Hitler ordenó destruir el Vaticano

Socialista Adolf Hitler, obsesionado con el poder y con destruir toda oposición

Querétaro, 1 julio 2024
Jaime Septién, periodista de Observatorio

          Durante la presentación de un revelador libro sobre la vida de Pío XII, el ex presidente italiano Giulio Andreotti reveló un desconocido episodio histórico producido el 8 septiembre 1943: la orden dada por Adolf Hitler de destruir el Vaticano a sangre y fuego y deportar al papa Pío XII.

          Andreotti hizo el anuncio en Rimini, durante la presentación del libro del investigador Andrea Tornielli titulado Pío XII, el papa de los Hebreos, publicado por la editorial italiana Piemme.

          La presentación de la obra contó también con la presencia del rabino de Nueva York, David Dalin, quien señaló que el papa Pacelli, injustamente fustigado por algunas organizaciones judías, era un gentil justo. Estas fueron sus palabras:

"Él fue un gran amigo de los hebreos, y merece ser proclamado justo entre las naciones, porque ha salvado a muchos de mis connacionales, incluso más que Schindler. Por lo menos a 800.000 judíos, según algunas estadísticas. Por eso es correcto que los líderes de la comunidad hebrea internacional recuerden el gran bien hecho por el papa Pío XII".

          Durante la presentación de la obra, Andreotti señaló que las acusaciones contra el papa Pacelli "no sólo son una tontería, sino una falsedad histórica", y reveló a los presentes el recuento estenográfico del general Wolff, jefe de las SS en Italia. El oficial nazi relató que Hitler "me dio la orden de destruir el Vaticano", así como "arrestar al pontífice para luego conducirlo a un lugar desconocido".

          Tornielli explica en su libro que "el führer montó en cólera tras la firma del armisticio entre el gobierno italiano (del mariscal Badoglio) y los aliados" (el 8 septiembre 1943), y "ordenó al cuerpo de élite de las SS arrasar a sangre y fuego la Santa Sede". En cuanto al destierro, según el general Wolff se habría producido "en el pequeño Liechtenstein", un ducado entonces neutral. 

          El general Wolff, opuesto a aplicar la doble orden de Hitler, solicitó un encuentro reservado con el papa, y reveló a Pío XII las intenciones de Hitler. Más tarde, Wolff logró disuadir a su superior, para que las órdenes no fuesen llevadas a efecto.

          Como recordaba el rabino Dalin, "nunca un papa ha sido más felicitado por los hebreos". De hecho, nada más concluir la II Guerra Mundial, y en los años sucesivos, cientos de manifestaciones de estima por Pío XII llegaron de las máximas autoridades de Israel, desde Golda Meyr hasta el gran rabino de Jerusalén (Isaac Herzog), y desde el secretario del Congreso Mundial Hebreo (que donó al pontífice 20.000 $, como signo de gratitud) hasta el rabino de Roma (Elio Toaff).

          El libro El papa de los Hebreos salió a la luz para apoyar el proceso de beatificación de Pío XII. Por su parte, el Vaticano inició una comisión investigadora judeo-católica de todo lo sucedido, que concluyó en los 12 volúmenes de la obra Actes et Documents du Saint Siège relatifs à la Seconde Guerre Mondiale, en la que se recogen todos los documentos del archivo de la Santa Sede durante la II Guerra Mundial.

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