Defender la vida, ante todo tipo de agresiones

Yaoundé,.20.febrero.2023
Arzob.
.Jean.Mbarga,.primado.de.Camerún

          Queridos hermanos, durante el XXXVI seminario anual de los obispos de Camerún, realizado en Sangmélima del 5 al 12 de enero, nuestros pastores publicaron una declaración en la que tomaron una posición firme contra el aborto, la homosexualidad, el incesto y el maltrato infantil.

          Conscientes del clima general de permisividad del mundo, del olvido de Dios, del rechazo de la creación y de la naturaleza tal como Dios la creó y la quiso, y del clima que atraviesan las familias, nuestros pastores se han comprometido a resistir, a proteger y a defender valientemente los valores humanos y divinos.

          Entre todos nosotros hemos constatado la proliferación y banalización del aborto en nuestro país, a pesar de la legislación vigente, y hemos observado que los organismos internacionales tienden a imponer unas orientaciones sexuales contrarias a la naturaleza, a nuestra cultura y a nuestra fe. Deploramos la multiplicación de esta mentalidad permisiva, y la presencia de redes que imponen prácticas inhumanas, antinaturales, despreciables y criminales, sin olvidar los múltiples abusos que con ellas se comenten.

          Teniendo en cuenta el plan de Dios para toda la creación, el humanismo que de él brota, su infinita misericordia para con el pecador, y nuestra misión de salvación para cada hombre en Jesucristo, en nombre de la Iglesia, experta en humanidad, los obispos de Camerún hemos declarado unánimemente lo siguiente.

          Sobre el aborto inducido:

La vida humana es sagrada e inviolable, desde su concepción hasta su fin natural. Y por eso debe ser respetada constante e incondicionalmente (CIC, 2270).

2º El embrión humano goza de la dignidad de persona humana. Y por eso matar un embrión es matar a una persona y destruir una vida (CIC, 2274).

3º El embarazo no es ni una enfermedad ni una desgracia, sino un regalo de vida a la humanidad, que debe ser preservada con mucho cuidado. Por ello, no es algo de lo que debamos librarnos.

4º Las instituciones civiles tienen como obligación sostener a las familias. Por ello, deben ofrecer su ayuda a las parejas perturbadas por embarazos no deseados, embarazos precoces, embarazos ilegítimos, embarazos de riesgo o embarazos resultantes de violación, para ayudar a estos niños a nacer y a tener una vida humana en toda su dignidad.

5º Los gremios médicos, organizaciones sociales, comunidades de creyentes, escuelas y universidades, deben organizarse y velar constantemente por la prevención contra el aborto inducido, a través de la formación e información de los jóvenes, las familias y toda la sociedad.

          Abortar o provocar un aborto son delitos directos y homicidios dolosos, y por la Iglesia están castigados con la pena de la excomunión. Estando siempre abierta la puerta de la misericordia de Dios, los sacerdotes deben acompañar a quienes vienen a arrepentirse ante Dios y ante la Iglesia.

          Sobre la homosexualidad:

1º Son multifacéticas las reivindicaciones de derechos de los promotores de la homosexualidad, desde el derecho al matrimonio gay como a la adopción de hijos, fundación de una familia y procreación médicamente asistida, sustentándose en la ideología de género y oponiéndose a la idea de familia procreativa.

3º Es abusivo el sistemático y semántico lenguaje empleado por el lobby homosexual, que pretende desvirtuar el valor de las realidades y el sentido real de las nociones de familia, cónyuge, sexualidad, matrimonio y procreación.

1º La Iglesia, madre y maestra, enseña la sacralidad de la identidad sexual del hombre y de la mujer (creados a imagen de Dios), la dignidad de su sexualidad y el matrimonio natural como el fundante de la familia humana.

2º La persona humana nace varón o hembra, y esta diferencia funda su relación y su complementariedad. Así, la homosexualidad falsea la antropología humana y banaliza la sexualidad, el matrimonio, la familia y el fundamento natural de la sociedad.

3º La cultura homosexual no forma parte de la historia de los pueblos, y en la cultura africana no forma parte de los valores familiares y sociales. Por ello, la actual cultura homosexual es una violación flagrante de la herencia que nos legaron nuestros antepasados, y puede dar lugar a una implosión de la decadencia de las civilización. De hecho, la homosexualidad opone a la humanidad contra la naturaleza, y conseguirá que la naturaleza destruya al hombre.

3º La cultura homosexual desvía y pervierte la relación conyugal del hombre y la mujer. En consecuencia, una unión homosexual no es un matrimonio, distorsiona el sentido natural del matrimonio y lo reduce a un vínculo infame: la "infamia del hombre al hombre" (Rm, 1, 26).

4º Todo niño o niña tiene derecho a vivir en conexión con una madre y un padre. Por tanto, el querer entregar a éstos a dos padres homosexuales es pisotear los derechos y el equilibrio del niño.

          La homosexualidad no es un derecho humano, sino una alienación que perjudica gravemente a la humanidad, porque no se basa en ningún valor propio del ser humano. Es "una abominación" (Lv 18, 22), como atestigua la tradición bíblica.

          Rechazar la homosexualidad no es en modo alguno una discriminación, sino una legítima protección de los constantes y milenarios valores de la humanidad, frente a los vicios antinaturales. Porque el derecho a ser diferente sólo se justifica si éste está natural y humanamente fundado, y en el caso homosexual se basa en la práctica homosexual, cuyos "actos homosexuales son intrínsecamente desordenados, y contrarios a la ley natural" (CIC, 2357).

          Sobre el incesto:

1º El incesto, o relación íntima entre parientes, quebranta gravemente la consanguinidad y la afinidad directa, y destruye el equilibrio emocional y el tejido familiar. Además, los niños nacidos de relaciones incestuosas sufren una crisis de identidad que traumatiza su personalidad.

2º Es deseable que todas las tribus y etnias respeten escrupulosamente la consanguinidad y afinidad, e informen a sus descendientes de los lazos familiares que los unen. Y que los sacerdotes hagan un acompañamiento a las víctimas y perpetradores de estos actos incestuosos, con miras a una nueva vida en el Señor.

          Los casos de incesto, denunciados por las propias familias, son dramas de gran sufrimiento y profunda desesperación, que flagelan y deteriora las relaciones entre parientes cercanos. Así como actos de enorme malicia moral, que causan un grave desorden humano y social.

          Sobre el maltrato infantil:

1º Es condenable el abuso de menores en todas sus formas.

2º Ha de acentuarse en la sociedad la protección de los menores en todos los niveles, la denuncia de todo maltrato y la firme persecución de los perpetradores de estos delitos.

3º Corresponde a los padres sostener a sus hijos con cariño y respeto, garantizándoles una buena educación y preservándolos del mundo laboral extra-familiar.

4º Es obligación de los educadores informar a los alumnos sobre los abusos que los amenazan en el exterior, y sobre el comportamiento ante cualquier agresión.

          El maltrato infantil es variado y prolifera en nuestra sociedad. Incluye el robo y la venta de niños, las agresiones sexuales (pederastia, violación, incesto, exhibicionismo, acoso, pornografía, prostitución...), la explotación laboral y cualquier abuso que dañe la sacralidad del niño.

          Queridos seguidores de Cristo, hombres y mujeres de buena voluntad, Jesucristo declara: "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10, 10). Unámonos desde esta Cuaresma a proteger y promover la cultura de la vida, en nuestro país y en el mundo.

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  Act: 20/02/23         @primados de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A