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¿Aborto por Violación?
Querétaro,
25 abril 2022 Muchas de las cosas que nos informan los medios de comunicación basan su efectividad en las cifras. Los periódicos y la televisión, las revistas y la radio, dan estadísticas al por mayor, y todas las creemos sin más contrastación. Por ejemplo, que la mayoría de las mujeres que quieren abortar han sido víctimas de una violación. Sin embargo, los resultados del último trimestre de los Centros de Ayuda para la Mujer demuestran exactamente lo contrario: que el menor de los porcentajes, de las mujeres que desean abortar, está en los casos de violación. Durante el primer trimestre del presente año los Centros de Ayuda para la Mujer que están localizados en México atendieron a 1.058 mujeres que querían abortar. Y a todas ellas se las orientó a que no lo hicieran, alcanzando el total de estos casos, en los últimos 10 años, la cifra de 26.967. Sobre todo, se les insistió a todas esas mujeres en una misma idea: busca para tu bebé otra salida diferente, que no sea la del asesinato. Si miramos las razones que indujeron a las mujeres a pensar en el aborto, un porcentaje muy bajo lo fue por causa de violación (menos del 1%). Y conste que no estamos defendiendo la violación, pues nos parece que ésta debería ser tratada como lo que es: un crimen de lesa humanidad, castigada con el máximo rigor de la ley. Lo que estamos defendiendo es la vida en todas sus manifestaciones, desde el origen hasta su fin natural. Y lo que defendemos es al bebé, y al ser humano inocente que se encuentra en el vientre de la madre. Mucho es lo que leemos en los medios de comunicación acerca de los católicos, sobre que somos retrógrados por no darnos cuenta de que "el mayor porcentaje de las mujeres que quieren abortar corresponde a las que han sido víctimas de una violación". Digámoslo claro de una vez, con la verdad por delante y con las cifras también por delante. Porque las cifras indican justamente lo contrario: que las que se quedan embarazadas por violación no llegan al 1% de los casos. Por tanto, los católicos condenamos tanto a los embusteros abortistas como a los estúpidos violadores, y tenemos las ideas muy claras a la hora de saber a quién defender: a la mujer violada, y al bebé inocente que en ella ha sido engendrado. .
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