Raíces clásicas de Europa
Europa nació en el Mediterráneo, sobre las ruinas egeas que nos dejaron Minos (del 1.700 a.C) y Micenas (del 1.200 a.C), símbolos de la proto-historia europea. Se puede decir que el 776 a.C. fue el nacimiento de la Europa clásica, con la celebración de los I Juegos de Olimpia. Y que la res-pública que Roma consagró el 509 a.C. fue el culmen de un proceso socio-político que ya no tenía vuelta atrás.
Fue la Europa clásica, que trajo cultura y civilización pacífica a Europa por
más de 1.000 años, hasta la aparición y sometimiento de los bárbaros del
norte sobre el clasicismo del sur.
-Raíces
clásicas griegas, del 900 a.C al 200 a.C, durante 700 años;
-Raíces clásicas romanas, del 700 a.C al 500 d.C, durante 1.200 años.
Grecia
interior
La historia de la Grecia Clásica, desde el s. 776 a.C[1] hasta que fue conquistada por Filipo II de Macedonia el año 338 a.C[2] fue la historia de las ciudades-estado rivales, que se turnaban la hegemonía sobre el resto de las ciudades. Se trataba de unas polis concebidas como comunidades independientes de ciudadanos, dotadas de leyes y gobierno ciudadano, dirigidas espiritualmente por los aristos-mejores[3], concentradas en un asty-centro urbano y su chora-extrarradios rural[4] y dotadas de polemos-espíritu guerrero. Esparta, Tebas, Atenas, Olimpia, Corinto, Megara y Argos componían el mapa griego clásico, aunque Esparta y Atenas sobresalían sobre las demás.
Esparta[5],
situada en el sur del Peloponeso, conquistó a su vecina Mesenia en el s.
VIII a.C, se anexionó la mayoría de enclaves cercanos, derrotó a Atenas en la
Guerra del Peloponeso del s. V a.C, y se convirtió en la líder militar
indiscutible de toda Grecia.
Atenas[6],
principal enclave griego hacia el Egeo, se convirtió en la líder política
indiscutible de toda Grecia, y fue la que dirigió al resto de ciudades-estado
griegas en las Guerras Médicas del 480 a.C. contra la invasión persa.
Incluso después de haber cedido su hegemonía a Esparta en las Guerras Civiles del Peloponeso[7], Atenas consiguió seguir siendo el principal centro de unión de Grecia.
La clave exitosa de Grecia estuvo en lograr casi nunca estar gobernada ni por reyes ni por tiranos. Incluso sus grandes dirigentes, como Pericles, estuvieron al servicio de las facciones populares, partidos “democráticos” no muy diferentes de los que existen hoy en día.
Gracias a su personalidad, el pueblo griego logró tener controlada la Ecclesia, el Grupo de los 10 generales[8], hacerse con el poder que en antaño tenía el Areópago... y permitir el acceso a los cargos públicos del estado de cualquier ciudadano, sin distinción de fortunas.
Grecia
aumentó los puestos de trabajo, las construcciones navales, grandiosas obras
públicas, la artesanía y los intercambios comerciales. Atenas,
por ejemplo, destruida por los persas tras la
Batalla de las Termópilas-480 a.C[9],
necesitó de un ambicioso plan de reconstrucción material y moral. La
reconstrucción no tardó en llegar:
Grecia
supo rodearse de
una camarilla de intelectuales, entre los que estaba
el escultor Fidias, el filósofo Anaxágoras,
el trágico Sófocles, el historiador Herodoto o el arquitecto Hipodamo.
Grecia exterior
En
el campo de alianzas,
Grecia fue única. Alió a Atenas con Argos y con los tesalios, y admitió a
Megara en la famosa Liga de Delos. Fortaleció el Puerto del Pireo con
murallas y gigantescas fortificaciones, y multiplicó los efectivos de la flota
ática. Numerosas ciudades de la Jonia se adhirieron al llamamiento a filas de
Atenas.
En
el campo de batallas,
sin embargo, la cara y cruz hicieron acto de presencia. Grecia envió 200 naves[10]
a Memphis para ayudar a Egipto contra los
persas, envió otro poderoso ejército para ayudar a la Dórida, una expedición
a Tesalia, otra flota a Chipre... y todas con un denominador común: el enemigo
persa. Sin embargo, a pesar de la victoria en las Guerras Médicas,
todo lo demás fueron derrotas: en Egipto-454 a.C, en Egina-456 a.C, en
Tanagra-457 a.C. No obstante las derrotas, Grecia siguió creando
alianzas y paces exteriores, como la Paz de los 30 años.
Instaló Grecia, así mismo, colonias militares:
-en
la Tracia, donde sobresalió Tasos (hecha
a base de mármol de isla de Paros
-en
el Mar Negro, donde sobresalió Ponto Ousino (futuro ostrakon romano
-en
Sicilia, donde sobresalió Siracusa
(la colonia helénica más grande
-en
la Magna Grecia, donde sobresalió Pitecusas
(en la isla de Isquia
-en
Africa, donde sobresalió Naucratis
(de gran interés faraónico
-en
el Extremo Occidental, donde sobresalió Massalia (en la Galia, con la Tumba
de Vix
En todas ellas, y bajo expediciones al mando de un oikistés, tripulaciones de levas (voluntarias o por sorteo), barcos de bi o trirremes sin apenas astrolabios, y bajo el objetivo de buscar preferentemente islas, penínsulas y estuarios... cada metrópoli helénica fue colocando su excedente de población (sobre todo la causante de stasis-revueltas internas), abriendo nuevas economías, colocando guarniciones en puntos estratégicos, vigilando a los aliados de dudosa fidelidad y repartiendo las nuevas tierras descubiertas:
-en
cleros
-bajo propiedades privadas, fundiarias o sanguínea
-bajo hibridación indígena
-con propios legisladores griegos (como
Zaleuco de Sicilia
-con el templo del dios de la metrópoli en el centro de cada colonia,
-con el heroon-estatua del oikistés-fundador
en el puerto de cada colonia.
Atenas, fundada por los jonios en el s. XI a.C. en el centro de la Atica[11], comenzó siendo una zona pobre y de escasas cosechas, por lo que no fue de gran interés.
Sin
embargo, pronto Atenas empezó a consolidarse como un propio estado,
posiblemente cuando se llevó a cabo la unificación
del Atica. Las diferentes comarcas y aldeas pasaron entonces a depender de un
centro urbano implantado a los pies de la acrópolis ateniense, y los problemas
que empezaron a originarse de superpoblación fueron solventados gracias a la
expansión territorial. Poco a poco, merced a un derroche de cultura y
pensadores sin descanso, Atenas pasó a convertirse, hacia el 500 a.C, en la capital
del Mediterráneo[12].
Atenas
creció rápidamente hasta hacerse con el control de todo el comercio
del Egeo. Esto perjudicaba a otras ciudades de la zona, como Corinto o Megara,
que pidieron ayuda a Esparta, tradicional enemiga de Atenas por causas políticas:
mientras Esparta era partidaria de la oligarquía, Atenas favorecía la
democracia.
Pero
a pesar del espíritu democrático de la vida ateniense, Atenas fue un estado
esclavista, manteniendo a más de
200.000 personas realizando las tareas productivas de la ciudad, mientras los
atenienses podían dedicarse a la filosofía y a la política, ya que no tenían
que trabajar.
Su educación no fue estatal. A los 7 años los niños iban a la escuela acompañados por un esclavo-pedagogo que los ayudaba en sus lecciones. La formación había de ser tanto intelectual como física, aunque siempre al servicio de las 4 asignaturas de Aritmética, Escritura, Lectura y Música. Para ello solía utilizarse el papel de cáñamo y tablillas de madera encerada, pues el método peripatético de paseos entre maestro y discípulos se dejó para el mundo de los liceos filosóficos de jóvenes.
Política ateniense
Según los modelos de la Grecia Antigua, y siguiendo la definición que
los aristócratas daban para la polis, Atenas debía estar gobernada por un sistema oligárquico de eupatridad,
es decir, por los buenos padres de la patria. Así, mientras Esparta sufría la stasis[13]
y otros tenían tiranías[14],
Atenas optó, desde sus comienzos, por modelos distintos y capaces, buscando
soluciones en torno a la gobernabilidad.
Varios
fueron los intentos
realizados en esta dirección a lo largo de los ss. VI-V a.C:
-Cilón, que intentó una tiranía suavizada;
-Dracón, que reformó los abusos de poder con medidas severas;
-Solón, que quitó las cargas que caían sobre el campesinado, y censó a la población no por linaje sino por otros conceptos (en este caso el de la riqueza o número de dimnos poseídos);
-Pisístrato, que potenció a la gente sin recursos y creó las estructuras comerciales, religiosas, intelectuales y económicas básicas para el posterior florecimiento de la ciudad;
-Clístenes, que remodeló todas las instituciones políticas atenienses en Ecclesia (asamblea legislativa), Bulé (senado de los 500), Arcontado (tribunal judicial), Helieo (tribunal popular), Areópago (tribunal militar) y Estrategia (consejo de alcaldía);
-Pericles,
uno de los hombres más influyentes de la historia de Grecia, impulsor de la
democracia y del gobierno del pueblo por el pueblo, y calificado por todo el
mundo como el “padre de la democracia”[15].
Ciudad fundada por los dorios hacia el s. XI a.C, y conocida también
como Lacedemonia[16],
Esparta estaba situada junto al río Eurotas del Peloponeso, y cerrada en sus 4
puntos cardinales por: el golfo de Mesenia y puerto de Giteion (S), Cordillera
del Taigeto (N), y las provincias de Elide, Argólida y Arcadia (W). Disfrutaba
de riqueza y feracidad en sus tierras, y estaba aislada por mar y montaña del
resto de civilizaciones.
Con numerosas citaciones clásicas a su status diferenciado del resto[17], Esparta pudo tener bastantes elementos proto-históricos micénicos en sus alrededores[18], y contribuyó eficazmente a la Batalla de Troya[19].
Destacó sobre todo, dada su proximidad respecto a la vecina y coaligada Olimpia, en el aspecto de organización de los Juegos Olímpicos, existentes desde el 776 a.C. y en el que los espartanos destacaron como grandes:
-paidotribes,
o entrenadores de deportistas (a los que entrenaban llenándolos de aceite,
arena y estrígil-cuchilla de afeitar y limpiar),
-deportistas femeninos, pues las espartanas debían competir en las
olimpiadas, ser campeonas y transmitir esa experiencia a sus hijos.
Cinco
fueron las modalidades preparadas (carrera, salto, disco, jabalina, lucha), a
las que se añadieron las pruebas de exhibición de correr desnudos con escudos,
y del pugilato-boxeo. Todo esto hizo que Esparta estuviese llena de gimnasios y palestras-cuartos
de lucha y baño.
Definida
por Herodoto como un “campamento militar” y por Tucídides como un
“colectivo de supersticiosos”, por su rígida disciplina militar[20]
y por ser capaces de retirarse de una guerra para celebrar los cultos locales a
sus dioses[21],
Esparta construyó su propia polis-estado como el más grande de Grecia[22],
de una forma muy diferente al resto[23],
y con las peculiaridades
de:
-inmovilidad
de leyes,
-ausencia
de evolución cultural,
-exigencia
de sacrificios desde la propia infancia,
-educación
en los máximos valores humanos
-sobrevaloración
del pasado, y capacidad de sacrificar el futuro
Fue
Tirteo de Esparta, en el s. VII a.C, su auténtico alma intelectual, e introductor
de:
-los
lemas espartanos[26],
-la
participación de las mujeres en los agones-olimpiadas
competitivas
Como
grupos
sociales destacados, hubo en
Esparta tres:
-los
homoioi o espartiatas, o iguales,
que controlaban el estado espartano, por ser oriundos de Esparta y poseer los
derechos políticos y de tierra;
-los
periecos, o habitantes de los
alrededores, no oriundos de Esparta y sin derechos, pero con permiso para
trabajar el campo y la artesanía;
-los
hilotas, o esclavos, traídos como
prisioneros de guerra, que no disfrutaban de libertad alguna, más que dejarse
atacar por los niños espartanos y aprendices guerreros, y que debían
participar en las guerras[28].
A nivel de legislación
política, fue el conjunto de leyes o Rhetra, fruto de la obra consensuada por Licurgo, la que dominó el
panorama político espartano, basado éste en:
-una
diarquía hereditaria, compuesta
por: 1 rey militar y 1 rey sacerdote,
-una
gerusía o Asamblea de control
estatal, compuesta por 5 éforos-jueces
y 28 gerontes-ancianos.
Madurez
griega
La historia de Grecia fue la historia de la resistencia contra los persas, y de la satisfacción helénica por sus victorias externas e independencia sobre la zarpa oriental[29].
Es la
historia, no obstante la euforia exterior, de la resaca y nostalgia interior, por lo que un
día se fue, en polis, apoikias, venta de cerámica ática o
corintia... y que por propias rivalidades internas se perdió (en las Guerras Civiles
del Peloponeso del s. V a.C)[30].
Así pues, pensadores como Sócrates y Demóstenes, artistas como Policleto, y
sobre todo la nueva escuela macedónica del norte, intentaron siempre unir ambos
polos, exterior e interior, mediante una única, diferente y tradicional,
cultura y pensamiento
panhelénico[31].
En el campo de
la política, las circunstancias no fueron la corriente favorable a
ese ideal supremo, ni mucho menos. Tras la derrota de la democracia, cualquier
otra opción de gobierno sólo consiguió acarrear nuevas incertidumbres[32],
y nada pudo volver a ser lo de antes. Fue el momento de la seriedad y la madura
reflexión, sin opción a poder volver a equivocarse.
La heroica resistencia de
los griegos contra los persas, y la satisfacción
por la victoria conseguida en las Guerras Médicas del s. V a.C, habían dado a
la Grecia clásica un matiz de confianza en el valor del hombre[33],
de confirmación del camino cultural emprendido[34],
de reconocimiento hacia las divinidades protectoras de las polis[35],
de supremacía de todo lo griego sobre lo demás[36].
Por otro lado, las penurias
y agotamiento sufrido por propias luchas intestinas, tras las mencionadas Guerras
del Peloponeso, sembraban de dudas todo lo anterior, y llenaba de sombras
la sociedad y la épica anterior. La filosofía tenía ahora que responder a los
desafíos, lo que hasta entonces había hecho la ferviente mitología y culto
religioso.
La poesía empezó a mostrar escepticismo ante las nuevas oligarquías
dirigentes[37],
y la escultura se llenó de aspiraciones ilusorias[38],
angustias y pasiones[39],
placeres sensuales de los dioses[40].
No se perdió la madurez adquirida del sufrimiento y las batallas, pero esa paideia
o sentido cultural quedó ensombrecido por el agotamiento y la decepción. La niké de Maratón, y la traición espartana, quedarán reflejadas,
una y otra vez, en la mente y en las manos de los pensadores y artistas.
Grecia fue un pequeño
pueblo dotado de un admirable
espíritu para las más variadas manifestaciones culturales[41].
En todas las ramas que cultivó, Grecia dejó marcada una profunda huella
genial. Se puede decir que Grecia fue la cuna de la cultura occidental, y la razón,
la medida de todas sus cosas[42].
A Grecia se debe la
formulación de las nociones fundamentales del saber con una precisión inigualada[43],
la mayor parte de las tendencias que de una manera u otra impregnan la historia
de la sociedad[44],
la distinción y fijación de las partes de la ciencia, sus problemas y métodos
de investigación[45].
Y el pensamiento no fue una excepción. Si la literatura, la política, la religión, la matemática… estaban impregnadas de este sistema racional, también lo estaría la filosofía helénica, dentro de sus 4 conceptos universales: la unidad, la verdad, la belleza y el bien.
Grecia trató de buscar el argé-principio
de todas las cosas[46].
Y se puede decir que lo encontró[47].
Para ello fue necesaria la elaboración de un método, en su vertiente matemática[48]
y en su vertiente filosófica[49].
En el campo de la filosofía, el eterno
retorno de los acontecimientos, y el alto dualismo
materia-espíritu
a nivel de conocimientos, también pusieron su sello en el pensamiento griego.
Se puede decir que la forma
de entender el universo fue una de las escasas constantes que fueron repitiéndose
en las sucesivas evoluciones racionales griegas.
En efecto, ya desde las
primitivas cosmogonías
órficas[50],
se decía que:
-el
argé-principio de todas las cosas era
Cronos-el tiempo,
-de la ley de la adrasteia-necesidad
surgieron el éter, el caos y el erebos,
-de la relación de los 4 protógonos
surgió un 2º argé, el cielo y la
tierra, (originados por el agua, aire, fuego, o por mezcla de ambos, según
autores),
-del cielo nacieron los seres celestes, de la tierra nacieron los seres
terrenos.
Grecia fue
realista, y supo comunicar de un modo inmediato las cualidades
esenciales del hombre[51].
Así
pues, de todos los rasgos analizados en el mundo griego, podemos deducir un axioma: el hombre estaba en el centro del
arte griego.
No
era “la medida de todas las cosas”, como decían los sofistas[52],
ni tampoco ese “perro que ladra a quien no conoce, que como asno prefiere la
paja al oro, y que se dedica a llenar su vientre como una bestia”, como decía
Heráclito[53].
Pero se puede decir Grecia puso al hombre en el centro de todas las cosas.
La Grecia Clásica significó una revolución en la sociedad,
un lenguaje a la conquista de la figura humana, una copia exacta de lo que debía
ser la naturaleza
humana.
Esta idealización
no debía contradecir el realismo, sino acompañarle en el camino, ajustar su
anatomía, perfeccionar su simetría, suprimir sus rasgos contingente de edad,
emoción, individualidad[54].
Se trataba de mostrar que el hombre, compuesto orgánico de cuerpo y alma,
estaba por encima de lo demás, tenía el principio regulador de todo lo demás
(la psiqué), era el centro de todo lo
demás.
Teatro
griego
Desde los comienzos de su historia, Grecia se dio pronto cuenta de que su vida social necesitaba ser llenada con moral y cultura. Fue así como comenzaron a potenciarse los juegos deportivos y la fiesta de las panateneas[55].
Tras ellos, el
género (épico), la comedia (lírica) y la tragedia (dramática), concebidos
también en forma de competición, comenzaron a fomentar una verdadera
conciencia ciudadana y un sano sentimiento afectivo hacia la ciudad[56].
Además, servían para hacer uso de la propaganda
oficial, rememorar tradiciones orales
y guerras no experimentadas, e incluso como vía
moralizante por cada democracia de turno.
Destacaron las obras de:
-Homero,
autor de las primigenias Iliada y Odisea,
-Hesíodo, autor de los primigenios poemas teológicos órficos,
-Apolodoro, compositor de la gran biblioteca mitológica griega,
-Esopo, autor de numerosas Fábulas,
-Apuleyo, autor del Asno de Oro,
-Jenofonte, autor de Anábasis,
-Demóstenes, autor de Las Filípicas,
-Aristófanes, autor de las comedias Los Acarnienses, Las
Tesmoforias, Asamblea de Mujeres...
-Eurípides, autor de las tragedias Cíclope, Alcestis, Medea,
Los Heráclidas, Andrómaca, Hécuba...
-Sófocles, autor de las tragedias Ayax, Antígona, Electra,
Filóctetes, Edipo Rey, Las Traquinias...
-Esquilo, autor de las tragedias Orestia, Agamenón, Prometeo,
Los Persas, Los Coéforos, Las Euménides, Siete contra
Tebas...
Mujer griega
La mujer no
era una ciudadana en Grecia. Su categoría social estaba equiparada a la de
“no ciudadanos” y “hombres sin linaje”. La mayor parte del tiempo debía
estar recluida en casa, de la forma más recogida posible.
-la de Platón
-la de Jenofonte[58]
(430-354 a.C), para quien la virtud de la mujer estaría en quedarse
detrás de la puerta, como propiedad privada que eran, y esperar a que el marido llegase de la guerra (2/3 del
tiempo anual).
Esta fue sin duda la concepción que llevaría pocos años después a definir a su más alta figura, Aristóteles (384-322 a.C), que el alma de la mujer era inferior a la del hombre, poniendo ejemplos biológicos muy equivocados y casi sonrojantes.
Eso sí, la mujer griega tenía en sus manos la administración de la casa y el control de los esclavos, y se dedicaba al tejido de los vestidos familiares. También podía juntarse con el resto de mujeres en el gineceo de la ciudad.
Su matrimonio debía consumarse a los 13-17 años, en una boda en que con todo su cortejo nupcial debía la novia hacer un sacrificio a Zeus, ofrecer sus juguetes a Artemis, bañarse en la fuente calírroe y dejarse raptar por su novio en plena noche, como símbolo del fuego del amor y dote que ella entregaba por su libertad.
En cuanto a su maternidad, ésta debía ser manifestada por la embarazada mediante el símbolo de una rama de olivo o una cinta de lana (si lo que venía era niño o niña), y por la madre mediante una fiesta llamada de las anfidromías (en la que su marido reconocía a su bebé).
Deporte griego
Grecia destacó por su organización y permanente participación en los Juegos Olímpicos (de Olimpia, cada 4 años), Píticos (de Delfos, cada 8 años), Nemeos (de Nemea, cada 2 años) e Istmicos (de Corinto, cada 2 años), existentes desde la I Olimpiada griega-776 a.C. y en los que los griegos sobresalieron por sus grandes paidotribes-entrenadores de deportistas (a los que entrenaban llenándolos de aceite, arena y estrígil-cuchilla de afeitar y limpiar).
Cinco fueron las modalidades en las que competían los griegos entre sí (carrera, salto, disco, jabalina, lucha), a las que se añadieron las pruebas de exhibición de correr desnudos con escudos, y del pugilato-boxeo. Cada uno debía representar a su ciudad, las mujeres también estuvieron invitadas a competir entre sí, y todo esto provocó que todas las ciudades griegas estuviesen llenas de gimnasios y palestras-cuartos de lucha y baño.
A nivel
exterior, la ciudad griega era la “asociación de seres iguales que aspiran,
en común, a conseguir una existencia dichosa, protegiendo para ello a sus
ciudadanos de los extranjeros”. Es el mismo Aristóteles[59]
quien nos define muy bien lo que era esa hybris
griega, esa especie de soberbia o superioridad
sobre lo extranjero.
En la cultura, esa intencionalidad de independencia y superioridad griega seguía
siendo igual o más patente, si cabe. De hecho, la mímesis-imitación de la realidad del arte helénico dejó perplejo
al mundo entero, y llegó a crear recelos en el entorno[60].
Y es que el arte reproducía lo que la humanística griega dictaba, y en este
sentido tenía que demostrar con obras artísticas que ellos eran mejores que
otras culturas, que tenían más atractivo universal que el resto de culturas[61].
En este sentido, una imagen podía comunicar lo mismo que miles de palabras.
Cosa que, por otro lado, Grecia supo hacer y plasmó.
“El arte griego, nos dice Ricardo Olmos, fue una inagotable fuente
de estímulos, y ha configurado nuestro gusto de mil formas
diferentes. Pero su encanto principal consiste en ofrecernos un completo ciclo
de preguntas simples y fundamentales, de forma siempre diferente, con
respuestas que fueron siempre el resultado de una reflexión[62]”.
Así, continúa el profesor
Olmos, la escultura griega era capaz de transportar a una esfera ideal, a un espacio y
tiempo sereno y sagrado, al modelo de belleza, al estímulo moral. Podía hacer
mejores y más bellos a los hombres[63].
Con esta bella introducción,
nos introducimos en uno de los espacios culturales más sobresalientes de la
cultura occidental griega: su arte.
Es verdad que la lengua griega no poseía una palabra concreta para designar el
arte, tal y como lo entendemos hoy en día, que la palabra utilizada era techné-destreza,
que las musas de la antigüedad inspiraban a los escritores, no a los artistas[64].
Pero también es verdad que los artistas se inspiraron en los pensadores, que
los artistas ayudaron a mejorar a los pensadores.
Y entre sus expresiones plásticas más destacables, figuraron la arquitectura,
la pintura y la escultura.
En arquitectura, la reconstrucción
de la Acrópolis de Atenas, durante el periodo de Pericles, y tras la devastación
persa del 480 a.C, fue el modelo más acabado del clasicismo[65].
También sobresalieron las construcciones del Partenón, el Erecteion, el Templo
de Atenea Niké y los Propileos.
Realizados como morada de los dioses, estos templos conjugaron la vocación
racional y la sensibilidad de cada una de sus partes[66].
La pintura,
interesada en la figura humana y en el espacio que los rodea, representó
magistralmente en murales “la ilusión de realidad, mediante la perspectiva y
el volumen[67]”.
“Bello es lo justo en cada
cosa. En cambio, no me parece bello el exceso o el defecto”. Es Demócrito[68]
quien nos introduce en este mundo, el de
la belleza, universal metafísico en sí mismo conocido.
Pero vayamos a las piezas de
arte, a ver qué nos dicen entre líneas, qué nos muestran del trasfondo, qué
reluce del artista que la piensa.
El origen de la belleza por
belleza, en la Grecia continental, tendría
que remontarse hasta el s. IX a.C, donde bajo el canon de la severa geometría,
la cerámica comenzó a incorporar las figuras humanas, las siluetas
estilizadas, los recortes y los planos.
Fue en la Grecia Arcaica, desde la
celebración de los I Juegos Olímpicos-776 a.C. hasta el comienzo de las
Guerras Médicas-490 a.C, donde aquella belleza incipiente encontró los
cimientos para convertirse en cultura, una cultura que cambiará el rumbo de
Occidente. Mediante técnicas premeditadas y el uso de la imagen, la belleza helénica
alcanzó un elevado refinamiento.
En arquitectura se levantó
el templo griego: sólido, armónico y proporcionado, trasladando al mármol lo
que habían sido antiguas edificaciones de madera. La incorporación de la
plataforma o estilóbato, y el desarrollo de las columnas alrededor del templo,
formando el pórtico, pronto inundó de belleza Atenas[69],
las costas de la Grecia continental, la magna Grecia y la Jonia. Los estilos dórico
y jónico dieron fe de ello.
La cerámica continuó su
particular desarrollo mediante la tradición protocorintia y corintia de los ss.
VII-VI a.C, y la tradición ática del s. VI-V a.C. Las figuras rojas de
Polignoto de Tasos mostró la belleza de la vida social ateniense, el esplendor
de sus costumbres, festividades y bullir familiar.
En la Grecia clásica el ideal de la
belleza, las leyes del equilibrio, los límites de la sensibilidad y el espíritu
de la razón[70],
son algunos de los fundamentos de la escultura clásica griega que se desarrolló
entre los ss. V y IV a.C.
En efecto, para los
escultores clásicos, el concepto de realidad estaba ligado al de la belleza
idealizada. Y con este principio trabajaron sus obras, a través, entre muchos
otros, de los famosos Apolos[71].
Se trata de esculturas de
tamaño generalmente natural, realizadas en piedra o bronce. Su versión
femenina o koré muestra cuerpos
compactos, delicada fisonomía, y acentuada sensibilidad plástica en el trabajo
de los pliegues de la túnica o en el tocado de la cabeza.
Pero también se trabajó
con cuerpos masculinos o kurós,
representados en la fuerza del atleta, desnudos, con una pierna que avanza,
donde predomina el conocimiento del cuerpo, la proporción de sus partes, la
serenidad del movimiento. La luz solía resbalar sin sobresaltos por las figuras
esculpidas, siempre juveniles, y cuyas representaciones resultaban ser el exacto
equilibrio entre el intelecto y la sensibilidad[72].
Así se expresaron escultores como Fidias, en sus obras para el Partenón, Mirón en su Discóbolo, Policleto en el Doríforo, Praxiteles en su Hermes, y Lisipo en su Apoxiomeno.
En la Grecia helenística, y tras la muerte de Alejandro III Magno, el año 323 a.C, se pasó de la belleza “serena” de las formas, y “delicada” del movimiento (característica de la Grecia Clásica[73]), a un inusual movimiento de los cuerpos[74], a una profusa decoración de las construcciones, al aumento colosal de las dimensiones[75], al empleo combinado de los órdenes jónico y corintio.
Hermenéutica griega
Grecia fue una de las primeras
civilizaciones con vocación
y método historicista de la historia, progresando cualitativamente
desde los logógrafos Herodoto de Helesponto[76]
y Helánico de Lesbos[77].
hasta la consagración del gran Tucídices. No obstante, los autores griegos
conocen las obras de sus predecesores, como la de Antíoco de Siracusa[78].
Se puede decir que Grecia:
-hois
autós parén, escribía sobre lo que había visto,
-para ton allón pynthanomenos, escribía
lo escuchado de otros
En
cuanto a lo
que ha visto, Grecia era bien conocedora de:
-las
peculiaridades dialectales,
-las sepulturas halladas en la isla de Delos,
-la estructura urbanística de Esparta
Y en cuanto a lo
que ha escuchado de otros, Grecia conoció:
-las
genealogías de asentamientos y colonizaciones,
-la literatura cartográfica, etnográfica y periegética
Son características del método hermenéutico
griego:
-la
autourgía, o inserción directa
en los acontecimientos,
-el saphés, o búsqueda de lo
cierto y seguro, no tanto de lo bello o seductor,
-la areté, o ausencia de
calificativos en los personajes
-la gnomai, o unión de los
planes humanos con el destino de cosas
-la alethestate prophasis, o búsqueda
de las causas verdaderas
Y son recursos particulares de la
ciencia hermenéutica griega:
-la
iluminación de ciclos históricos futuros,
-la identificación de pretextos sin causas, auténticos hilos que mueven la
Historia,
-la síntesis de hechos y vida, cargándola de personalidad y psicología,
formación cultural, religiosa, filosófica y política
Grecia
fue, pues, el prototipo de cultura que escribió con contrato adquirido de
contar “toda la sygraphein-verdad”. No fue una mera transmisora de palabras o logógrafa
(que es como se tildó a su iniciador y padre de la Historia, Herodoto), e hizo
pivotar su obra sobre 2 pilares
o columnas:
-los
erga-acontecimientos, según los
han visto los testigos (visitando los lugares y preguntando a los videntes) y
según las pruebas materiales que pudieran quedar,
-los
logoi-discursos, con
reconstrucciones aproximadas de lo que dijo cada personaje en cada lugar, y
atención especial a aquellos que más atañían a las causas de la guerra: los
políticos[86].
Grecia propuso como método[87]
la búsqueda de la verdad (zetesis
tes aletheias, I, 20, 3), criticando a quienes aceptan la tradición oral (akoé,
I, 20, 1) sin comprobación (abasanistos).
Persiguió la exactitud (akribeia, I,
22, 2) con esfuerzo (epíponos, I, 22,
3), dio importancia a la observación directa de los hechos, y puntualizó
escrupulosamente todo criterio, de manera objetiva. Deseaba que su historia
fuera útil (ophélima) para los que
buscaban la verdad (to saphés), sobre
lo que ha sucedido y sucederá de nuevo, de acuerdo con la condición humana, y
como logro cíclico de la historia (ktema
es aiei, I, 22, 4).
En este sentido, sus
escritos aspiraron al establecimiento de leyes universales, con la convicción
de que la historia se repite cíclicamente, y la naturaleza humana (anthropeia
physis) será siempre la misma.
Por último, buscó también Grecia las motivaciones personales de los personajes mencionados, sus ambiciones y temores, la admiración y repudio de ideas, desde un intento constante de objetividad.
Si
bien Grecia no tuvo fortuna en el campo de batalla exterior (amén del postrero
Imperio forjado por Alejandro III Magno, y su destrucción total del Imperio
persa), su acción en el terreno interior significó la transformación del estado hacia la
democracia, iniciada ya con Solón y Clístenes, y culminada felizmente por
Pericles.
En
efecto, todo comenzó cuando los
heliastas y arcontes (y desde el 457 a.C. también los zeugitas,
los buleutas y los pritanos) pudideron participar y pudieron tomar
parte en la vida de la polis.
Y
todo culminó cuando Pericles
aumentó la autoridad
de la Bulé, implantó el nombramiento de cargos públicos por sorteo y
no por elección (excepto en casos especiales) y, aunque la decisión final en
materias relevantes las dejó en manos de la Ecclesia, él mismo dio al
pueblo los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, como pueblo
soberano que era.
Así,
las magistraturas electivas fueron aumentando su influencia, y los 10 estrategas
se convirtieron en centro del ejecutivo. Esta situación de equilibrio y
colaboración entre las diversas clases sociales aumentó el bienestar del
pueblo, y desembocó en una de las mayores aportaciones de Grecia: la
democracia.
Instauración de la democracia
“En
ese mismo invierno los atenienses, siguiendo la costumbre tradicional,
organizaron públicamente las ceremonias fúnebres de los que habían muerto en
la guerra. Y después que los cubrieron de tierra, un hombre elegido por la
ciudad, no necio y destacado en la estimación, pronunció un pertinente elogio,
tras lo cual se marcharon todos. Así pues, para hablar en honor de los muertos
fue elegido Pericles, que habló así:
Os
propongo un régimen político que no sea modelo de las leyes de los vecinos,
sino de las nuestras. Las cosas dependerán no de una minoría, sino de la mayoría.
Su nombre es
Democracia.
A todo el mundo asistirá, de acuerdo
con este modelo, la igualdad de derechos en los conflictos privados. Y para los
honores, si se hace distinción en algún campo, se hará en el mérito. La
pobreza no tendrá como efecto que un hombre, siendo capaz de rendir servicio al
Estado, se vea impedido de hacerlo por la oscuridad de su condición.
Gobernaremos liberalmente lo relativo
a la comunidad. Y al tratar los asuntos privados, tampoco transgrediremos los
asuntos públicos, más que por miedo, por obediencia a los que desempeñen
cargos públicos y a las leyes. Y de entre ellas -las leyes- eliminaremos todo
lo necesario en pro de los injustamente tratados, y cuantas por ser leyes no
escritas comportan una vergüenza reconocida.
Y también procuraremos frecuentes descansos para nuestro espíritu,
sirviéndonos de certámenes y sacrificios celebrados a lo largo del año”.
Se trata del discurso pro-democrático del ateniense Pericles, recogido por Tucídides en su Historia de la Guerra del Peloponeso, y en el que Pericles aprovecha para aportarnos el concepto básico de lo que él considera como democracia.
El
panfleto publicitario o campaña electoral de Pericles, desarrollado en su Oración
fúnebre, trae bastante cola de elementos positivos y contradicciones
propias.
En
el campo de las aportaciones
positivas, se aprecia cómo en las bases de esta democracia periclea
existe:
-respeto
a la tradición,
-conciencia del progreso hacia algo mejor,
-igualdad esencial entre ciudadanos,
-identidad colectiva en torno a la ciudad, no a la estirpe,
-elogio de las instituciones y carácter de los atenienses, que se crean
mutuamente,
-no ser indistinto el modo de vida que se elija,
-caracteres que han de ser modelados desde la ciudad, y cada uno de ellos
contribuyendo al todo,
-reconocimiento de los méritos,
-el modelo ejemplar de los muertos para los jóvenes,
-el valor de la antigüedad,
-el valor social del ciudadano, pues el individuo solo no es pensable.
En el campo de las contradicciones, nos encontramos
en primer lugar con el sistema
de sorteo para la ocupación de magistraturas, consejerías o
congresos legislativos, impuesto por Pericles, e incompatible con sus deseos de
ejemplo ante el mundo de sabiduría y juicio.
En segundo lugar nos encontramos con el enorme derroche
de dinero tenido que ser desembolsado para pagar a los funcionarios
estatales. Se dice incluso que éste era el incentivo que muchos buscaban al
ocupar cargos, y no otro.
La debilidad exterior y militar,
pese a los reiterados intentos de que no se perdiera, acabaron perdiéndose. De
hecho, nunca Pericles pudo llevar a cabo una batalla definitiva, sino siempre
parciales y de contención.
Por último, multiplicar entes
sin necesidad, o peritos por 2 años sin control, acabó cavando su
propia fosa para los momentos de debilidad, ocurridos cuando la guerra y peste
asolaron Atenas, y a él se le echó, literalmente, todo el pueblo encima.
Después de las Guerras Médicas y de las victorias
de Maratón-490 a.C, Platea-480 a.C. y Salamina-479 a.C, Atenas se convirtió en
poderosa cabeza democrática de ligas helénicas. Bajo Pericles, el predominio
de la aristocracia fue sustituido por el poder del pueblo.
En
esta situación, la falta de formación debida del populacho fue aprovechada por
un grupo de maestros de la retórica, con Protágoras a la cabeza, para inundar
de ambigüedades
toda la política ateniense, con:
-relativismo,
bajo la forma de “todo se muda y todo cambia”,
-subjetivismo, bajo la forma de “las cosas son como a mí me parece,
pues soy la medida de todas las cosas”,
-indiferentismo, bajo la forma de “no hay cosas buenas o malas, todo
depende”,
-convencionalismo, bajo la forma de “las leyes son convenciones para
vivir en sociedad”,
-oportunismo, bajo la forma de “si los medios son buenos, todo fin
vale”,
-utilitarismo, bajo la forma de “sigue tu conciencia y muévete”,
-agnosticismo, bajo la forma de “sobre los dioses, nadie puede saber si
existen o no”,
-frivolidad, bajo la forma de “con tu palabra, fundarás una ciudad o
la destruirás”,
-venalidad, bajo la forma de “todo tiene que ser retribuido”.
En
efecto, fue en esta época de Pericles cuando surgen los sofistas, maestros hábiles
en el manejo de la palabra, que recorrían la ciudad organizando discusiones. Protágoras[88]
(480-410 a.C), principal del sofismo
ateniense, llegaba a decir que el hombre era la medida de todas las cosas, y
cada uno debía actuar según su conveniencia.
Aristófanes[89]
decía que los sofistas eran capaces de pronunciar un discurso justo y otro
injusto sobre el mismo tema.
El
mismo Sócrates[90](470-399
a.C) tuvo que oponerse violentamente a este sistema lacroso político. Pensaba
que los hombres debían superar la conveniencia individual y ocuparse de la
verdadera sabiduría, que saca de los bienes el bien, y pone en duda todos los
conocimientos adquiridos por medio de la política.
Roma monárquica
El fenómeno
de la formación
de Roma
pasó por 3 momentos importantes:
-cultura
lacial, del 1.000 al 715 a.C, conocido como etapa pre-urbana de Roma[91],
-periodo IV A, del 715 al 616 a.C, conocido como periodo proto-urbano de
Roma[92],
-periodo IV B, hacia el 616 a.C, conocido como periodo urbano total de
Roma[93].
En cuanto al primer periodo, ya existió
población de vida comunitaria y sedentaria en el entorno romano pre-urbano,
antes de que sus dirigentes comunitarios decidiesen salir de las colinas, bajar
al Foro e integrarse en la Liga de las 7 colinas o Roma Quadrata[94].
Todo su paisaje se reducía a conjuntos de estacas, sistemas de empalizadas y
estilo de vida que paulatinamente fue pasando del pastoreo a la agricultura.
Fueron zonas habitadas en este entorno romano preurbano: las colinas Germal y
Velia (del monte Palatino), las colinas Oppio, Cispio y Fagutal (del monte
Esquilino), la colina del Celio y la colina del Quirinal.
En cuanto al segundo periodo, la conformación
de Roma se remonta hacia el 750-715 a.C[95],
entroncando con la mayor parte de las obras que la tradición ha atribuido a los
etruscos Rómulo, Numa, Tulo o Anco Marcio.
En cuanto al tercer
periodo, hacia el 616 a.C. debió ocurrir el crecimiento arquitectónico
total de Roma, la pavimentación del Foro, la dotación de piedra en los
principales edificios y la conformación de los 15.000 habitantes que
pasó a poseer la ciudad[96].
Crecimiento arquitectónico que siempre fue a remolque de su complejo sistema
político, y casi siempre a su servicio. Por otro lado, las cabañas cuadradas
de madera fueron siendo sustituidas, en la manera de lo posible, por casas de
piedra.
Entrando en el 2º periodo, o conformación de
Roma, el área urbana de la Roma incluía:
-1
centro habitado, en torno al Palatino,
-varias
aldeas cercanas, como Janículo, Succusano, Lemonio…
Y
contaba con espacios
diferenciados:
-políticos,
como la Curia y la Regia,
-comerciales, como el Foro,
-religiosos, como los templos de Vesta y Júpiter,
-funerarios, desplazados hacia las colinas circundantes.
En efecto, los configuradores de Roma fueron los etruscos[97] pueblo de origen desconocido que se estableció entre la Toscana y el río Tíber, y fundaron hacia el s. IX a.C. su primera capital en Etruria (al norte del Lazio). Provenían de los pueblos del Danubio, y en plena Edad de Hierro (del 1.800 a.C. en adelante) bajaron a la zona transalpina. Se caracterizaron por la agricultura y la extracción de metales, así como por la utilización del latín y del véneto.
Perteneció así Roma a la cultura villanoviana[98], y se alargó desde la parte oriental del valle del Po hasta la Campania Central (Capua) y suroccidental (Salerno). Poco después traspasó el río Tíber y se adueñó del monte Vaticano, como vecina y rival directa de la incipiente Roma[99].
Su lengua[100] fue todo un misterio, pues hacia el 700 a.C. los romanos estaban en contacto con los griegos (de donde obtuvieron un alfabeto etrusco-griego, aunque con propias reglas escriturísticas). Todavía está sin descifrar, al no estar emparentada con ninguna lengua conocida. No fue, pues, indoeuropea ni tampoco griega.
La superficie de Roma alcanzó las 50 ha. en el s. VIII a.C, las 285 ha. en el s. VII a.C, y las 426 ha. en el s. VI a.C, algo comparable con Atenas y la misma Tarento[101]. Así, en poco tiempo el potencial romano pasó a ser el primero del mundo, humana y económicamente, con más de 40 núcleos urbanos conectados en el Lazio, y vertebrados en torno a su cabeza: Roma.
Urbanismo romano
Fue rico y articulado
desde sus comienzos, alcanzando la perfección en todas sus dimensiones. E
igualmente exquisito en su decorado, con una
escultura y pintura que ha quedado patente en sus necrópolis.
Se
puede decir que los romanos gozaban ya en el s. VIII a.C. de un urbanismo precoz[102],
con:
-ricas
casas,
-drenajes y alcantarillados,
-construcciones de carreteras,
-poblaciones colindantes: Veyes, Tarquinia, Bolsena...
-la metalurgia del cobre y el hierro,
-intercambios comerciales con griegos y fenicios,
-refinada artesanía,
-productos ricos del Oriente, como oro, plata o marfil.
También
alcanzó una arquitectura[103]
inigualable, que entre los siglos VIII-VI a.C. vino a introducir:
-la
bóveda de cañón, importada desde el Oriente, y usada aquí para usos
restringidos: pasadizos, alcantarillas, acueductos, puertas ciudadelas… pero
nunca para las viviendas o templos;
-los templos, compuestos de:
-pórtico
abierto,
-forma de cubo, para examinar el cielo,
-cella o santuario cerrado, repartida
en 3 habitaciones para 3 de sus dioses.
En materiales empleados, los romanos utilizaron la materia prima local, obtenida de sus yacimientos mineros
de Montes de la Tolfa en el Lazio, de las Colinas Metalíferas de la
Campigliense, y de la isla de Elba en la Toscana. Aparte, gozaron de orfebrería
de lujo importada del Oriente, como vasijas de plata, marfil esculpido, vasos de
fayenza. En la Etruria meridional abundó la toba y el calcáreo sedimentado.
En técnicas empleadas, innovaron el
uso del torno, y florecieron talleres expertos en la elaboración del bronce y
producción de vasijas. Las aportaciones del mundo griego sirvieron para
combinar todo un repertorio decorativo local.
En técnicos destacados, se establecieron en Roma numerosos artesanos venidos de Samos, Mileto y Focea, aprendiendo las nuevas técnicas y metales empleados, y ayudando a intercambiar materiales y modas de un lado a otro del Mediterráneo.
Hombre romano
A través de las piezas votivas
romanas
descubiertas, y de los estudios preliminares, podemos deducir que el hombre
romano fue:
-campesino,
práctico y sencillo,
-de carácter socarrón y testarudo,
-interesado en lo suyo, y apasionado por su tierra,
-perseverante y fuerte soldado,
-sensible a la elocuencia, dado al derecho y las leyes,
-aficionado a la sátira y literatura,
-supersticioso y religioso.
Gozaba de una gran libertad,
lo que era escandaloso para griegos y no latinos. Sus maridos las trataban en
igualdad y las cuidaban. Incluso les permitían sentarse con ellos, semitumbadas,
señal de mutuo respeto. Las romanas de alta sociedad se cubrían de joyas, y
las esclavas o cortesanas eran las que solían bailar en los banquetes.
Desde la perspectiva
jurídica, la incipiente mujer romana oscilaba entre:
-un
elemento más de la potestad masculina,
-un sujeto propio de derecho familiar.
De hecho, la mujer romana imperial, continuadora de la mujer
etrusco-romana, podía
disfrutar de cierta autonomía
económica, con:
-bienes
dotales, bien configurados antes del matrimonio,
-bienes extra-dotales, herenciales, separados totalmente del control del
marido.
En conjunto, las tareas
de la mujer romana fueron:
-las
tareas domésticas,
-la modestia, las castidad y la piedad,
-el matrimonio, la procreación y los hijos,
-la vida privada y fiel a su marido,
-la necesidad de ser protegida con tutelas,
-el ámbito cultural y religioso.
Religión romana
Los romanos fueron muy religiosos, y legaron sus ritos a todas sus provincias imperiales. Sus antiguos rendían culto al dios Laran, dios de la guerra, equivalencia del Ares griego o del juvenil Marte romano.
De
sus 20 divinidades,
de 11 no hay duda: Zeus-Júpiter, Hera-Juno, Afrodita-Venus, Hermes-Mercurio,
Poseidón-Neptuno, Apolo, Artemis, Hércules, Ares-Marte, Atenea-Minerva.
Los auspicios, es decir, consultar a
los dioses e interpretar presagios a través de los signos, servía a los romanos para predecir el futuro.
Por medio de la lectura de las entrañas de animales sacrificados, en concreto de su hígado, los arúspices o sacerdotes de la adivinación transformaron la religión y el mas allá en un auténtico estilo de vida.
Enterramiento romano
Las necrópolis de Tarquinia, en las afueras de Roma, y la de Cerbeteri, son las más importantes.
Estaban
integradas por grandes monumentos excavados, sobre suelo rocoso, rodeados por un
montículo, para ser vistas desde larga distancia.
Siguió
el rito fúnebre
de la cremación, depositando los huesos dentro de urnas constituidas por vasos
de empaste de forma bicónica. Las urnas eran cerradas con tapas dadas la
vuelta, y en ocasiones por un yelmo de bronce o empasto, y enterradas bajo
tierra[105].
En sus inicios, los sepulcros etrusco-romanos fueron ricos en ajuares uniformes en el s.
VIII a.C, y más heterogéneos
en el s. VII a.C, con tumbas aristócratas en cámara[106]
y elementos orientalizantes.
En
el s. VII a.C. los
centros tumulares de tumbas, de dimensiones ya imponentes, incorporaron grandes cellas,
de planta circular o cuadrangular, cubiertas con una falsa cúpula o bóveda,
mediante hileras de lastras progresivamente salientes, y precedidas de un largo dromos
o corredor de entrada. Su interior fueron obras maestras de la arquitectura, con
variedad de tipologías y soluciones de capacidad artística elevada[107].
La
decoración
funeraria fue exuberante en objetos lujosos de marfil, hueso tallado, ámbar,
oro, plata, pasta vítrea, vasijas para el simposio, armas de hierro y bronce,
cetros principescos, pyxis o
recipientes tapados, flabelos o
abanicos, incensarios.
En otra serie de elementos
funerarios:
-las
piezas de orfebrería
fueron del más alto nivel artístico,
-la toréutica
fue maestra de futuras culturas mediterráneas,
-la elaboración
de metales fue totalmente inaudita en el mundo antiguo,
-los bronces
tirrénicos fueron alabados por los mismos griegos del s. V a.C,
-la tyrrena
sigilla será la enriquecedora de los futuros tesoros gentilicios
imperiales.
Como colofón funerario romano, cabe destacar:
-los
frescos
sobre la vida cotidiana, de inspiración griega, y que incluso en la misma
Grecia no quedaron conservados,
-la prosopografía
o listas de personajes u oferentes, como escritura hecha arte, perpetuando los
muros de las tumbas, plasmando su alfabeto sobre las vasijas, tallando su
escritura sobre tablillas y marfiles
Cultura
romana I
Las primitivas
fuentes que hablan de fechas y personajes son importantes para obtener datos de
Roma, pero su veracidad es desigual y no siempre en similar fiabilidad.
En
general, fueron fuentes cronológicas romanas orales:
-los
relatos, populares, gentilicios y aristocráticos,
-los elogia[109],
o memoria de hazañas de los ancestros,
-las oratio funebris, en los
funerales de los mayores,
-las carmina convivalia[110],
o canciones de mesa recitadas en los symposion-banquetes
y fiestas.
Y fueron fuentes cronológicas romanas escritas:
-los
Annales maximi de los sacerdotes[111],
que iban recopilando todos los sucesos de Roma, y pasaban a ser documentos
oficiales,
-las Tabula dealbata del pontífice
máximo[112],
tabla blanqueada que cada año se inauguraba en su residencia oficial, y allí
se escribían los hechos ocurridos ese año,
-las Tuscae historiae de los
etruscos[113],
así como sus Res Etruriae y Tyrrhenika,
-los Tratados internacionales de Roma[114],
tanto entre las ligas internas itálicas cuanto con los fenicios, cartagineses y
griegos,
-las listas de magistraturas de la República[115],
incorporando las fechas y persona que ocupó el cargo en cada momento.
Al mismo tiempo que Grecia inventaba la democracia en el s. VI a.C, Roma
en el s. VI
a.C. también expulsaba a sus reyes e implantaba el sistema político
que daba el poder al pueblo, siendo ejercido éste por los representantes de la
república[116].
En efecto, desde el 509 a.C. Júpiter[117]
vino a ser en adelante, y desde lo
alto del Capitolio, el que extienda su protección sobre la ciudad de Roma. Fue el
comienzo de la República romana.
Y es que, en aquel año 509 a.C, Julius
Brutus[118],
viva encarnación de las virtudes republicanas y haciéndose pasar por tonto
ante el antiguo monarca:
-consiguió
levantar al pueblo, para que se enfrentara y expulsara al rey,
-repelió un posterior intento de reponer a los tarquinios en el trono (por
parte de sus dos hijos, a los que mandó ejecutar en público).
Las personas que se encargaron de la dirección de la república pasaron
a llamarse cónsules, y el lugar de su reunión
el senado
SPQR[119].
Fueron grupos opuestos desde los orígenes
de la República romana, con enfrentamientos dialécticos permanentes:
-el
patriciado, que agrupaba a la élite de la ciudadanía romana, por vía
hereditaria. Los hijos de los padres, y sólo ellos, podían ser denominados
patricios;
-la plebe, formada por una masa heterogénea no privilegiada. Sólo en
situaciones muy excepcionales, los plebeyos pudieron desempeñar algún cargo público.
La diferencia entre ambos residía en la condición de nobleza
o no, que adoptó diversas formas:
-servianos,
o ciudadanos de 1ª clase,
Por su parte, la plebe:
-tenía
ciudadanía romana de pleno derecho,
-no fue asimilada del todo en la sociedad.
Las batallas entre ambos fueron
interminables:
-el
494 a.C, con la I Sedición plebeya, en el Monte Sacro,
-el 471 a.C, con la II Sedición plebeya, con una serie de
reivindicaciones, bajo la amenaza de no participar en el ejército.
La plebe acabó proveyéndose de
institucionalidad básica, organizándose en:
-concilia
plebis, o asambleas propias,
-tribunos de la plebe, elegidos para ser sus representantes, con cierto
poder civil y militar, inmunidad y derecho a veto en el Consulado,
-plebiscita, o acuerdos propios,
-leges, o leyes propias.
Atendiendo a las sucesivas reivindicaciones de la plebe, Roma elaboró
una nutrida legislación
económica:
-amortizando
los préstamos en 3 plazos anuales,
-fijando un límite a la tasa legal de interés,
-prohibiendo la esclavitud por deudas.
No obstante, hacia el 450 a.C. el poder
patricio se amplió:
-con
la prohibición de matrimonios mixtos,
-con la ley Valeria-Horacia, sobre la primacía senatorial.
La reacción plebeya fue fulminante:
-anulando
el Consulado patricio,
-dando pie al Tribunado militar, colegiado con patricios y plebeyos.
El año 312 a.C. se permitió a cualquier ciudadano inscribirse en
cualquiera de las 29 tribus (4 urbanas y 25 rústicas) para las votaciones y candidaturas.
El año 300 a.C. se permitió el acceso al sacerdocio
a los plebeyos.
La constitución
republicana de Roma no presentó un perfil uniforme. Aunque ya todos
los ciudadanos podían participar en la vida política, en la práctica el
sistema era totalmente oligárquico. De ahí que la constitución republicana
presentara dos vías:
-la
vía oficial, patricia, basada en centurias y clases, y en la obligatoriedad
de las leyes votadas,
-la vía popular, plebeya, basada en las tribus, sin que sus decisiones
tuvieran fuerza de ley.
La naturaleza del sistema republicano residía en su carácter
colegiado, con un número determinado de magistrados que, como
representantes del pueblo, ejercían el poder.
Finalmente, el poder republicano tuvo tres vías
distintas de autoridad:
-el
imperium, de carácter militar, y
otorgado sólo a los más altos cónsules o magistrados,
-la potestas, de carácter
civil, y otorgado a los magistrados con capacidad jurisdiccional,
-el auspicium, de carácter
religioso, y otorgado a los padres senadores para legitimar cualquier actuación.
Asambleas romanas
Fueron el
lugar del populus,
de todos los ciudadanos, tanto patricios como plebeyos, con la excepción de las
mujeres. Eran el lugar donde:
-se
elegía anualmente a los magistrados,
-se presentaban leyes para el Senado.
Estas dos cosas se realizaban por medio de votaciones,
siendo necesaria la presencia física y nunca por representación. Los
resultados se obtenían del voto colectivo de:
-los
comitia curiata, de la Curia, que
votaba a los magistrados de Italia y fuera de Italia,
-los comitia centuriata, de las
Centurias, que fijaba los efectivos militares a movilizar,
-los comitia tributa, de las
Tribus, que elegía a los magistrados inferiores o ediles.
Otra forma de asamblea, ya sin voto, fue la comitia
calata, de origen monárquico, y presidida por los sacerdotes para
tratar los asuntos religiosos.
Por su parte, los plebeyos se reunían en concilia
plebis, en la que tomaban acuerdos-plebiscitos y los presentaban más
tarde como proyecto de ley.
Otras asambleas ya fueron meras reuniones
esporádicas, como:
-reuniones
preparatorias para decidir el voto,
-plataformas políticas para los líderes presentados.
Magistraturas romanas
Se caracterizaron por la no
uniformidad. No todas tuvieron la misma duración, ni el mismo número
de miembros, ni el mismo rango.
Dos eran exclusivamente plebeyas,
mientras que el resto eran exclusivamente patricias,
salvo presencia excepcional de algún magistrado plebeyo.
Los magistrados recibían compensación
económica cero (no como la democracia ateniense), pues solían
pertenecer a las clases elevadas.
La carrera política
debía seguir 4 pasos: 1º cuestura, 2º edilidad, 3º pretura, 4º consulado,
con un intervalo de 2 años para pasar de una a otra.
Las convocatorias a elecciones
se hacían con 27 días de anticipación, tiempo de la campaña electoral.
Los candidatos, vestidos con toga
blanca (lit. “cándida”, de donde vendrá el candidato vestido de
blanco), se inscribían en las listas de candidatos, y hacían una manifestación
pública en el Foro.
Los principales magistrados fueron:
-los
cónsules, 2 anuales, elegidos por su competencia militar. Suponían la máxima
competencia del estado, pues:
-dirigían el ejército,
-elegían a los senadores,
-controlaban el gobierno de las
provincias;
-los
tribunos, 3 ó 4 militares, consejeros de los cónsules y en ocasiones con
funciones consulares;
-el dictador, 1 temporal, elegido de forma extraordinaria en situaciones
de emergencia, e investido de imperium;
-los censores, 2 cada cinco años, casi siempre ex-magistrados, y
encargados de:
-revisar el censo de ciudadanos,
-proponer la renovación de la lista
de senadores;
-los
pretores, jueces de número variable, dedicados al ámbito judicial;
-los cuestores, ecónomos de número variable anual, encargados de los
asuntos financieros;
-los ediles, 2 anuales, encargados de vigilar el funcionamiento de los
servicios cotidianos de la ciudad;
-los decenviros, 10, a especie de comisión, para redactar las leyes de
patricios y plebeyos, y enviarlas al Senado;
-los magistrados plebeyos, que podían ser:
-tribunos de la plebe, de número variable según las épocas, con la
función de proteger a los plebeyos ante los abusos. Tenían derecho a veto e
inmunidad personal;
-ediles de la plebe, 2
anuales, encargados de las relaciones laborales de los plebeyos.
Fue formado con los descendientes de los patres,
con condición
vitalicia y rango hereditario.
Su número fue variando con el tiempo. Desde los 300 senadores al comienzo de la
República, hasta los 1.000 de su final, con Julio César.
Los senadores vestían toga
purpura, y debían estar alejados de toda actividad comercial.
Las sesiones senatoriales se celebraban en la Curia,
en pleno centro de la ciudad.
En el Senado residía la auctoritas,
y él era el encargado de:
-aprobar
o rechazar las leyes presentadas por la Asamblea,
-el erario público y los presupuestos del estado,
-las decisiones de política exterior,
-los candidatos para las magistraturas,
-decidir el numero de legionarios a reclutar,
-declarar la guerra o firmar la paz,
-el funcionamiento del sistema constitucional.
Dentro del senado, existían los cargos
de:
-presidente
del senado, el senador más viejo,
-magistrados convocantes, los que traían las propuestas (cónsules,
pretores o tribunos de la plebe),
-censores, minoría selecta que apoyaba una u otra moción.
Conflictos de Roma republicana
No obstante lo
anterior, el último
siglo republicano (134-27 a.C) fue de permanentes conflictos en Roma,
encarnados por personas:
-colectivas,
que pusieron en entredicho la vigencias del sistema,
-individuales, cuya acción estatal fue configurando la nueva época
imperial.
Se puede decir que fueron grupos
antagónicos en esta etapa:
-la
plebe. Que nunca vio resuelto su problema económico, y que empezaba a ver pérdidas
en el campesinado itálico. Su reivindicación fue tan fuerte que incluso
algunos aristócratas llegaron a oponerse al Senado;
-el
Senado. Convertido ya en auténtico órgano institucional, indispensable
para votar leyes, controlar el erario público, juzgar los delitos cometidos,
enviar embajadas a las provincias;
-el
ejército. Que había ido creciendo en profesionalidad, en un nuevo modelo
basado en clientelas, e introduciéndose en el control del poder político.
Así, en prácticamente 15 años el equilibrio constitucional quedó quebrado, y la suerte de la República romana en manos de su nuevo destino: el Imperio.
Cultura
romana II
Basculó desde los datos de anticuarios hasta los datos de cronistas a sueldo, unos con integración de fuentes variadas y otros sometidos a la presión oficial. Dejando a un lado los anticuarios sin contrastación[120], fueron autores republicanos que manejaron materiales escritos sobre la República Romana:
-Andrónico, primer maestro y escritor de Roma,
hacia el 284 a.C[121],
-Cneo Nevio, creador de la épica nacional romana, hacia el 270 a.C[122],
-Píctor, primer historiador romano,
hacia el 254 a.C[123],
-Alimento, cronista de la II Guerra púnica,
hacia el 245 a.C[124],
-Catón, censor oficial de la República romana,
hacia el 234 a.C[125],
-Ennio,
poeta trilingüe siciliano, hacia el 232 a.C[126],
-Albino, senador filo-helénico romano,
hacia el 190 a.C[127],
-Pisón, gran teórico que se opuso a los Graco,
hacia el
185 a.C[128],
-Aselio, cronista de la Campaña de
Numancia-Hispania, hacia el 175 a.C[129],
-Rutilio, cronista de la Campaña de Yugurta-Numidia y exiliado en
Esmirna, hacia el 154 a.C[130],
-Estilón, padre de la filología romana,
hacia el 154 a.C[131],
-Sisenna, cronista de la Campaña de
Mitridates-Grecia, hacia el 120 a.C[132].
Entre ellos destacó Polibio
(200-118 a.C), discípulo de Éforo
y que recopiló todo tipo de documentos y archivos:
-sobre
temas de Grecia, de Arato de Sición[133]
y Filarco[134],
-sobre temas de Roma, de Píctor[135]
y Filino de Agrigento[136].
En otra clase de elementos, Polibio nos habla de la
divinidad (como Ser supremo y caprichoso), la fortuna (como algo simbólico pero que entra en el
azar), la
búsqueda de causas,
Roma imperial
La última y ya desgastada
generación republicana estuvo constituida por:
-Pompeyo
y César, por un lado,
-Marco Antonio y Octavio Augusto, por otro.
Pompeyo,
de perfil exclusivamente militar, no optó nunca a cargos políticos. Fueron
triunfales sus campañas:
Tras reorganizar los
territorios asiáticos en dos provincias (el Ponto el 66 a.C. y Siria el 62 a.C),
y fundar el estatuto de los nuevos clientes (Capadocia, Galacia, Cilicia y
Judea), su llegada a Roma no fue reconocida por una facción del Senado. Fue
entonces cuando Pompeyo se separó de los nobles y fundó la coalición
política de Pompeyo, el año 60 a.C, con:
-César,
que dirigía ya a los populares,
-Licinio Craso, que dirigía ya a los publicanos.
Craso murió luchando contra
los partos en la Batalla de Carras-53 a.C. César empeoró sus relaciones con
Pompeyo a raíz de la muerte de su hija, casada con él. Pompeyo se autoproclamó
único cónsul de Roma, estando César luchando en las Galias, y se preparó
para la inminente guerra civil.
César,
en efecto, terminada su campaña en la Guerra de las Galias, pasó en el 49 a.C.
el Rubicón con sus 7 legiones, y bajo el grito de “alea
jacta est” declaró la guerra a Pompeyo. En la Batalla de Farsalia-48 a.C.
Pompeyo huyó a Egipto (donde fue ejecutado), y César fue nombrado dictador
temporal de Roma.
Tras su regreso triunfal de
las campañas en Africa, Hispania, Thapso y Munda, César fue nombrado, el año
45 a.C, dictador perpetuo de Roma, recibiendo honores divinos. No obstante, la muerte inesperada de César el año
44 a.C. a las puertas del Senado, precipitó la evolución política, por parte
de:
-el
populus, que reclamaba la legitimidad de Octavio Augusto,
-el Senado, que parecía inclinarse por Marco Antonio.
Marco
Antonio, filo-heleno y pro-oriental, fue instalado en Atenas con la
idea de dirigir directamente la parte oriental. Pero fue débil y cedió algunos
territorios a Cleopatra en Egipto, lo que chocó fuertemente con la mentalidad
del Senado.
Octavio Augusto, por su lado, fue ganando nuevos adeptos, y el año 33 a.C. declaró la guerra total a Marco Antonio, tras ver como Antonio rechazaba a Octavia por Cleopatra. En la Batalla de Actium-31 a.C. Augusto ejecutó a su rival, incorporó Egipto como una provincia romana más, y regresó a Roma como único jefe del ejército romano, situación inédita en la historia, y que originaba una nueva vida política y social de Roma: el Imperio romano.
Centralización del poder
Vino de la mano de Augusto
(43 a.C-14 d.C), principal artífice del Imperio romano, vigente 5 siglos en el
mundo, y como evolución sociopolítica del
imperialismo republicano.
Y es que, ante el vasto
espacio de territorios ocupados, y la capacidad de mando sobre todas las
legiones del ejército romano, Augusto (43 a.C-14 d.C) basculó entre dos posibilidades:
-recuperar
los viejos valores republicanos,
-implantar nuevas ideas en la sociedad romana.
En este enclave, Augusto
supo rodearse de grandes
personalidades, con políticos como Agripa y Mecenas, historiadores
como Tito Livio, intelectuales como Horacio y Virgilio…
El Senado
fue reformado por el nuevo emperador:
-reduciendo
de 1.000 a 600 el número de senadores, con fuerza de ley,
-arrogándose a sí mismo todo tipo de acumulación de títulos.
Aún así, el Senado mantuvo
auténticos clanes, ocupados por un 50%
de itálicos, 20%
de orientales, 13%
de galos, 13%
de hispanos, 4%
de africanos.
En
cuanto a las provincias,
Augusto introdujo ecuestres en la administración provincial, y las dividió en
dos tipos de provincias:
-senatoriales,
las que él se encontró ya establecidas, y que siguieron dependiendo del
Senado,
-imperiales, las que se irían abriendo en el futuro, y dependientes
directamente del emperador.
Cada una de éstas, a su vez, podía ser:
-consular,
dirigida por un ex-cónsul,
-pretoria, dirigida por un ex-pretor.
Pero Augusto no configuró
el nuevo sistema imperial como un simple conglomerado de provincias, sino como
un sistema centralizado de poder:
-territorial,
con limes-fronteras
fortificadas de forma estratégica,
-militar, religioso, judicial y legislativo, en la persona del emperador[139].
La línea de purga senatorial, iniciada por Augusto, prosiguió con sus sucesores, a costa de las familias ricas de la aristocracia.
En el sentido contrario, las
conspiraciones
contra el emperador comenzaron a propagarse, acabando:
-con
la vida de los emperadores,
-con represalias de ejecución y confiscación de los conjurados.
Las principales relaciones de los emperadores con
el Senado fueron las de:
-Tiberio,
que rehabilitó acusar a todo oponente político de traición estatal,
-Claudio, que introdujo en el Senado a muchos ecuestres galos,
-Nerón, que expropió los bienes de los grandes propietarios de Africa,
-Nerva, que se reconcilió con el clan hispano senatorial ascendiendo al
general Trajano, de campaña en Germania, al poder imperial,
-Trajano, que ofreció a los senadores los mandos del ejército en los
nuevos frentes de Germania, Britania, Egipto, Mesopotamia y Arabia,
-Adriano, emperador itinerante, que empeoró las relaciones ejecutando a
cuatro consulares, y frenó los frentes militares abiertos,
-Antonino Pío, que reforzó las defensas fronterizas y recuperó la pax
romana,
-Marco Aurelio, que inauguró el sistema de la diarquía,
-Cómodo, que con 19 años no tardó en enemistarse con el Senado, y
potenció las atribuciones del prefecto del pretorio, con capacidad para nombrar
o deponer altos cargos administrativos.
Con la llegada de Diocleciano (284-305) se puso fin a estar tiranteces emperador-senado, pues el emperador decidió por cuenta propia:
-sepultar
al Senado de forma definitiva,
-otorgar a los militares todos los puestos de la administración,
-sustituir el principado augusto por una dominación colegiada
-agilizar así, velozmente, el comercio, la industria y los controles
fronterizos.
El Imperio romano podía
definirse como un conglomerado de provincias, entidades territoriales y
circunscripciones administrativas. A tal efecto, debía existir una clara jerarquía entre ellas,
dependiendo de la función de cada una. En general:
-las
provincias imperiales tuvieron un procurador, o autoridad militar imperial,
-las provincias senatoriales tuvieron un procónsul, o autoridad civil
senatorial, y un ecónomo imperial,
-la provincia de Egipto tuvo un praeses,
o gobernador con autoridad militar y civil.
El sistema administrativo
provincial de Roma era complejo, dada la jerarquización y la diversidad de
regiones. Pero había un ranking de criterios
a tener en cuenta:
-la
capacidad de reclutamiento y de autodefensa,
-la posición estratégica, según las circunstancias del momento,
-el valor económico y sus aportaciones anuales de materia prima.
En este sentido, hubo
privilegios, fluctuaciones y convenios entre provincias imperiales y
senatoriales.
Algunos reinos
quedaron unidos al Imperio romano, como los orientales, pero mantuvieron cierta
autonomía.
Otras ciudades también tuvieron
estatuto jurídico propio, privilegios fiscales, o tributo anual a Roma.
Pero el verdadero centro de
poder lo seguía constituyendo el derecho de ciudadanía
romana. Este fue ampliado:
-a
los veteranos de guerra, por los servicios prestados, y a las colonias
militares,
-a los provinciales galos, griegos e hispanos, mediante el llamado derecho
latino,
-a todos los habitantes libres del Imperio, medida que tomará Caracala en el
212.
En cambios cuantitativos, el Alto Imperio
romano pasó de 25 a 50 provincias, aumento llevado a cabo por:
-Tiberio,
que incorporó a Germania y Capadocia,
-Calígula, que incorporó a Mauritania,
-Claudio, que incorporó a Britania, Tracia, Mesia, Licia y Panfilia,
-Vespasiano, que incorporó a Armenia,
-Trajano, que incorporó a Dacia, Asiria, Mesopotamia y Arabia,
-Adriano, que levantó limes
contra los sajones y dividió a Italia en 14,
-Marco Aurelio, que mantuvo controlados a partos, cuados, marcomanos,
-Septimio Severo, que dividió en dos a Britania, Galacia y Siria.
En cambios cualitativos, el aumento de
provincias fue paralelo al aumento de legiones, lo que permitió asegurar el
inestable equilibrio romano.
-Italia
acabó perdiendo su privilegio, y fue subdividida en 9 distritos,
-se acabó agrupando a varias provincias en una diócesis, bajo un vicario
ecuestre,
-se acabó fijando en 12 el número de diócesis: Oriente, Ponto, Asia Menor,
Tracia, Mesia, Panonia, Britania, Galia, Germania, Italia, Hispania y Africa.
De la
agricultura vivió el 90%
de la población romana. No obstante, el campo tuvo que ser complementado por la
ciudad, con sus talleres artesanales como centro de producción y distribución.
Importante fue la rivalidad
entre Italia y las provincias:
-con
pérdidas de Italia, en la economía y política imperial. Pues subió el
precio de los esclavos,
-con ganancias de las provincias, con mercados inter-regionales. Pues Cádiz,
Narbona, Lyon, Colonia, Tesalónica, Istros, Olbia, Egipto, India, China…
pasaron a crear entre ellos independientes contactos comerciales.
Roma utilizó
dos fuentes de ingresos estatales:
-la
emisión monetaria,
-los impuestos o vía fiscal.
La reforma monetaria fue drástica
en el apartado de equivalencias entre la moneda oficial y las monedas
divisionales, cuya depreciación había provocado el alza de precios y la
desigualdad entre sectores. Así, quedó fijada[141]:
-una
equivalencia de 1:12 entre monedas de oro y plata,
-un precio máximo en las tarifas del mercado,
-un salario mínimo para las actividades laborales,
-el pago de deudas en valores antiguos.
En la práctica, esta
revalorización de la moneda oficial supuso una restricción en la oferta de
productos básicos.
La reforma fiscal fue implantada
progresivamente en las provincias, con nuevos impuestos sobre:
-las
explotaciones, con tasación de campos, viñedos, árboles, animales,
-las personas, con tasación de trabajadores, esclavos, niños, muertos.
En la Galia, la contribución fiscal fue evaluada en concepto de posesiones; en Siria, en concepto de renta per cápita. También se mantuvieron los impuestos sobre la clase curial, senatorial y comercial.
Ya Tarquinio I el Viejo (616-578 a.C) había fundado el ejército romano,
incluyendo en él a todos los ciudadanos útiles. Constaba el I ejército romano
de 600 jinetes y 3.000 infantes, de las 30 curias existentes.
Servio I Tulio (578-534 a.C)
había logrado introducir la idea de un ejército centuriado, conformando así
193 centurias de 6.000 soldados de: 80 centurias de la 1ª clase social, 20 de
las clases 2ª-4ª, 30 de la 5ª clase social, 18 de équites y 5 de
proletarios.
Roma estuvo siempre regida,
pues, en sus 1.200 años de existencia, por un orden militar. Un año militar que comenzaba:
-en
marzo, al principio, por ser el mes de Marte, dios de la guerra,
-en Ianuarus, después, por dedicarse a Jano, dios que empezó a ser
invocado:
-en toda declaración de guerra (su templo del Foro quedaba siempre abierto en
tiempos de guerra),
-en toda declaración de paz (el
soldado volvía a su casa con su mujer en brazos y dando las gracias a Jano).
Y es que la guerra afectaba a la supervivencia
de Roma, y era una cuestión de estado. De hecho, todos los comicios
políticos estuvieron
organizados siempre según el modelo de las unidades tácticas de la legión.
Para la declaración
de hostilidades había que observar los ritos religiosos y las formas
jurídicas. Pues no cabía la posibilidad de equivocarse. Los auspicios o presagios debían ser
consultados siempre, por medio de los augures, que inspeccionaban el vuelo de
las aves y cantos de los pájaros (por ejemplo, si los pollos comían mucho, la
guerra era favorable). Antes de la partida al frente, el cónsul
acudía al templo de Marte, y hacía el ritual de tocar las armas del dios y
pedirle que velara por Roma.
Los soldados
tenían que ser ciudadanos aptos entre los 17 y 45 años, prestando juramento
solemne. De entre ellos, se reclutaba al número de legionarios fijado por el
Senado. Todos los adultos eran agrupados en centurias[142],
y cada soldado debía pagarse
su propio armamento, según sus medios. Los más ricos tenían las armas más
eficaces, y combatían en primera línea de batalla.
Tras las campañas militares, Roma recibía triunfalmente a sus soldados. El jefe de la campaña era vestido de Júpiter Capitolino, y marchaba en procesión por todas las calles de la ciudad, seguido de las cohortes de prisioneros, carros con los botines, y los emblemas de las ciudades conquistadas.
Diocleciano duplicó el ejército
romano de 34 a 60 legiones, con una nueva distribución por áreas, y con la
especialización de:
-destacamentos
especiales de caballería,
-un destacamento de reserva,
-un ejército móvil de campaña,
-diferenciación entre el ejército de fronteras y el de interior.
Constantino amplió el número de legiones y redujo el número de soldados por
legión, con el fin de la agilización de
movimientos. Instauró dos clases de
tropas:
-la
fronteriza, fija, de carácter permanente,
-la interior, móvil, con carácter de emergencia.
La sociedad romana imperial
tendió a polarizarse en dos
grupos sociales: los honrados y los humillados. No existió término
medio, clase media, ni escalón social intermedio.
La pirámide social estaba compuesta por cuatro
escalones:
-vértice:
ocupado por la familia del emperador,
-alto: ocupado por la clase senatorial, minoritaria y por tradición,
-bajo: ocupado por los ciudadanos, cuyo único privilegio era la civitas,
frente a aquellos que no la poseían,
-ínfimo: ocupado por los indígenas, extranjeros, libertos y esclavos.
En cuanto a los ricos, el estatuto jurídico
romano dividía a las clases romanas en:
-riqueza,
con las connotaciones de independencia económica y honra social,
-poder, controlado por un reducido número de familias romanas, que no se
amplió sino que se restringió.
Incluso la emulación que de ellos hacían las élites provinciales, financiando
juegos, levantando estatuas o casándose mixtamente, no era sino eso, una
emulación.
En cuanto a los esclavos,
el sistema esclavista fue abolido con el final de las conquistas imperiales,
cuando los cautivos de guerra ya no fueron convertidos en esclavos, sino poco a
poco integrados en sus provincias:
-como
mano de obra agraria o minera,
-como contratados en los talleres urbanos de las ciudades,
-con legislación propia frente a los malos tratos.
Con todo ello,
el Imperio romano ayudó a la sociedad con medidas
de dos tipos:
-ayudas
periódicas del emperador a la plebe,
-el sistema de los alimenta.
En el sistema de los alimenta, diseñado
por Nerva, se combinaban:
-créditos
estatales a los campesinos, para invertir en las tierras,
-subsidios familiares a los hijos, para familias necesitadas o numerosas,
y para mejorar la natalidad,
-préstamos financieros a los jóvenes, con interés del 5
La condición social de la
mujer romana fue fruto de un proceso
evolutivo continuo, según las épocas y lugares. Incluso hacia el
final del Imperio, Gala Placidia, hija de Teodosio, llegó a ser co-emperatriz
romana de occidente.
Desde la perspectiva jurídica, la mujer
oscilaba entre:
-un
elemento más de la potestad masculina,
-sujeto propio de derecho familiar.
La mujer romana disfrutaba
de cierta autonomía
económica, disponía de su propio patrimonio personal, y podía
impedir al marido disponer de éste si ella no lo consentía. Tenía dos clases
de bienes:
-bienes
dotales, bien configurados antes del matrimonio, y que le debían ser
restituidos en caso de separación,
-bienes extra-dotales, herenciales, separados totalmente del control del
marido.
En la custodia o tutela
de la mujer, ella podía elegir libremente a su tutor y a su representante
legal. Aunque este proceso de liberación se vería estancado con la llegada del
cristianismo.
En conjunto, las tareas
de la mujer romana fueron:
-las
tareas domésticas,
-la modestia, las castidad y la piedad,
-el matrimonio, la procreación y los hijos,
-la vida privada y fiel a su marido,
-la necesidad de ser protegida con tutelas,
-el ámbito cultural y religioso.
Vías romanas de Comunicación
Atendieron a dos
fines,
principalmente:
-favorecer
el desplazamiento de las legiones,
-agilizar los intercambios comerciales.
Sin embargo, por las
calzadas romanas circulaban ideas, religiones, costumbres y el correo oficial
imperial. Incluso Augusto dotó a las vías de estaciones,
que permitían el descanso a los funcionarios, mensajeros y caballos.
Las redes viarias se
internaban en las periferias y el interior, y podían tener forma radial (como la gala) o
forma cuadrangular (como la hispana).
Y es que la principal función del Imperio romano fue la de ser una encrucijada
de caminos. Y esa fue, exactamente, la razón de crecimiento de la ciudad e
Imperio de Roma.
Desde sus inicios,
la principal y primera vía de comunicación era el río Tíber, cruzable en tres puntos: Roma, Fidenae, Eretum[143].
En sentido norte-sur surgieron,
desde ahí, dos rutas principales:
-vía
Apia, desde Etruria hasta el Tíber, y paralela a la costa,
-vía Latina, desde Campania hasta el Tíber, y a través del valle del
Sacco.
Hasta que en sentido este-oeste empezaron a
surgir otras tres rutas principales:
-vía
Salaria, para llevar exclusivamente la sal desde las salinas costeras hasta
Roma, y de ahí hasta las montañas interiores;
-vía Ostiense, camino izquierdo del Tíber[144],
que ayudaba a transportar todo lo llegado al puerto de Ostia hasta Roma;
-vía Valeria, ruta Roma-Fidenae-Apeninos del interior, a través del
escaso curso fluvial del Aniene.
Fue, por poner un sólo ejemplo, la red viaria del Lazio sobre Italia. A lo que se fue añadiendo toda una telaraña de caminos, calzadas, puertos, puentes... que hicieron del Mediterráneo el Mare Nostrum y de Europa una aldea de 46 países extranjeros intercomunicados comercial, informativa, social, religiosa, política, lingüística y militarmente.
Cultura
romana III
Abundó en
autores clásicos que aportaron datos sobre todos los rincones del Imperio
romano[145].
Destacaremos por la importancia que han tenido para la configuración de Europa:
-Varrón, primer gran enciclopedista romano,
hacia el 116
a.C[146],
-Cicerón, más grande pensador en la historia de Roma, hacia el
106 a.C[147],
-Cuadrigario, primer historiográfico con dedicación
profesional, hacia el 100 a.C[148],
-Cátulo, principal de los poetas neotéricos,
hacia el 87 a.C[149],
-Plutarco, último de los sacerdotes délficos de Apolo[150],
hacia el 46 d.C[151],
-Ovidio, especie de Homero latino[152],
hacia el 43 a.C[153],
-Aneo Floro, cronista de la Campaña de Cantabria-Hispania, hacia el 40
a.C[154].
Entre ellos, Salustio (86-34 a.C) hizo hincapié en la decadencia de Roma, narrando para ello los acontecimientos vividos o cercanos a él y no escatimando en alabanzas a los personajes que se lo merezcan, de todas las clases y por diferentes clases de acciones. Igual que hiciera el griego Tucídides, el romano Salustino propone:
-desenmascarar
las verdaderas causas que motivan los hechos[155],
-atender especialmente al retratismo de personajes.
Tito Livio (64 a.C-17 d.C) alude a Tuberón y Anciate como ejemplo de transmisión antigua de conocimientos, e introduce en sus Periocae-resúmenes semanales sus ideas sobre:
-el papel importante de la ley,
-hacer ver que se cumple la palabra, aunque se incumpla[156],
-la elocuencia[157],
con tono ciceroniano,
-las magistraturas, que han de ajustarse por completo a hechos prefijados de
antemano,
-las guerras, que han de ser narradas verazmente en fechas, aunque se describan
vagamente sus estrategias.
En
líneas generales, se puede decir que la obra de Tácito
(55-120 d.C) refleja admiración por el pasado de Roma,
-el funcionamiento imperial, a pesar del caos[158],
-la sensación de crisis constante[159],
-el plano secundario dado a la economía y la guerra[160],
-la intervención de lo sobrenatural, en los hechos de la historia[161],
-la crítica a la masa popular[162],
-la propuesta del modelo de provincianos promocionados[163].
Por su parte, el último pensador romano[164],
Amiano (325-400 d.C), alude a la
importancia del emperador (a nivel incluso de castidad),
MANUEL ARNALDOS, Molina de Segura, España
Act: 25/01/18 @noticias del mundo E D I T O R I A L M E R C A B A M U R C I A |
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[1] Se suele decir que la celebración de los I Juegos Olímpicos-776 a.C. representa el final de la Grecia Oscura y el comienzo de la Grecia Arcaica (ss. VIII-VII a.C) y Grecia Clásica (ss. VI-V-IV a.C). Dejamos en segundo plano, por tanto, la Grecia helenística (ss. III-II a.C)..
[2] Otros autores dividen: hasta el 480 a.C (con el fin de las Guerras Médicas de los griegos contra los persas) estaríamos hablando de Grecia Arcaica; del 480 a.C. en adelante de Grecia Clásica.
[3] Responsables de la endogamia pública y de la hybris-soberbia nacional hacia todo lo extranjero.
[4] Donde se cultivaban las continuas stasis-revueltas internas, sobre todo por parte de los esclavos.
[5] Esparta, ciudad helénica más populosa en ejército y territorio, que se irá cerrando en sí misma, con una política de matiz conservador (cf. GOMEZ ESPELOSIN, F. J; Introducción a la Grecia Antigua, Madrid 2008, p. 165).
[6] Atenas, de origen limitado en espacio y recursos, que se abrirá a las ligas egeas, poniendo en marcha una política novedosa y expansionista (cf. GOMEZ ESPELOSIN, F. J., op.cit, p.165).
[7] El conflicto Esparta-Atenas fue continuo, en la conocida Guerra del Peloponeso, y las victorias y derrotas se sucedieron unas a otras. No obstante, sería en la Paz del 446 a.C. cuando se decidió el cese de hostilidades por 30 años, y Atenas renuncia a sus aspiraciones hegemónicas (cf. Ibid., p. 171).
[8] Elegidos cada año, y que gobernaban la ciudad-estado.
[9]
Más información en COOKE, J; KRAMER, A; ROWLAND-ENTWISTLE, T; Historia
del Mundo, ed. Grisewood & Dempsey, Londres 1979.
[10]
cf. GUEL, R; SISTI, M; VAN DOORN, L; Historia Universal, ed. Visor, Buenos Aires 2000, p. 93.
[11]
cf. PIGNA, F; Atenas,
ed. Historia en el aula, Buenos Aires 2009, p. 1.
[12] Nada más que en la Atenas de PERICLES (495-429 a.C) Tucídides creció viendo:
-cómo
aumentaban
los puestos de trabajo, construcciones navales, grandiosas obras
públicas, artesanía e intercambios comerciales…
-cómo
la ciudad se rodeaba de intelectuales como ANAXAGORAS, SOFOCLES, HIPODAMO…
-cómo se
instalaban colonias militares en el Egeo con habitantes atenienses, distribuyendo así la población
excedente,
-cómo se abrían nuevas economías, colocando guarniciones en puntos
estratégicos y vigilando a los aliados de dudosa fidelidad…
-cómo la
ciudad, saqueada e incendiada por los persas tras la Batalla de las
Termópilas-480 a.C, necesitó de un ambicioso plan de reconstrucción material y moral,
materializándose los levantamientos de:
-los templos de Poseidón y Némesis,
-la muralla entre Atenas y El Pireo,
-la Acrópolis,
-los templos de Hefesto y
Dionisio,
-el Odeón y el Telesterion de ELEUSIS,
-los Propileos
de MNESICLES,
-el Partenón de FIDIAS, ICTINO y
CALICRATES,
-el Erecteion
de FILOCLES,
-el templo de Atenea Niké
de CALICRATES,
-el urbanismo racional de HIPODAMO DE MILETO,
-la construcción
de Turios… y la estatua de Atenea, de 12 m. altura y esculpida en oro y
marfil.
[13]
Alta probabilidad de desórdenes internos públicos, como rebeliones o
alzamientos.
[14]
La tiranía griega era distinta a la concepción que en la actualidad
tenemos al respecto. Un tirano griego podía dar cabida a sistemas oligárquicos
y no meras autarquías, por ejemplo.
[15]
En efecto, bajo su dirección la Asamblea tomó el poder que antes tenía el
Areópago y permitió el acceso a los cargos públicos del estado de
cualquier ciudadano, sin distinción de fortunas. Fue sobre todo durante el siglo V
a.C. de PERICLES (ampliamente ensalzado por TUCIDIDES), cuando
Atenas se convirtió en un estado democrático, y en una de las ciudades más
hermosas del mundo. Los atenienses produjeron sus mejores obras arquitectónicas,
escultóricas y literarias. Según
ARISTOTELES, “Pericles fue un sabio en
cuyo mandato Atenas alcanzó el cénit de su poderío y esplendor”.
[16]
Nombre dado por HOMERO, Ilíada,
II, Odisea, IV, donde la describe
como “ honda y cavernosa, llena de palomas, donde moraban las naves de
MENELAO, hermano de AGAMENON, y de hombres valientes para el combate y
armados en unidad aparte, impulsados por el propio ardor, y animados a
combatir para vengar las huidas”. De ahí que TUCIDIDES les llame desde
el principio (no así al final) como los lacedemonios.
[17]
HERODOTO, PAUSANIAS, ARISTOTELES… POLIBIO y PLUTARCO hablarán
insistente y objetivamente de ello, en pro de eliminar toda
“laconofilia” antigua al respecto.
[18]
La arqueología va hoy en ese sentido, tras los descubrimientos que
se han hecho en sus alrededores de necrópolis micénicas con tumbas en
forma de colmena, valiosos ajuares funerarios, vasos de oro tallados, el
edificio denominado Menelaion (del
s. XIV a.C), un santuario a Artemis Orthia, el yacimiento de Terapne
espartano… (cf. FERNANDEZ URIEL, P; El
mundo griego, ed. UNED, Madrid 1993, pp. 302 y ss).
[19]
Con el envío de 60 naves bien equipadas, al mando de MENELAO, y con
la idea de “combatir y vengar los gemidos de HELENA” (cf. HOMERO, Ilíada,
II), y donde se citaron también como aliados de los espartanos a DIOMEDES
DE ARGOS, NESTOR DE PILO, AGAMENON DE MICENAS… y demás reyes aqueos del
Peloponeso.
[20]
De aquí tomara su modelo militar a imitar la Alemania nazi del s. XX, no sólo
por los 300 soldados espartanos de las Termopilas.
[21]
Como se verá en la Historia de la Guerra del Peloponeso, narrada por
TUCIDIDES.
[22]
De 8.400 km2, en comparación con los 2.600 km2 de
Atenas en el Atica.
[23]
Por ejemplo, participó en la época de apoikias y colonias griegas con la fundación de una sola colonia
espartana, la graeca-italiana Tarento.
[24]
Muy inculturada en el monte Taigeto, y en cuyo sistema educativo o agogé
se seguía una rígida formación eugenésica (o selección de los mejores).
Para la cual:
-los
niños estaban con sus madres hasta los 7 años,
-el estado llamaba a filas a los niños con 7 años,
-se
enseñaba al niño a cazar hilotas,
-se
introducía al joven en la disciplina, con música, deporte…
-se
permitía al adolescente de 17 años acceder a la cysitia
o banquete de hombres.
[25]
cf. LUDEMANN, H; Sparta Lebensordnung und Schicksal, Leipzig 1939, p. 112.
[26]
Tales como “hijo, con él (escudo) o sobre él”, “vuelve victorioso, o
vuelve muerto”, etc.
[27]
Para que así las jóvenes espartanas se preparasen para ser fuertes madres
de guerreros. De hecho, los hijos de Pericles serían educados por
espartanas.
[28] Esta forma de esclavitud, muy diferente a la de Atenas, sí que fue la causante de continuas stasis-intentos de rebeliones internas en Esparta, cáncer que Atenas no padeció (no obstante sus otros “cánceres” padecidos, como el de la ambigüedad en su política interna).
[29]
Las
Guerras Médicas (490-479 a.C, narradas por HERODOTO) constituyeron la auténtica
sorpresa internacional, en que por primera vez un pequeño David (Grecia)
lograba tumbar al gigante persa oriental, inundado de legiones medas.
En la
victoria de Marathon (12 sept. 490 a.C), 10.000 atenienses, al mando de
MILCIADES, y formados en rígidas falanges atenienses, lograron tumbar a los
20.000 jinetes de DATIS DE PERSIA, con FILIPIDES recorriendo los 42 km. para
gritar niké.
Tras
la humillante venganza persa de Termópilas (11 ago 480 a.C), en que los
8.000 griegos de LEONIDAS fueron aplastados por los 320.000 persas de JERJES
DE PERSIA, con la consiguiente devastación de Atenas, DEMISTOCLES logró
reunificar la resistencia, y sucesivamente en Salamina (con el hundimiento de la flota persa) y Platea,
Grecia logró expulsar a los persas del territorio helénico.
[30] Las Guerras del Peloponeso (431-404 a.C, narradas por TUCIDIDES) supusieron el fin de la democracia ateniense, y las consiguientes piratería, stasis, y búsqueda de una filosofía diferente. Enzarzadas comercialmente Esparta y su Liga del Peloponeso (con Corinto y su soberanía naval, Megara y sus decretos comerciales…) con Atenas y su Liga de Delos (islas del Egeo), las batallas fratricidas griegas supusieron el agotamiento de una guerra agonal, llena de sacrilegios, imparcialidad y traición.
Tras
la I Guerra Civil o Arquidámica (431-421 a.C), en que ARQUIDAMO DE ESPARTA
fusiló los campos atenienses y provocó la peste y hambruna, y las
siguientes Batallas de Pilos y Delión, NICIAS DE ATENAS tiene que rendirse
al nuevo status espartano.
Con
la II Guerra Civil o Decélica-Jonia (415-404 a.C), iniciada en una nueva
ofensiva espartana en Decelia de Atica, y las Batallas de Arginusas y Egospótamos,
Atenas tiene que rendirse de forma total, entregando sus islas, permitiendo
un gobierno tirano (de los 30), y destruyendo parte de su patrimonio
cultural y comercial.
[31]
En el Concilio de Corinto-337 a.C, y tras el dominio obtenido por FILIPO II
DE MACEDONIA sobre toda la Grecia continental, tras la Batalla de Queronea-338
a.C. y consiguiente castigo a Tebas y Esparta, surge por primera vez la idea
del panhelenismo, en su vertiente política (el rey pasaría a ser el
estratego de un estado federal, con proyección conquistadora contra Persia)
y cultural (inspirada en la paideia griega).
[32] Antes de la llegada de FILIPO II DE MACEDONIA al poder, estamos ante la decadencia de las antiguas hegemonías:
-de
Esparta, con la famosa Revuelta de la coaligada Argos,
-de Atenas, con las oligarquías sucediéndose, como la de TRASIBULO,
-de Tebas, que en esta “anarquía” logró alzarse a 1ª potencia,
con PANITEBAS y sus victorias en Leuctra-371 y Mantinea-362 a.C, hasta su
derrota en Queronea-338 a.C.
[33]
No hay más que escuchar los discursos de LISIAS, ISEO y ANDOCIDES, maestros
de la elocuencia, y para algunos el origen del futuro sofismo combatido por
la filosofía socrática.
[34]
ARISTOFANES, por ejemplo, testimonia en su Comedia Antigua, con cierta sátira política y cultural, la activa
participación de todo el pueblo en la vida ciudadana.
[35]
De mención especial es la profunda religiosidad mostrada por
SOFOCLES en este final del s. V a.C, sobre la vida y el destino de los
hombres. También ESQUILO, con su vigorosa y solemne religiosidad, refleja
el ideal moral y religioso del inicio de esta Grecia Clásica.
[36]
Se puede decir que fue DEMOSTENES el iniciador de la hybris helena clásica,
al animar, en su Filípicas y en
sus Olintíacas, a la resistencia
de Grecia contra todo lo extranjero o bárbaro. ESQUINES e ISOCRATES también
fueron defensores de la idea panhelénica y de la supremacía de Grecia
sobre lo demás.
[37]
PINDARO, en este sentido, criticó seriamente el ideal moral reflejado por
las nuevas aristocracias, en lo que se ha considerado el final de la lírica
griega.
[38]
Véanse las obras de CEFISODOTO, de su grupo alegórico de Irene
y de Pluto, esculpido hacia el 370 a.C.
[39]
Fue SCOPAS DE PAROS, en sus obras esculpidas en mármol, el que supo
reflejar mejor todos los avatares de este atormentado siglo.
[40]
Fue el escultor PRAXITELES, en sus Afroditas, Hermes, Apolo
y Eros, el que representó como nadie esta voluptuosidad de las
divinidades, en una clara decadencia de religiosidad.
[41]
cf.
FRAILE, G; Historia de la filosofía.
Tomo
I: Grecia y Roma,
ed. BAC, Madrid 1990, p. 119.
[42]
Para muchos, la razón griega marca la cumbre más alta a la que ha llegado
la humanidad. Véase, así, la obra de Lessing,
Winckelmann, Goethe,
Schiller, Hegel, Nietzsche…
[43]
“Con el preciso análisis de la naturaleza, de Dios, y del retorno cíclico
de sucesos y cosas, se puede conocer la ley cósmica, y los efectos de esa
ley en las cosas contingentes” (cf. ANAXIMANDRO; D.
Laercio, II, 1-2)
[44]
Monismo y pluralismo, materialismo y espiritualismo, idealismo y realismo,
racionalismo y empirismo, dogmatismo y probabilismo, hedonismo y
utilitarismo, criticismo y escepticismo… Apenas hay actitud posterior en
la historia del pensamiento que no tenga sus antecedentes en la razón
griega.
[45] “De las antítesis primarias entre el ser y no-ser, limitado e infinito, lleno y vacío, provienen todas las figuras, los números y las cosas: del 1 el punto, del 2 la línea, del 3 la superficie, del 4 el volumen, y entre ellos, la geometría total del universo” (cf. THALES DE MILETO, Timeo, 55d).
[46]
Ya desde THALES DE MILETO, ANAXIMANDRO, ANAXIMEDES… el agua, el fuego,
el aire fueron pasando a ser sucesivamente los primeros principios o argés
de todas las cosas, pasando por la sophía, el hombre… hasta la
definitiva evolución racional culminada en ARISTOTELES.
[47]
Según ARISTOTELES, este primer principio tenía que ser al mismo tiempo:
la única causa incausada y primera de todas las cosas, el único primer
motor inmóvil y origen del movimiento, la única suma belleza y orden de
la armonía del cosmos… algo que tenía que ser espíritu puro, uno y único,
eterno, verdadero, sabio, omnipotente, bueno (cf. ARISTOTELES, Metafísica, II, 2 y ss).
[48]
Conjunto de mazematas-enseñanzas,
iniciado hacia el 500 a.C. por PITAGORAS con su método infinitesimal,
teoría matemática que subdividía una extensión hasta el infinito;
seguido por EMPEDOCLES, fundador del eclecticismo, teoría física de la
unión del fuego con el aire con y el agua, para formar la tierra; y
culminado por LEUCIPO y DEMOCRITO, fundadores del atomismo, o teoría química
del vacío, en que los átomos van uniéndose entre sí y causando las
diversas formas.
Ejemplos
del impresionante desarrollo alcanzado en poco tiempo, fueron el gran
EUCLIDES, con sus famosísimos Elementos sobre geometría y astronomía; ARQUIMEDES, inventor de la
refracción de la luz y del cálculo integral; ARISTARCO DE SAMOS,
fundador de la teoría heliocéntrica del universo; HIPARCO DE NICEA,
inventor de la Trigonometría; APOLONIO DE PERGA, descubridor del sentido
cónico de las figuras; ERATOSTENES, calculador del radio de la tierra,
etc.
[49] Método basado en el conocimiento de los saberes, a través del razonamiento mental de las cosas, para llegar al saber del Absoluto. Método ya elaborado por la escuela gnómica de ESTESICORO DE HIMERA hacia el 700 a.C, como una continuación espiritual de la Teogonía de HESIODO, y preludio de la gran Escuela filosófica de Mileto del 600 a.C. SOCRATES y PLATON pasarían a ser el referente filosófico por excelencia, al igual que ZENON lo será en su derivado ético, el estoicismo.
[50]
cf. ARISTOFANES, Las aves,
693 y ss; EUDEMO, De prim. Princ,
123; APOLONIO DE RODAS, Argonáutica,
494 y ss. Parece ser que estos autores, junto a otros como FOCO DE SAMOS,
con su Astrología náutica,
CLEOSTRATO DE TENEDOS, con su Phainomena,
etc. se fueron reuniendo sucesivamente en Panionion para configurar esta
cosmovisión griega del mundo, pasando posteriormente el testigo a los 7
sabios, y al Templo Apolo de Delfos.
[51]
cf. BOARDMAN, J; El arte griego,
ed. Destino, Barcelona 1997, p. 276.
[52]
Según PROTAGORAS y GORGIAS,
“las leyes son lo que a mí me parecen, pues yo soy la medida de todas las
cosas” (Protag., 317b), pues
“no existe nada sino yo, ni el ser ni el no ser ni la mezcla de ser y no
ser” (Elogio de Helena
8,
12-14). Es el concepto de hombre, está claro, del más radical nihilismo.
[53]
Se dice que HERACLITO depositó su libro en el Templo Artemisa de
Efeso, pero lo dejó escrito en un oscuro dialecto jónico, “a fin de que
después de haber escuchado mi doctrina no la entiendan, y se queden todos
sordos” (cf. TIMON, fragm.,
43D). Posteriormente, y aburrido de los hombres, se retiró a los montes,
viviendo de hierbas y muriendo de hidropesía.
[54]
cf. BOARDMAN, op. cit., p. 23.
[55]
Fiesta popular en que las mujeres llevaban en procesión hasta el
Templo Atenea de Atenas el velo tejido por ellas mismas, para ofrecérselo
en ofrenda.
[56]
cf. COOKE, J; KRAMER, A; ROWLAND-ENTWISTLE, T; Historia
del Mundo, ed. Grisewood & Dempsey, Londres 1979, p. 177.
[57]
cf. PLATON; República, en
FRAILE, G; Historia de
filosofía: Grecia, ed. BAC, Madrid 1990, p. 402.
[58]
cf. JENOFONTE; Symposion,
en FRAILE, G., op.cit, p. 246.
[59]
cf. ARISTOTELES, Política, I, 5, 125a.
[60] La cultura egipcia, por ejemplo, lo rechazó totalmente, al decir que este tipo de esteticismo estaba bastante distanciado de la vida (cf. BOARDMAN, El arte griego, ed. Destino, Barcelona 1997, p. 23).
[61]
cf. BOARDMAN, op. cit., p. 23.
[62]
OLMOS, R; “El arte griego”, en RAMIREZ, J. A; Historia
del Arte. Mundo antiguo, ed. Alianza, Madrid 2008, p. 239.
[63]
cf. OLMOS, R., op.cit, p. 239.
[64]
cf. BOARDMAN, J; El arte griego,
ed. Destino, Barcelona 1997, p. 16.
[65]
cf. GUEL, R; SISTI, M.E; Historia
Universal, ed. Visor, Buenos Aires 2000, p. 105.
[66]
cf. GUEL, R; SISTI, M.E; VAN DOORN, L., op.cit, p. 105.
[67] Ibid., p. 105.
[68]
cf. DIELS, H; Doxografia griega, tomo II, Berlín 1879, p. 211.
[69]
En Atenas, la arquitectura llegó a su máximo momento de belleza con el Partenón
de ICTINO y CALICRATES, con los Propileos
de MNESICLES, con el Erecteion
de FILOCLES y con el Templo de
Atenea Niké de CALICRATES. El urbanismo racional de HIPODAMO DE
MILETO embelleció, por su parte, la reestructuración del Pireo y la
construcción de Turios.
[70]
Ibid.,
p. 106.
[71]
En torno al culto de Apolo, en los oráculos de Delfos, cabe destacar,
desde tiempos antiguos, el apoyo que le mostraron los 7 sabios: TALES DE
MILETO, PITACO DE MITILENE, BIAS DE PRIENE, SOLON DE ATENAS, CLEOBULO DE
CNIDOS, MISON DE KHENAS, KILON DE ESPARTA, quienes grabaron en su Templo Apolo
de Delfos, corazón indivisible de Grecia, aquella máxima de “conócete
a ti mismo” (cf. HERMIPO, Prooem.
I, 40ss).
[72]
cf. Ibid, p. 106.
[73]
Todavía se mantendrá, por cierto tiempo, el canon de belleza clásica
a lo largo del periodo helenístico, como es el caso de las “Venus”
desnudas de MILO.
[74]
De este periodo cabe destacar la belleza trágico-realista de El
galo moribundo, el Toro farnesio,
el grupo del Lacoonte, la Victoria de Samotracia, el gran friso de la base del Altar de
Pérgamo.
[75] Tras las conquistas de ALEJANDRO III MAGNO por todo el Oriente, el canon griego de belleza vino a tener que inscribirse en el concepto de dimensión, dadas las enormes dimensiones y dominios que Grecia debía administrar en adelante. En este sentido, cabe destacar las colosales bellezas del gran Templo Zeus de Pérgamo, el Templo Artemisa Leucopriene de Magnesia, el Templo Serapis de Alejandría, el Templo Apolo de Didima… y el Mausoleo de Halicarnaso, una de las 7 maravillas del mundo.
[76]
cf. PLACIDO, D; “De Herodoto a Tucídides”, Gerión, IV, 1986, pp. 17-46; GENTILI, B; CERRI, G; Le
teorie del discorso nel pensiero greco e la storiografia, Roma 1975;
RAWLINGS, H; The estructure of Thucydides’History, Princeton 1981; SCHREINER,
J. H; “Historical methods, Hellanikos and the era of Kimon”, OAth, 1984, pp. 163-171.
[77]
Nacido en Mitilene (Jonia) en el 490 a.C, y principal impulsor de las
historias del templo de Argos, juegos carneos espartanos, origen del Ática,
sucesos de Troya y Persia, y del origen etrusco en la fundación de
Roma, como pueblo arcaico griego expulsado de su territorio por las
invasiones aqueas.
[78]
Por sus conocimientos aportados sobre documentos oficiales de
Sicilia, inscripciones y sepulturas descubiertas después por la
arqueología, etc (cf. GUZMAN GUERRA, A; Tucídides,
ed. Alianza, Madrid 2008, p. 17).
[79]
cf. FRAILE, G; Historia de la
filosofía. Grecia, vol. I, ed. BAC, Madrid 1990, p. 113.
[80]
cf. GUZMAN GUERRA, A., op.cit,
p. 18.
[81]
cf. Ibid, p. 18.
[82] cf. LOPEZ PEREZ, J. A (dir); Historia de la literatura griega, ed. Cátedra, Madrid 1988, p. 558.
[83]
cf. MARINATOS, N; Thucydides and Religion, Meisenheim 1981; HUART, V. J; Gnome
chez Thucydide et ses contemporains, París 1973.
[84]
cf.
TUCIDIDES, Historia de la Guerra
del Peloponeso, I, 23 y VI, 60. Aparte, cf. ANDREWES, A;
“Thucydides on the Causes of the War”, ClQ,
IX, 1959, pp. 232-239; RAWLINGS, H. R; A
semantic study of prophasis to 400 B.C, Wiesbaden 1975; WILLE, G;
“Zu Stil und Methode des Thukydides”, Wege
der Forschung, IIC, Darmstadt 1968, pp. 703 y ss.
[85]
cf. GUZMAN GUERRA, A., op.cit,
pp. 21 y ss.
[86]
La costumbre de insertar discursos en medio de los hechos era ya una práctica
habitual griega desde HOMERO y HERODOTO. No obstante, TUCIDIDES
advierte en su célebre capítulo metodológico (I, 22) que tales
discursos van a estar presentes en su obra sin frases manidas ni lugares
comunes, aparte de dejar de lado las hazañas pasadas (cf. LOPEZ PEREZ,
J. A., op.cit, p. 548).
[87] cf. Ibid., pp. 551-562.
[88]
PROTAGORAS; Sobre el ser, n. 317b.
[89]
ARISTOFANES; Memorias, libro I, VI, n. 13.
[90] SOCRATES; Eutidemo, n. 278e.
[91]
Recientes excavaciones en la ladera norte del Palatino han hallado restos
de fortificaciones en toba del 800-750 a. C., abandonados hacia el 600 a.
C. en pro de edificios más complejos encima suyo.
También
ha podido comprobarse el perímetro de las paredes de Rómulo según es
relatado por TACITO como un cuadrilátero con bordes marcados por el Ara
de Hércules (SO), Ara Conso (SE), Curiae Veteres (NE) y Santuario de la
Larunda Lares (NO).
No obstante, el deseo de construir un circuito de muros de piedra por toda la ciudad parece corresponder al reinado de TARQUINIO PRISCO (618-578 a.C).
[92] Coincidiendo con los reinados en Roma:
-del sabino NUMA POMPILIO (715-673
a.C), primer rey histórico de Roma,
-del romano TULO OSTILIO (673-640 a.C),
bajo cuyo dominio se produjo la derrota de Alba Longa,
-del romano ANCO
MARCIO (639-617 a.C), bajo cuyo reinado se produjo el despliegue político
de Roma.
[93] Coincidiendo con los reinados en Roma:
-del etrusco TARQUINIO PRISCO
(616-579 a.C), impulsor del Circo Máximo, Cloaca Máxima y Cárcel
Mamertina,
-del etrusco SERVIO TULO (578-534 a.C), impulsor del acueducto
y completa muralla alrededor de la ciudad.
[94]
cf. CECAMORE, C; Palatium:
Topografia Storica del Palatino, ed. Commissione Archeologica Comunale
di Roma, Roma 2002, pp. 15-22.
[95]
Dado que a esta época pertenecen las primeras obras proto-urbanas de Roma.
Y es que, aunque sean demasiado escasas y fragmentadas las evidencias
arqueológicas con que hoy día se cuenta, es posible apreciar en esta época,
y de forma genérica:
-una lógica de fortificación, como era levantar primero las
puertas. Fue el caso de las palatinas Puerta Pandana (levantada cuando los
romanos derrotaron a los sabinos), Puerta del Muladar (derribada después
para construir con sus residuos el templo de Vesta) y Puerta Carmentalis
(levantada cuando Roma fracasó en su expedición contra Veyes).
-unos
mismos materiales de fortificación, como era la toba de Cueva Oscura,
y bloques individuales que afloraban en los caminos (y que luego se fueron
reutilizando de una obra a otra).
-terrazas cultivables y urbanizables, ante las empinadas laderas de sus colinas, y para ampliar sus áreas utilizables (como se ve en la terraza del Monte Capitolio, tallada en la Edad de Bronce).
-circuitos de paredes-murallas, pues está claro que Roma siempre
sintió la necesidad de ellas (como se ve en la pared arcaica aparecida
bajo el Teatro Marcelo, de bajo nivel pero posiblemente circular y
protectora del primigenio templo de Júpiter Capitolino).
(cf. ALBERTONI, M; Rómulo, Remo y fundación de la ciudad, ed. Monumentos Antiguos y Yacimientos Arqueológicos, Roma 2000, introd).
[96]
cf. COLETTA, G; Roma
reconstruida, ed. Lozzi, Roma 2011, p. 7.
[97]
Del latín etrusci, llamados por
los griegos como los tyrrenoi, y
por ellos mismos como los rasennos.
[98]
[99]
La fundación de Roma se hizo según el ritual etrusco de fundación de
ciudades:
-los
augures designaban el lugar de ubicación,
-se enganchaba un carro a una vaca y toro blanco,
-se señalaba el surco perimetral,
-se levantaban, alrededor del surco, los primeros cimientos.
Los tres primeros pasos se dieron en el 753 a.C. para la fundación etrusca
de Roma (según la tradición), y el cuarto o urbanístico tuvo lugar hacia
el 625 a.C. (según la arqueología).
[100] cf. BRAVO, G; Historia de la Roma antigua, ed. Alianza, Madrid 2008, pp. 26-27.
[101] cf. BRAVO, G., op.cit, p. 18.
[102]
cf. LOZANO, M. D; Apuntes de
Roma, ed. SP-CEU, Madrid 2009, p. 3.
[103]
cf. LOZANO, M. D., op.cit,
p. 5.
[104]
cf. CIANFERONI, C; Los etruscos,
ed. MEC, Madrid 2007, pp. I-XIII.
[105]
cf. CIANFERONI, C., op.cit, p. 99.
[106]
Formadas inicialmente por una caja hecha con lastras, sobre la
que se situaba el túmulo, delimitado a veces por un círculo de
piedras. A partir del s. VII a.C. los túmulos empezaron a alcanzar 10
m. de altura.
[107]
cf. Ibid., p. 111.
[108] Como las famosas escrituras halladas en el Circolo degli Avori de Marsiliana d’Albegna.
[109] Entre las que cabe destacar las Elogia Tarquiniensia, sobre las hazañas en Roma de la familia etrusca de los SPURINNA.
[110] Sobre todo en época del rey NUMA POMPILIO.
[111] Que el año 123 a.C. fueron publicados a instancias del pontífice máximo MUCIO ESCEVOLA, y ocuparon 80 libros completos.
[112] Costumbre iniciada al comienzo de la República, año 509 a.C.
[113] Propias cronologías etruscas, sobre su historia y cultura, y traducidas fielmente del etrusco al latín por VERRIO FLACO. No obstante, el propio emperador CLAUDIO se quejó de la versión etrusca del origen de Roma, y mandó armonizar lo que ésta tenía escrito con lo que autores romanos ya habían empezado a relatar en el s. IV a.C. (cf. MARTINEZ PINNA, J., op.cit, p. 23).
[114]
Como muestra espléndidamente:
-el Museo etrusco de Roma, con tratados comerciales cuatrilingües tenidos lugar en Roma, en lengua etrusca, fenicia, hebrea y griega. Es el caso mencionado también por POLIBIO, a la hora de exponer por entero la vieja Constitución Romana (cf. POLIBIO, Historia de Roma, VI) o el I Tratado romano-cartaginés del 509 a.C (cf. POLIBIO, op.cit, III);
-el
Museo capitolino de Roma, en su sala VII, con todo tipo de
documentación epigráfica administrativa (de los praefectura
urbis, cursus honorum, cursus publicus…), comercial (de los tabula alimentaria, ligures
baeibiani…) y militar (de los vigiles
militaris, anuarius
procuratorum…).
(cf. GIUSTOZZI, N; CADARIO, M; Museo Nazionale Romano, ed. Soprintendenza Archeologica di Roma, Roma 2012, pp. 89-91).
[115] Como muestra espléndidamente el Museo Capitolino de Roma (Monte Capitolio, 1 y 3), en infinidad de mármoles cincelados y rellenados de pintura.
[116]
Término venido de res-cosa, y publica-lo
que es público.
[117]
Llamado el optimus maximus, muy
bueno y muy grande.
[118]
Antiguo patricio del monarca etrusco TARQUINIO EL SOBERBIO.
[119] Senatus Populusque Romanorum-Senado del Pueblo Romano.
[120] Recolectores de antigüedades entre los que cabría destacar a PLINIO, GELIO, MACROBIO, SERVIO y SOLINO, casi siempre de ideología pro-republicana. Pues preferiremos centrarnos en los escritores con cierto método historiográfico.
[121] Un LUCIO LIVIO ANDRONICO que tradujo Odisea y resto de obras griegas al latín, en versos saturnios (viejos versos usados por los sacerdotes arvales del s. VIII a.C, cuando componían sus versos a Saturno). Aportó, además, los primeros datos escritos sobre las divinidades latinas ancestrales (Marte, Mercurio, Saturno...) y las ninfas camenas (náyades como CARMENTIS, EGERIA, ANTEVORTA… que habitaban en los manantiales del Bosque Porta Capena de Roma, y que lanzaban oráculos a los particulares desde su bosque sagrado. Fueron el preludio de las vestales).
[122] Un CNEO NEVIO que inventó la fabula praetexta, o drama nacional, en su Lupus y Alimonium Romuli et Remi.
[123]
Un QUINTO FABIO PICTOR que dató
el nacimiento de Roma en la VIII Olimpiada de los griegos, año 747 a.C,
[124]
Un LUCIO CINCIO ALIMENTO que cambió
su interés guerrero por los orígenes de Roma,
[125] Un MARCO PORCIO CATON que defendió las tradiciones latinas, en contraposición a las lujosas escrituras griegas y consiguiendo que la lengua latina se impusiese finalmente sobre la griega. Incitó a muchos, además, a escribir sobre el origen de Roma. Escribió 7 libros sobre 7 ciudades del Lazio en su Orígenes, con especial mención a la fundación de Roma y sus datos etnográficos y geográficos. Aportó 150 sentencias morales sobre el espíritu naciente romano en sus Discursos políticos. Concluyó, finalmente, que el valor fundacional romano era contrario a la rebeldía y corrupción griega, en su Praecepta ad Filium.
[126]
Un QUINTO ENNIO que compuso
en 18 libros de hexámetros la historia de Roma,
[127]
Un AULO POSTUMIO ALBINO que
trató
con enorme dulzura y cultura la historia de Roma arcaica,
[128]
Un LUCIO CALPURNIO PISON que
escribió
7 libros sobre la historia de Roma,
[129] Un PUBLIO SEMPRONIO ASELIO que cambió los escritos cronológicos Annales por el nuevo estilo monográfico llamado Historiae (llamado así por sus coetáneos, según explica GELIO en sus Atticae noctes, V, 18, 5), razonando cada acontecimiento que iba describiendo.
[130] Un RUFO PUBLIO RUTILIO que compuso una Historia de Roma con abundante material militar.
[131] Un LUCIO ELIO ESTILON que se dedicó a la enseñanza, siendo maestro de VARRON, ANTIPATRO y LUCILIO, inculcándoles a todos ellos un origen de Roma basado en glosografías generales.
[132]
Un LUCIO CORNELIO SISENNA que escribió
un Orígenes mitológicos de Roma en
23 volúmenes,
[133]
Fundador de la confederación aquea, y escritor de sus Memorias
en 30 libros.
[134]
Autor de Historia de Grecia y Asia,
en 28 libros, durante los años 270-220 a.C.
[135]
A pesar de criticarlo como historiador, pero citado por su gran conocimiento
de la tradición romana. Fue además el enviado por la gens FLAVIA a Delfos
para consultar sobre la victoria romana en la Batalla de Cannas contra Cartago.
[136]
Historiador que vivió durante la I Guerra púnica, y escribió sus Obras
desde un punto de vista pro-púnico.
[137]
Queriendo decir que Roma actuó siempre por sentido común, sin almacenar
mucho pensamiento detrás.
[138] Pues la historia política es la que acaba conformando las demás políticas, según Polibio.
[139]
Un emperador romano que, desde AUGUSTO, fue dotado con los títulos de augustus
(lit. “consagrado por los augurios”) y dueño
del cosmos (dado por unanimidad por el Senado), con su propio mes de Agosto
dedicado al dios emperador, y recapitulando en sí los poderes civiles,
militares y religiosos, como:
-el
princeps (lit. “primero de los
ciudadanos”),
-el pontifects maximus (lit.
“sacerdote máximo”).
Por otro lado, pasaron a ser símbolos del emperador los atributos de:
A lo que había que añadir la invención de la apotheosis imperial, consistente en la ceremonia funeraria imperial realizada a la muerte de un emperador, en función de sus meritos, concedidos por el Senado. Significaba su apo-zeosis o deificación-conversión en un dios. Comenzaba con la quema del emperador en una hoguera, y se seguía con el vuelo de un águila (símbolo del poder real).
[140]
Dominación
colegiada llamada Tetrarquía, regida por 2 augustos y 2 césares para regir así
mejor las partes occidental y oriental del Imperio. Una Tetrarquía que fruto de
las circunstancias, no supuso repartición del poder imperial, sino sólo
distribución de funciones. Y tampoco supuso igualdad, pues DIOCLECIANO siguió
siendo el único descendiente de Júpiter. Además, entre césares y augustos,
se acordaron alianzas incluso matrimoniales.
[141] Hasta la llegada de CONSTANTINO, en que se introdujeron dos nuevas monedas en el mercado: el solidus de oro y la miliarense de plata, ambas con equivalencia de 1:72 libras.
[142] Agrupaciones de 100 individuos, que se distribuían en 5 clases (según la fortuna poseída, y las cualidades morales y humanas).
[143] Por orden de cercanía a la desembocadura del Tíber. De ahí la localización trascendental de Roma, como primer punto cruzable del Tíber (gracias a la Isla Tiberina), una vez llegados los productos al puerto de Ostia.
[144] Y no camino derecho de la Campania, como la tradición siempre había creído, y hoy así mantiene la ciudad de Roma.
[145]
Conjunto de eruditos que trataron de contar, de forma solemne y
majestuosa, las narraciones y hazañas de héroes y pueblos. Recurrieron a
propios recursos estilísticos, aparte de utilizar:
-influencia
homérica, introducida ya por LIVIO ANDRONICO con sus versos saturnos
sobre la Odisea;
-historiografía nacional, introducida por CNEO NEVIO con su Bellum Punicum sobre la I Guerra púnica, y por QUINTO ENNIO con sus
Annales (que sustituyó la mítica
legendaria por propias gestas romanas);
-poesía alejandrina, introducida por los poetae
novi y sus Epilios de
mitologías eruditas, y por OVIDIO con su Metamorfosis
e ideas helenísticas.
[146]
Un MARCO TERENCIO VARRON que
llevó
la vasta cultura romana a su cénit,
[147]
Un MARCO TULIO CICERON que creó
el primer diccionario latino,
[148]
Un QUINTO CALUDIO CUADRIGARIO que compuso
un Rerum Romanorum Libri en 23 libros sobre los orígenes de Roma,
[149]
Un CAYO VALERIO CATULO
que trató
de introducir la literatura alejandrina de Calímaco (de forma refinada y
concisa),
[150]
cf. PLUTARCO, Vidas paralelas, vol. I:
Teseo y Rómulo; Licurgo y Numa Pompilio,
ed. Gredos, Madrid 1985.
[151]
Un LUCIO MAESTRIO PLUTARCO que fue el último gran filósofo griego, aparte de escribir numerosas obras para
emperadores, senadores e historiadores.
En efecto, último de los sacerdotes délficos de
Apolo, describió
al dedillo la geografía mediterránea,
[152] cf. OVIDIO, Cartas del Ponto (trad. de R. Herrera), ed. Gredos, Madrid 2002.
[153]
Un PUBLIO OVIDIO NASON que fue discípulo del elocuente HIGINIO y del hispano PORCIO
LATRON (lo que no le
evitó ser exiliado al Ponto por sus desvaríos amorosos). Y
que en
su Fastos explica el origen del
calendario romano y de cada una de sus fiestas,
[154] Un LUCIO ANEO FLORO que aportó numerosos relatos sobre Hispania, desde su residencia temporal de Tarraco. Aportando, además, un auténtico panegírico sobre la gloria romana fundacional en su Compendio de la Historia de Roma.
[155]
Es verdad que SALUSTIO cita entre sus causas a la fortuna, pero se trata en
todo caso de una fortuna “moderna”, alejada de la clásica fortuna, e
incapaz de regir destino alguno de las cosas.
[156]
Como en el ejemplo que pone de Numancia.
[157]
Con la idea de: cautivar, conmover, agradar.
[158]
En este sentido cabe explicar que casi todos los historiadores romanos
fueron pro-republicanos, y por eso atacan siempre el modelo pro-imperial. Así,
fueron uno tras otro creando la visión idílica que hoy se tiene de la República.
[159]
A pesar de tratarse de la época gloriosa de Roma.
[160]
Motivo de continuas críticas por parte de los estudiosos, y a las que ya el
mismo TACITO se encargó de responder en su obra: “No ignoro que la mayor
parte de los sucesos que he referido… pueden parecer insignificantes… y
que mi tarea es angosta y sin gloria… porque la paz se mantuvo inalterada
o conoció perturbaciones leves”.
[161]
Como es el caso del eclipse, que puede llegar a decidir guerras y batallas.
[162]
A la que llama desordenada, crédula, apática. Se trataba de dar una lección política: la incapacidad de la multitud, la
fatalidad de la monarquía, la necesidad del control aristocrático (cf.
ANDRE, J. M; HUS, A., op.cit, p.
167).
[163]
Pues “el sector más sano de la sociedad romana es, sin duda, la nueva
clase de provincianos promocionados, herederos de las viejas virtudes, que
habían ido accediendo a puestos importantes en la vida del estado gracias a
medidas como las que CLAUDIO tomó para introducirlos en el Senado” (cf.
TACITO, Anales, ed. Gredos, Madrid
1984).
[164]
Siendo el puente hacia PABLO OROSIO, el primero de los medievales. Pues:
-AMIANO
MARCELINO, ultimo clásico, continuó con la vieja escuela de “describir” la
historia,
-PABLO OROSIO, primer medieval, comenzó la nueva escuela de “sintetizar” la
historia.
[165] Pues AMIANO era consciente de la enorme problemática política, militar, histórica, social, religiosa y literaria de su época, y su obra fue encaminada en ese sentido, en un esfuerzo inteligente para que el Imperio comprendiera su ocaso (cf. AMIANO MARCELINO, Historia (trad. de M. L. Harto), ed. Akal, Madrid 2002, p. 26).