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 Act: 01/07/24   @escritores de iglesia      E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A 

ORÍGENES DE ALEJANDRÍA

resumido por

ESCUELA DE JÓVENES CRISTIANOS, FILIAL DE MERCABÁ

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Orígenes (184-253) fue teólogo alejandrino y el encargado de llevar a su máximo esplendor la escuela teológica de Alejandría, hasta que los quebrantos de su salud pusieron fin a su vida, durante la persecución de Decio.

Vida. Eusebio de Cesarea es el principal relator de Orígenes (Historia Eclesiástica, VI), aunque también Pánfilo de Cesarea compuso una Apología en defensa de Orígenes, con datos biográficos de interés. Gregorio el Taumaturgo, discípulo de Orígenes, compuso en su honor un Discurso de Despedida, importante en cuanto al método didáctico de su maestro. San Jerónimo también ofrece bastantes datos aprovechables (Varones Ilustres, LIV, 62; Epistolario, XXXIII).

Orígenes fue el hermano mayor de una familia cristiana, y en las escuelas de Alejandría adquirió una esmerada educación tanto profana como religiosa. Tras el martirio de su padre (Leónidas), bajo la persecución de Severo (ca. 202), Orígenes se hizo cargo de su familia, ya que el estado se había incautado de sus bienes.

El año 205 es puesto al frente de la Escuela Catequética de Alejandría por el obispo Demetrio, obispo de Alejandría, y en ella ejerció la tarea docente como un maestro auténtico y ejemplar, "moviendo a innumerables discípulos a emular su ejemplo" (Eusebio, Historia Eclesiástica, VI, III, 7). Interpretando literalmente Mt 19,12 se castró a sí mismo en fidelidad a las exigencias evangélicas (cf. Ibid, VI, VIII, 1-3), y empezó a llevar un ascetismo por lo general equilibrado (cf. Ibid, VI, III, 9-10).

La 1ª etapa de su docencia se desarrolla en Alejandría desde el 203 al 231. El aumento del alumnado y la complejidad de las materias enseñadas obligó a Orígenes a tomar como director adjunto a su discípulo Heraclas, encargándose éste de los cursos introductorios (Dialéctica, Física, Matemáticas, Geometría y Astronomía) y el propio Orígenes a las clases superiores de Filosofía, Teología y Escritura. Para su propia formación filosófica frecuentó las explicaciones de Ammonio Saccas, el fundador de la escuela neoplatónica, y de él obtuvo sus concepciones cosmológicas y la propia metodología origeniana.

Durante esta 1ª etapa realizó Orígenes diversos viajes a Roma (ca. 212) con el propósito de "ver la antiquísima Iglesia de los romanos" (Historia Eclesiástica, VI, XIV, 10) y a su gran amigo Hipólito de Roma. Otro viaje realizó a Arabia (ca. 215) a instancias del gobernador romano de Arabia, deseoso de ser instruido por el maestro alejandrino. Otro viaje realizó a Israel (ca. 216) por invitación de los obispos locales, para explicar las Escrituras a sus fieles. Y otro realizó a Grecia (ca. 230) para refutar allí a algunos herejes. A su paso por Cesarea del Mar fue ordenado sacerdote por el obispo Teoctisto, y esto le valió la excomunión de su obispo Demetrio de Alejandría (ca. 231).

La 2ª etapa de su docencia transcurre en Cesarea desde el 231 al 251. Aquí funda Orígenes una nueva escuela teológica, de corte alejandrino.

Durante esta 2ª etapa viajó Orígenes a Antioquía de Siria (ca. 232) por invitación de Julia Mamea (madre del emperador Alejandro Severo), para que le adoctrinara. También viajó a Arabia (ca. 244) para devolver a la fe al obispo monarquiano Berilo de Bostra. Y también viajó a Fenicia (ca. 253), donde los tormentos sufridos por la persecución de Decio debilitaron su salud, y le provocaron la muerte estando en Tiro (Eusebio, Historia Eclesiástica, V1, XXXIX, 5).

Obras. Epifanio de Salamina da como cierto que Orígenes había escrito nada menos que 6.000 libros (Herejes, LXIV, 63), lo que demuestra por lo menos su fama de laboriosidad. San Jerónimo (Adversus Ruinum, II, 22) atestigua que la lista de las obras origenianas, añadida por Eusebio en la biografía de San Pánfilo (perdida), contaba unos 2.000 títulos. De ellos conocemos sólo 800 según el catálogo que ofrece el mismo jerónimo en su carta a Paula (Epistolario, XXXIII).

Para la publicación de tan elevado número de escritos contó con la ayuda inestimable de su amigo Ambrosio, que le proporcionó siete taquígrafos, otros tantos copistas y varios calígrafos (Historia Eclesiástica, VI, XXIII, 1-2). De su inmensa producción se ha conservado sólo una exigua parte, y de ésta el texto en muchos casos no es ya el original griego, sino el de la versión latina. Puede agruparse en cuatro apartados:

Escritos bíblicos. Son los más numerosos. Fue el primero que se aventuró a establecer el texto crítico del AT, disponiéndolo en 6 columnas: las Hexaplas. Contenían el texto hebreo, el mismo texto pero con caracteres griegos para identificar la pronunciación, y cuatro versiones griegas: la de los Setenta, y las de los judíos Aquila, Símaco y Teodoción. Fue una obra monumental incabada que se conservó en la biblioteca de Cesarea y de la que sólo nos han llegado algunos fragmentos.

Con carácter exegético, escribió sobre todos los libros del AT y NT en 3 géneros literarios: los Escolios (sobre Éxodo, Levítico, Isaías, Salmos, Eclesiastés y cuarto Evangelio) prácticamente perdidos; las Homilías, de valor más ascético y espiritual, destacando junto a las 20 homilías sobre Jeremías y algunas otras, las dos sobre la Pascua recientemente descubiertas y publicadas en 1953 por Nautin; los Comentarios, que es la producción bíblica más elaborada, pero interesándose más por el sentido místico que por el literal y dando así lugar a manifiestos errores hermenéuticos, y también a unas penetrantes consideraciones espirituales.

Se han conservado fragmentos de sus comentarios a Mateo, a Juan, a la carta a los Romanos y al Cantar de los Cantares, obra ésta la más importante en opinión de San Jerónimo. En las Catenae, en algunos manuscritos bíblicos y en referencias de escritores posteriores hay dispersos fragmentos de sus comentarios sobre Génesis, Salmos, Isaías, Lamentaciones, Ezequiel, Profetas Menores, Lucas, Gálatas, Efesios, Filipenses y varios más.

Escritos apologéticos. Por el año 178 el filósofo pagano Celso escribió un alegato contra los cristianos titulado Discurso Verdadero. Orígenes, a instancias de su amigo Ambrosio, y hacia el 246, va a responder a Celso con un tratado en 8 libros: el tratado Contra Celso, que va rechazando punto por punto los argumentos del filósofo platónico.

En general, la defensa que hace Orígenes del cristianismo resulta atractiva, por el talante humano y religioso. La indudable preparación del adversario tuvo ciertamente su réplica adecuada en este erudito maestro cristiano que compuso de esta forma la más grande apología de la Iglesia primitiva.

Escritos dogmáticos. La obra más importante de Orígenes fue su Principios (lit. Pera Arkhon), 1ª sistematización del dogma y de la doctrina cristiana. Fue compuesto del 220 al 230, y consta de 4 libros.

El 1° es una teología que trata de Dios uno y trino, de los ángeles y de su caída; el 2° es una cosmología que habla de la creación del mundo y del hombre en cuanto ser espiritual (encadenado en un cuerpo, pero redimido por Cristo); el 3° es una antropología que analiza la libertad humana, los pecados y la reconstitución final de todas las realidades en Dios; el 4° es una teleología sobre la revelación de la Escritura, como fuente de la fe y de sus diversas interpretaciones.

Otras obras apologéticas de Orígenes nos han llegado en forma de fragmentos, como la Disputa con Heráclides hallada en uno de los Papiros de Toura (sobre la doctrina trinitaria) y un escrito Sobre la Resurrección (en que por lo visto Orígenes negó la identidad material entre el cuerpo resucitado y el cuerpo humano).

También escribió una Miscelánea en 10 libros, según informa Eusebio (Historia Eclesiástica, VI, XXIV, 3) y San Jerónimo (Epistolario, LXX, 4), donde el alejandrino cotejó la enseñanza cristiana con la de los viejos filósofos, como Platón y Aristóteles.

Escritos espirituales. El año 233, y a petición de su amigo Ambrosio, escribe Orígenes el breve tratado Sobre la Oración. En su 1ª parte aporta enseñanzas generales acerca de la oración, tratando en la 2ª parte el Padrenuestro y en la 3ª parte un apéndice sobre la actitud interior y exterior más conveniente para la oración concluye esta pieza, testimonio de la profunda y viva piedad de su autor.

Al comienzo de la persecución de Maximino Tracio (ca. 235) compuso Orígenes en Cesarea una Exhortación al Martirio, dirigida a sus amigos Ambrosio y Protecto (diácono y sacerdote de aquella ciudad) para aguantar lo que estaba sucediendo bajo el emperador Decio. También la escribe el autor para "los que juzguen que es suficiente creer sólo en el corazón, y les es indiferente sacrificar externamente a los dioses falsos". Como se ve, el escrito revela la personal actitud del alejandrino a lo largo de toda su vida: una lealtad inquebrantable, y un amor ardiente al Salvador.

De su extenso epistolario, agrupado en 4 colecciones, no quedan más que 2 cartas, una dirigida a su discípulo Gregorio Taumaturgo (ca. 238) y otra a Julio Africano (ca. 240).

Dios. La idea de Dios es el punto de partida del que arranca Orígenes, a la hora de estructurar orgánicamente todo su sistema.

Dios es Uno, y tiene como cualidades específicas el ser espíritu, ingénito, invariable e inmutable. Se trata, en ese sentido, del mismo Dios mostrado por el AT (es decir, Creador, Padre, Providente, Juez y Remunerador).

Dios es Trino, y las diversas personas de esa trinidad se relacionan entre sí, según Orígenes con cierto subordinacionismo. Es decir, sólo el Padre es autotheos, mientras que el Hijo (eterno, homoousios y consustancial) es deuteros theos (lit. segundo Dios), y no "simplemente bueno" (como el Padre) sino "imagen de la bondad" (cf. Contra Celso, V, 39; Principios, I, II,13). Por su parte, el Espíritu Santo ocuparía un rango inferior al del Hijo (cf. Principios, prefacio, 4).

Escritura. Hacia ella manifiesta Orígenes un respeto y veneración extraordinarios. Acomodándose a la tricotomía de Platón, distingue 3 sentidos en la Biblia: el corporal (o literal), el psíquico (o moral) y el espiritual (o alegórico). Su interés permanente consiste en tratar de entender los textos sagrados en ese sentido más elevado y espiritual.

Cristología. Para Orígenes Jesucristo es Dios-Hombre, y en él habita toda la divinidad, pues es trono del Padre y conglorificado con el Padre. El Logos es el que tomó cuerpo y se hizo hombre, en una íntima unión de naturalezas en Cristo y perfecta comunicación de idiomas.

Mariología. Según el cronista Sozomeno Orígenes aplicó a María el título de theotokos (lit. madre de Dios), aunque este término no aparece registrado en los escritos origenianos que han llegado hasta nosotros. Sí que se recoge, en cambio, una clara afirmación de la maternidad universal de María, como deja bien claro en su Comentario a Juan.

Eclesiología. Muy interesante es la visión de Orígenes sobre la Iglesia, como inmaculada e irreprochable. También su definición de ella, como comunidad de los fieles que los miembros de Cristo. La Iglesia militante es apoyada por la Iglesia triunfante, pues los santos (los fieles ya difuntos) sostienen con su intercesión al que ora.

Bautismo. El testimonio de Orígenes es favorable al dogma del pecado original, y recuerda que toda alma que nace con la carne sale en pecado a la vida, y por eso ha de administrarse el bautismo a los niños recién nacidos.

Penitencia. La doctrina de Orígenes en torno al perdón de los pecados parece fluctuar un poco. En ocasiones habla de la idolatría, del adulterio y de la fornicación como de "pecados incurables". Sin embargo, hay que observar que no usa la expresión "pecados imperdonables", así como nunca dice que puedan ser perdonados con la sola oración. Es clásica su cita (cf. Contra Celso, III, 50) en que se habla de una "readmisión del pecador en el rebaño, después de un periodo de penitencia".

Eucaristía. En cuanto a la eucaristía, da testimonio Orígenes de la presencia real, aunque en varias ocasiones explica alegóricamente el cuerpo y sangre de Cristo. De hecho, en una de sus homilías (cf. Homilías, XVI, 9) afirma que la sangre de Cristo puede beberse de 2 maneras: sacramentalmente, o "cuando acogemos sus palabras, en las cuales está la vida". El carácter sacrificial de la eucaristía queda afirmado, por último, con suma claridad.

Escatología. Se trata de una de las doctrinas más discutibles de Orígenes, sobre todo en cuanto a la restauración universal o apocatástasis final. Es decir, que según Orígenes todas las cosas todas volverán a su estado original, o puramente espiritual. Por tanto, las almas de los pecadores pasarán por un fuego purificador, e igualmente los demonios. No existe, pues, un fuego eterno. Cuando todos los seres se hayan purificado tendrá lugar la segunda venida de Cristo, y entonces Dios será todo en todas las cosas. Después de esta restauración, seguirán otras en una sucesión sin fin. En íntima relación con esta teoría defiende Orígenes la preexistencia de las almas, que eran espíritus separados de Dios en el mundo anterior, y que ahora se encuentran encerradas en los cuerpos.

Espiritualidad. No podemos omitir la doctrina ascético-mística de Orígenes, últimamente algo más estudiada. El ideal de perfección consiste, según él, en "asemejarse lo más posible a Dios". Para esto se requiere la gracia de Dios (como paso 1º y más importante), y en 2º lugar el esfuerzo y la lucha humana.

Ver aquí su Principios (, , , y ), Celso (, , , , , , y ), Hexapla ( y ), Génesis (), Exodo (), Isaías (), Jeremías (), Cantar de Cantares () y Tratado de Oración ().
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cf. MENDOZA, F; "Orígenes", en Gran Enciclopedia Rialp, ed. Rialp, Madrid 1991.

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Molina de Segura, 1 de Julio de 2024