Llegar a las periferias, y a las más alejadas

Nakualofa,.24.junio.2024
Arzob.
.Soane.Mafi,.primado.de.Tonga

          Queridos hermanos, nuestra Iglesia ha de convertirse en una Iglesia llena del fuego del Espíritu divino, en una Iglesia llena de convicciones profundas y en una Iglesia llena de experiencias vivas, que hagan visible la realidad interior del Espíritu Santo. En una Iglesia en que sus miembros se muevan con pasión por compartir, y para difundir las buenas noticias de la fe. Así muchos la conocerán, y a lo mejor se unen a nuestra esperanza, y hasta se dan cuenta de la gran misericordia de Dios.

          En efecto, la Iglesia tiene que atraer a la gente a Cristo, por la belleza de su fe y la alegría de su mensaje. Pero para esto es necesario que sus mensajeros experimentemos a Dios y lo llevemos a la sencillez de la vida ordinaria, porque Dios está detrás de los pobres, de las historias de lucha y de sufrimiento real, de las familias que enseñan a sus hijos a amar y de los que tratan de llevar una vida coherente. De no hacerlo, y quedarnos en una fe cómoda y superficial, los demás captarán el mensaje contrario, y acabarán adoptando la mentalidad de decir: "No importa a qué iglesia ir, con tal que vayas a Dios". Y se irán con los mormones, que semanalmente llaman a su puerta.

          El Sínodo Eclesial de estos años está creando un nuevo fervor en la Iglesia, y va a promocionar nuestra sacralidad por las familias. El Espíritu santo quiere que entre nosotros exista un espíritu de amistad, confianza, apertura, escucha, respeto, diálogo... Es verdad que para esto hay que planificar algunas estrategias, y establecer directrices claras a nivel de aplicaciones prácticas, a la hora de afrontar los problemas.

          Con todo, el núcleo final del Sínodo es lo que el papa ha repetido ya en varias ocasiones: hay que llegar a las periferias, al igual que a toda Tonga, situada a 3.000 millas de Hawai y perdida en una constelación de islas polinesias, algunas hasta imperceptibles en los mapas. También ha dejado claro el papa que los pastores y sacerdotes han de acercarse más a la gente, y escucharlos.

          Recuerdo que, cuando me encontré por primera vez con Francisco I, nos dimos la mano y él me preguntó que dónde era yo. Yo le dije que era el obispo de Tonga, y el papa se quedó un poco desorientado. El obispo que había a mi lado le dijo que Tonga estaba en Oceanía, y entonces el papa, estirando el brazo y como reconociendo la ubicación, contestó: ¿De allí?

          En efecto, los católicos tonganos somos bastante vibrantes y activos, pero la geografía nos plantea bastantes dificultades. Las islas están muy remotas, y ése es un verdadero desafío para nuestras parroquias y sacerdotes. Con todo, aunque nuestra diócesis sea pequeña y dispersa, tenemos mucho que ofrecer a la Iglesia Universal, y siempre hay algo que podamos aportar. Por ejemplo, la sencillez de nuestras gentes, nuestro estilo hospitalario de vida, la fortaleza de nuestras familias. Cuando nuestros niños lleven todo esto al extranjero, estarán llevando consigo un sólido y sano testimonio de vida.

          Es verdad que la globalización está ya llegando a nuestras costas, y el cambio climático también.

          Respecto a la globalización, hay que saber que en Oceanía todos tenemos mucho en común. Pero no porque todos seamos iguales, ni tengamos que ser iguales, sino por nuestra diversidad. Nuestra diversidad étnica nos une de forma fraternal, y nos enriquece mucho más. Todos estamos en este vasto océano, el Pacífico, y creo que la fe es el elemento más fuerte de nuestra identidad.

          A pesar de las enormes distancias geográficas que nos separan, por ejemplo, el mensaje de Fratelli Tutti pudo llegar a todas partes, y cada uno lo leyó en su propia lengua nativa gracias al equipo de traductores que se formó, y que no sólo tradujo el texto sino que también dio testimonio de servicialidad. No necesitamos para nada el materialismo de la globalización, ni su sofistificación, ni sus distracciones continuas, ni su tendencia al individualismo, ni que nos robe nuestra forma sencilla y comunitaria de vivir.

          En cuanto al cambio climático, las zonas bajas del Pacífico están siendo las más golpeadas del planeta, sobre todo por el aumento de monzones, ciclones tropicales, tormentas extremas y subidas de nivel, que tan dramáticamente afecta a muchas personas. Sabed que nuestra Cáritas local, en asociación con Cáritas Internacional, está ya iniciando proyectos comunitarios en aldeas y parroquias afectadas por la crisis climática, plantando árboles a lo largo de las costas (para proteger el suelo), dotando de parabrisas los edificios y dirigiéndose personalmente a quienes van perdiendo las necesidades más básicas de la vida.

          Sabed que Dios está trabajando en nuestras vidas, como ese escultor que va cortando lo innecesario y enyesando lo realmente importante, hasta moldear lentamente lo que él quiere de mí: la imago Dei. Como un escultor que, además, es vuestro amigo, porque Jesús se atrevió a llamar amigos a los que le seguían. Esta imagen del Amigo debe forjar vuestra espiritualidad, como hizo Jesús alentadoramente con los discípulos de Emaús, especialmente en tiempos de dudas y desilusión.

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  Act: 24/06/24         @primados de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A