los padres llaman gnome a la disposición de uno, y si tal disposición se refiere también a lo que se considera oculto como por un propósito establecido, żcómo dicen algunos que el Señor, que está por encima de todas estas cosas, tiene una voluntad gnómica? Es manifiesto que esto solo puede ser por defecto de la razón.

Cuando Jesús se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza. Y les dijo: żPor qué dormís? Levantaos y orad, para que no entréis en tentación.

En el sentido más general, se puede afirmar que no es posible que ningún hombre permanezca totalmente sin experimentar el mal, pues, como se dice, el mundo entero está sumido en la maldad; y, además, la mayoría de los días del hombre son trabajo y problemas.

Pero tal vez digas: żQué diferencia hay entre ser tentado y caer o entrar en la tentación? Pues bien, si uno es vencido por el mal (y será vencido a menos que luche contra él mismo y a menos que Dios lo proteja con su escudo), ese hombre ha entrado en la tentación, y está en ella, y es sometido a ella como un cautivo. Pero si uno resiste y aguanta, ese hombre es tentado, pero no ha entrado en la tentación ni ha caído en ella.

Así, Jesús fue llevado por el Espíritu, no para entrar en la tentación, sino para ser tentado por el diablo. Y Abraham, a su vez, no entró en la tentación, ni Dios lo introdujo en la tentación, sino que lo probó, pero no lo empujó a la tentación. Además, el Señor mismo probó a los discípulos. Así, el Maligno, cuando nos tienta, nos atrae a las tentaciones, como si él mismo se ocupara de las tentaciones del mal. Pero Dios, cuando tienta, presenta las tentaciones como si no hubiera sido tentado por el mal. Se dice que Dios es así: no puede ser tentado por el mal. Por tanto, el diablo nos impulsa con violencia, atrayéndonos a la destrucción; pero Dios nos lleva de la mano, adiestrándonos para nuestra salvación.

Mientras Jesús aún hablaba llegó una multitud, y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba delante de ellos, y acercándose a Jesús, le besó. Jesús le dijo: Judas, żcon un beso entregas al Hijo del hombre?

ˇQué maravillosa esta tolerancia del mal por parte del Señor, que incluso besó al traidor y le dijo palabras más suaves que el beso! Porque él no dijo: Oh tú, abominable, sí, completamente abominable traidor, żes esta la retribución que nos haces por tan gran bondad? Sino que, de alguna manera, él dice simplemente "Judas", usando el nombre propio, que era el tratamiento que usaría quien se compadece de una persona, o quien desea llamarla de vuelta, en lugar de alguien enojado. Y él no dijo, vuestro Maestro, el Señor, vuestro bienhechor; Pero él dijo simplemente "el Hijo del hombre", es decir, el tierno y manso, como si quisiera decir: Aunque yo no fuera vuestro Maestro, Señor o bienhechor, żaún así traicionáis a alguien tan inocente y tan tierno que os besa en el momento de vuestra traición, y eso, además, cuando el beso era la señal de vuestra traición? 

Bendito seas, Señor, y ˇqué grande es este ejemplo de la resistencia al mal que nos has mostrado en tu propia persona! ˇQué grande, también, el modelo de humildad! Sin embargo, el Señor nos ha dado este ejemplo, para mostrarnos que no debemos dejar de ofrecer nuestro buen consejo a nuestros hermanos, incluso si nada notable se logra con nuestras palabras.

Porque, así como las heridas incurables son aquellas que no pueden curarse ni con las más severas ni con las que pueden obrar con más placer, así también el alma, una vez cautivada y entregada a cualquier maldad , y rehúsa considerar lo que realmente le es útil, aunque resuenen en ella una miríada de consejos, no se beneficia de nada. Pero, así como si el sentido del oído estuviera muerto en ella, no recibe ningún beneficio de las exhortaciones que se le dirigen, no porque no pueda, sino sólo porque no quiere.

Esto fue lo que sucedió en el caso de Judas. Y sin embargo, Cristo, aunque sabía todas estas cosas de antemano, en ningún momento, desde el principio hasta el fin, dejó de hacer todo lo que dependía de él en cuanto a consejo. Y puesto que sabemos que tal era su práctica, también debemos esforzarnos incesantemente por corregir a los que se muestran descuidados, aunque parezca que ese consejo no produce ningún bien real.

II
Sobre Lucas 22,42

Jesús dijo: Padre, si quieres y fuera posible aparta de mi esta copa.

Jesús comenzó a tener dolor, a estar turbado, a estar profundamente asombrado y a estar en agonía. Y como si estuviera a la mano y colocado ante él, no habla simplemente de "la copa", sino de "esta copa". Por tanto, como lo que pasa de uno es algo que no tiene acceso ni se resuelve permanentemente con uno, así la primera petición del Salvador es que la tentación que le ha venido suave y claramente, y se asoció ligeramente con él, sea apartada.

Esta es la primera forma de liberarse de la tentación, que también aconseja Jesús a los discípulos más débiles que hagan el tema de sus oraciones; es decir, la que se refiere a la proximidad de la tentación: porque es necesario que vengan ofensas, pero, sin embargo, aquellos a quienes vienen no deben caer en la tentación. Pero el modo más perfecto en que se manifiesta esta libertad de entrar en la tentación, es lo que expresa en su segunda petición, cuando no dice simplemente: "No como yo quiero, sino como tú quieras".

En Dios no hay tentación en el mal, sino que quiere darnos bienes mucho más abundantes de lo que pedimos o entendemos. Por eso el Amado mismo sabía que su voluntad es la voluntad perfecta, y muchas veces dice que vino a hacer esa voluntad, y no la suya, es decir, la voluntad de los hombres, pues toma para sí la persona de los hombres, como si se hubiera hecho hombre.

Por eso también en esta ocasión desaprueba que se haga lo inferior, que es suyo, y pide que se haga lo superior, que es el de su Padre, es decir, la voluntad divina, que, a su vez, en cuanto a la divinidad, es una y la misma voluntad en sí mismo y en su Padre. Porque era la voluntad del Padre que pasara por todas las pruebas, y el Padre mismo lo llevó a este camino de una manera maravillosa. No, en efecto, con la prueba misma como meta, ni simplemente para poder entrar en ella, sino para poder demostrar que está por encima de la prueba, y también más allá de ella.

III
Sobre Lucas 22,46

Jesús se levantó de la oración, y dijo a sus discípulos: żPor qué estáis dormidos? Lavantaos y pedid no sucumbir en la tentación.

Esta oración también la ofreció él mismo, postrándose repetidamente sobre su rostro; y en ambas ocasiones insistió en su petición de no entrar en tentación: tanto cuando oró "si es posible, pase de mí esta copa" y cuando dijo: "Pero no sea como yo quiero, sino como tú". En efecto, habló de no caer en la tentación, y así lo hizo, pero no pidió que no tuviera ninguna prueba en estas circunstancias, ni que nunca le sobreviniera ningún tipo de dificultad.

En efecto, en la aplicación más general se cumple que no parece posible que ningún hombre permanezca totalmente sin experimentar el mal, pues, como dice uno, "el mundo entero está bajo el mal", y otra vez "la mayoría de los días del hombre son trabajo y angustia", como también lo admiten los mismos hombres.

Nuestra vida es breve y llena de dolor. Sin embargo, no era conveniente que él les pidiera que oraran directamente para que no se cumpliera esa maldición, que se expresa así: "Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida", o así: "Tierra eres y a la tierra volverás". Por eso las Sagradas Escrituras, que de muchas maneras indican la terrible miseria de la vida, la designan como "valle de llanto".

Y en verdad, este mundo es, sobre todo, escenario de dolor para los santos, a quienes dirige esta palabra, y no puede mentir al pronunciarla: "En el mundo tendréis aflicción". Y en el mismo sentido dice también por el profeta: "Muchas son las aflicciones del justo". Pero supongo que se refiere a no caer en la tentación cuando habla en las palabras del profeta de ser librados de las aflicciones, pues añade: "El Señor lo librará de todos ellos". Y esto está en perfecta conformidad con la palabra del Salvador, por la cual él promete que vencerán sus aflicciones y que participarán de esa victoria que él ha ganado para ellos. Porque después de decir: "En el mundo tendréis aflicción", añadió: "Pero confiad, pues yo he vencido al mundo".

Y otra vez les enseñó a orar para no caer en la tentación, cuando dijo: "No nos dejes caer en la tentación", lo que significa, no permitas que caigamos en la tentación. Y para mostrar que esto no implicaba que no debían ser tentados, sino realmente que debían ser librados del mal, añadió: "Y líbranos del mal".

Pero tal vez digas: żQué diferencia hay entre ser tentado y caer o entrar en la tentación? Pues bien, si uno es vencido por el mal (y será vencido a menos que luche contra él por sí mismo, y a menos que Dios lo proteja con su escudo) ese hombre ha entrado en la tentación, y está en ella, y es sometido a ella como uno que es llevado cautivo. Pero si uno resiste y aguanta, ese hombre es ciertamente tentado; pero no ha entrado en la tentación ni ha caído bajo ella.

Así, Jesús fue llevado por el Espíritu, no para entrar en la tentación, sino para ser sometido a ella, ser tentado por el diablo. Abraham tampoco cayó en tentación, ni Dios lo condujo a la tentación, sino que lo probó, pero no lo empujó a la tentación. El Señor mismo, además, probó a los discípulos. Y así, el malvado, cuando nos tienta, nos atrae a las tentaciones, como si él mismo se enfrentara a las tentaciones del mal; pero Dios, cuando nos prueba, presenta las tentaciones como si no hubiera sido tentado por el mal. Porque Dios, se dice, no puede ser tentado por el mal. Por tanto, el diablo nos impulsa por la violencia (atrayéndonos a la destrucción), pero Dios nos lleva de la mano (preparándonos para nuestra salvación).