Unificar recursos y actividades, echando todos una mano

Chalan.Kanoa,.8.julio.2024
Arzob.
.Ryan.Jiménez,.primado.de.Marianas

          Queridos hermanos y hermanas en Cristo, el Código de Derecho Canónico es un resumen de las leyes y preceptos que gobiernan la Iglesia en todo el mundo, y explica en detalle las responsabilidades de un obispo en relación con el cuidado pastoral de su diócesis.

          Estas responsabilidades incluyen la formación en la fe de todos sus feligreses, el acceso a los sacramentos, las actividades de enriquecimiento espiritual, la promoción del desarrollo moral de las personas, la promoción de la justicia social, el estímulo a las personas para que realicen actos de caridad y la organización del culto público. Estos son sólo algunos de los deberes de los que es responsable el obispo.

          Todo esto supera las capacidades de una sola persona, y por eso el obispo invita a diversos fieles a que ejerzan diversas tareas apostólicas, en proporción a su condición y capacidad, y como compromiso de servicio eclesial adquirido en el bautismo. De esta manera, el obispo ha de coordinar el apostolado que esos fieles ejercen en su nombre, y proveer los recursos tanto espirituales como humanos.

          Desde que soy vuestro obispo me he esforzado en cumplir estas responsabilidades lo mejor que he podido. Pero nunca ha sido fácil, pues los problemas económicos van limitado los recursos materiales. Además, los tifones destrozan continuamente nuestras estructuras, y cada vez son más los daños que los arreglos en las iglesias.

          También llevamos años sin recibir ni una sola vocación autóctona, y esta falta de vocaciones, y el envejecimiento de los sacerdotes locales, hace cada vez más difícil llegar a todas las islas y a todas partes desde las parroquias, e incluso atender a la gente que más lo necesita.

          Hemos solicitado sacerdotes a Filipinas y Corea, así como a varias comunidades religiosas. Sin embargo, a ellos les pasa lo mismo, y las rotaciones entre países que intentan hacer encuentran obstáculos con las restricciones de los visados.

          Si bien nuestra comunidad de diáconos es una gran ayuda, ellos no son sacerdotes, ni su ministerio es sacerdotal. La única manera que tenemos de remediar esto es rezar todos los días por las vocaciones, y animar a que los jóvenes estén atentos a una posible llamada de Dios.

          Mientras tanto, hemos de enfrentarnos a la realidad práctica que nos ha tocado vivir, para poder brindar atención pastoral a los miles de fieles que nos esperan. Para hacer esto posible, es necesario que compartamos los recursos materiales que disponemos, así como aprovechar al máximo los talentos que el pueblo de Dios nos puede aportar.

          En primer lugar, hemos de compartir las parroquias. Es decir, agrupar varias parroquias en una, para que esa nueva super-parroquia pueda tener un mismo pastor, un mismo equipo misionero, un mismo edificio catequético, un mismo servicio caritativo y una misma cuenta bancaria. Para esto hay que saber trabajar en equipo, sacrificarse un poco más y poner los propios talentos en común. Todos hemos de sacrificarnos en algo (desplazarnos entre islas...), pero todos vamos a salir beneficiados en algo (atención personal, servicios básicos...) y más enriquecidos (sobre todo espiritualmente).

          Es la opción que he decidido tomar para la diócesis de Chalan Kanoa, tras haberlo llevado a la oración durante tiempo y haber sopesado las diversas alternativas que se me ofrecían. Hagámoslo todo para mayor gloria de Dios.

          Con el clero diocesano y los encargados de las finanzas ya me he reunido de forma satisfactoria, y finalmente he decidido reagrupar en 13 super-parroquias todas las estructuras diocesanas de Chalan Kanoa, cada una de ellas bajo el pastoreo de un sacerdote diocesano. En breve os haré llegar cómo queda todo.

          Os pido vuestro apoyo y paciencia, mientras esta reagrupación de parroquias va teniendo lugar. Y por favor, trabajad con los hermanos y hermanas que vienen de otras parroquias para ofrecer su ayuda, para que todos juntos podamos seguir construyendo el Reino de Dios. Os pido también vuestras oraciones, para que Dios nos envíe nuevas vocaciones al sacerdocio. Mientras tanto, tengamos la sabiduría y la gracia necesaria para seguir sirviendo a la Iglesia. Muchas gracias a todos.

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  Act: 08/07/24         @primados de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A