ANTIGUO EGIPTO
Instrucción a Merikara

Comienzo de la instrucción que hizo su majestad el rey del Alto y Bajo Egipto, Hety, para su hijo Merikara:

Un hombre violento significa confusión para los ciudadanos, y crea partidarios entre los jóvenes. Si tú hallas que los ciudadanos se están pasando a él, acúsalo ante los cortesanos. Un charlatán es alguien que crea problemas en la ciudad.

Que seas justificado ante Dios, de forma que la gente pueda hablar en tu ausencia. Que castigues en respuesta al crimen. Una buena naturaleza es el cielo del hombre. Por el contrario la maldición del violento es terrible. Sé hábil de palabras, para resultar victorioso. La lengua es la espada del enemigo. Las palabras son más fuertes que cualquier combate, y el ingenioso no puede ser sobrepasado. El sabio es una escuela para los nobles, y aquellos que conocen su sabiduría no lo atacarán. No habrá delitos cerca de él. La verdad vendrá a él en toda su pureza, de acuerdo con los consejos de las palabras de los antepasados.

Imita a tus padres y a tus antepasados, cuyas palabras quedaron fijadas en libros. Abre, lee y copia su sabiduría. El que es enseñado se convierte en un experto. No seas malvado; la clemencia es buena. Haz tu monumento duradero por amor a ti. Multiplica al pueblo, enriquece a la ciudad. Dios será adorado por tus donaciones. Pide por tu felicidad; ruega por tu salud.

Respeta a los nobles; ten a salvo a tu pueblo. Fortalece tus fronteras y a tus guardias fronterizas. Es bueno trabajar para el futuro. La vida del clarividente es respetada en tanto que el confiado será siempre un sufridor. Haz que la gente venga a ti gracias a tu buen carácter. Es un vil el que ambiciona la tierra de su vecino, un ignorante el que anhela lo que otros poseen.

La vida en la tierra pasa, y no es larga. Afortunado aquel de quien se guarda un buen recuerdo. Un millón de hombres no aprovechan al señor del Doble País. El hombre bueno vive para siempre. El que viene con Osiris puede marchar, al igual que el que abandona al complaciente consigo mismo.

Engrandece a tus nobles, para que ellos sigan tus leyes. Aquel que es rico en su casa no se mostrará parcial; es un señor de bienes el que de nada carece. Por el contrario, el hombre pobre no habla de acuerdo con su verdad; no actúa correctamente quien dice: «¡Ojalá yo tuviera!»; se muestra parcial con el que ama; se inclina ante el señor de sus sobornos. Grande es el grande cuyos grandes son grandes. Es fuerte el rey que tiene cortesanos; aquel que es rico en nobles es bien estimado. Di la verdad en tu casa para que te respeten los nobles de la tierra, porque la rectitud le cuadra bien a un soberano. El frente de una casa es el que inspira el temor a la parte posterior.

Practica la justicia y perdurarás sobre la tierra. Apacigua al que llora, no oprimas a la viuda, no apartes a un hombre de las posesiones de su padre, no dañes a los nobles en sus posesiones, guárdate de castigar equivocadamente. No mates, pues eso no te ha de ser de provecho. Más bien, castiga con golpes y con la prisión. Gracias a ello esta tierra estará en orden, excepto el rebelde, cuyos planes serán descubiertos, pues Dios conoce a los traidores y golpea sus crímenes en sangre. Él es misericordioso. No mates a un hombre cuyas cualidades conoces, aquel con quien una vez cantaste las escrituras, uno que marchaba con libertad en el lugar de los secretos. El ba llega al lugar que conoce; no se extravía de su camino de ayer; no puede oponérsele ningún tipo de magia, y llega hasta aquellos que le dan el agua.

En cuanto al tribunal que juzga a los miserables, sabes que ellos no son benignos en el día de juzgar al malvado, en la hora de cumplir con su tarea. Es terrible que el acusador sea un hombre de conocimiento. No pongas tu confianza en la duración de los años, pues ellos ven el tiempo de la vida como una hora. El hombre puede permanecer tras la muerte, pues sus acciones se colocan junto a él como un tesoro, y la existencia allí es eterna. Estúpido es quien hace que los jueces se irriten. Y respecto al que llega a ellos sin haber cometido faltas, quedará allí como un dios, yendo libremente, como los señores, eternamente.

Recluta a tus jóvenes y la Residencia te amará. Multiplica tus partidarios entre los que te rodean. Mira, tu ciudad está llena de incremento de gente. Durante veinte años se complacen los jóvenes en seguir su deseo. Los veteranos volverán a sus hijos. Yo he realizado levas entre ellos cuando aparecí en gloria como un rey. Engrandece a tus nobles; promueve a tus soldados; enriquece a los jóvenes que te siguen. Provee con bienes, dota con campos, recompensa con ganado. No distingas entre el hijo de un hombre bien nacido y uno del común. Toma al hombre según sus habilidades; todas las artes prosperarán. Protege tu frontera; erige tus fortalezas. La tropa es provechosa para su señor.

Haz hermosos tus monumentos para Dios; este hace vivir el nombre del que lo hace. El hombre ha de hacer lo que es beneficioso para su ba. En el servicio sacerdotal mensual lleva sandalias blancas; visita el templo; sé discreto con los secretos; entra en el santuario y come pan en el templo. Provee espléndidamente la mesa de ofrendas; incrementa las provisiones y multiplica las ofrendas cotidianas. Ello es provechoso para quien lo hace. Provee tus monumentos de acuerdo con tu riqueza, pues incluso un solo día puede aportar para la eternidad, incluso una hora puede contribuir al futuro. Dios reconoce a quien trabaja para él.

Un ejército expulsará a otro ejército, de acuerdo con lo que los antepasados profetizaron al respecto. Egipto combate en la necrópolis, destruyendo tumbas en ofensivas acciones. Yo también actué de esa forma, y sucedió lo mismo, como suele acontecer para aquel que se desvía de Dios. No trates mal a la tierra del sur. Ya conoces lo que la Residencia profetizó al respecto; si ello sucede, de igual forma puede acontecer esto otro. Antes que ellos la atravesaran, según habían dicho, yo alcancé Tinis, hasta su frontera meridional en Taut, y me apoderé de ella como una avalancha de agua. El soberano Meribré, justo de voz, no lo había hecho. Sé, pues, por ello, misericordioso.

Renueva los tratados, porque no hay corriente que se oculte a sí misma. Es bueno trabajar para el futuro. Trata bien a la tierra del sur. Ellos vienen a ti trayendo tributos, trayendo presentes. He actuado igual que los antepasados. Si alguien no tiene el grano que debe dar, sé amable, porque ellos son débiles ante ti. Sáciate con tu pan y tu cerveza. El granito llega a ti sin impedimentos; no dañes los monumentos de otro. Explota la piedra de Turah, y no edifiques tu tumba con escombros. Usa lo que ha sido hecho para lo que todavía ha de hacerse.

Mira, un rey es un señor de alegría. Relájate y duerme en tu poder. Sigue a tu corazón, a través de lo que yo he hecho, pues no hay rival dentro de tu frontera. Yo me alzo, señor en la ciudad, cuyo corazón está herido a causa del Delta, desde Hut-Shenu hasta Sembaka y su frontera meridional hasta el canal de los Dos Peces. He pacificado el occidente entero hasta las dunas del Fayum. Pagan los impuestos; entregan madera de cedro; puede verse la madera de junípero que nos dan. El este está lleno de extranjeros. Las islas interiores han sido devueltas, y todo hombre en ellas, todo templo dicen: «¡Tú, grande!», mostrándome respeto.

Mira, la tierra que ellos habían arrasado se ha organizado en nomos; hay todo tipo de grandes ciudades allí. Lo que era regido por uno solo ahora está en manos de diez hombres. Se provee, listo de todo tipo de impuestos. Los puros están dotados de tierras, y trabajan para ti como un único equipo. No surgen rebeldes de ellos. Hapy no te creará problemas no viniendo. Los tributos del Delta están en tu poder. Se ha fijado el noray en mi distrito, que yo he hecho en el este, desde Hebenu hasta el camino de Horus, dotado de ciudades llenas de gentes, lo más escogido de toda la tierra, para repeler los ataques contra ellos.

¡Ojalá vea yo un bravo que lo copie, que supere lo que yo he hecho! Un heredero miserable sería mi desgracia. Además, debe decirse esto acerca del extranjero: mira, el vil asiático es un miserable a causa del lugar en que se halla. Tiene problemas con el agua, dificultades con los árboles; sus caminos son múltiples y malos a causa de las montañas. No habita en un único lugar.

Combate desde el tiempo de Horus. Ni conquista, ni tampoco es conquistado. No anuncia el día del combate, como un ladrón que se precipita hacia los conspiradores. Pero así como yo estoy vivo y seguiré siendo el que soy, que cuando los extranjeros eran como los muros de una fortaleza, abrí una brecha en sus castillos; hice que el Delta les golpeara; capturé a sus habitantes y me apoderé de su ganado, hasta que los asiáticos aborrecieron Egipto. No te sientas turbado por su causa, pues el asiático es como un cocodrilo en su orilla. Saquea en un camino solitario, pero nada puede arrebatar de una ciudad de nutrida población. Medenyt ha sido rescatado para su nomo; ha sido irrigado su flanco hasta Kem-Ur. Es el baluarte contra los extranjeros; sus defensas y sus combatientes son numerosos. Hay allí fieles partidarios que saben cómo usar las armas, además de los puros en su interior.

La región de Menfis totaliza diez mil hombres, a saber, hombres del común y puros exentos de impuestos; hay allí funcionarios desde el tiempo de la Residencia. Las fronteras están firmemente establecidas, y sus fortalezas son poderosas. Muchos norteños la irrigan hasta el Delta, gravados con impuestos en cereal, al igual que los puros Mira, es la puerta del Delta; han hecho un dique hasta Heracleópolis. Una ciudad populosa es un apoyo al corazón. Guárdate de estar rodeado de partidarios de tu enemigo. La precaución renueva los años.

Si tu frontera es atacada por el sur, entonces los extranjeros se ceñirán los cinturones. Construye, pues, fortalezas en el Delta. El nombre de un hombre no ha de empequeñecerse por lo que ha hecho, y una ciudad bien asentada no recibirá daño. Construye, pues, fortalezas para ti, porque el enemigo ama la destrucción y las acciones miserables.

El soberano Hety, justo de voz, ya estableció en su Enseñanza: «Aquel que permanece inmóvil ante el violento es uno que daña las ofrendas». Dios atacará al rebelde en el templo; será sobrepasado por lo que hizo. Quedará satisfecho con lo que planeaba atrapar, y no hallará gracia en el día del dolor. Enriquece las ofrendas; respeta al dios. Y no digas: «Esto es una vileza». No desates tus brazos. El que se rebela contra ti injuria al cielo. Un monumento es próspero por cien años. Si el enemigo comprendiera se abstendría de dañarlo. No hay nadie que esté libre de enemigos.

El señor de las Dos Orillas es un sabio. El rey, señor de cortesanos, no puede ser ignorante. Ya era sabio cuando salió del vientre. Dios lo ha distinguido frente a un millón de hombres. La realeza es una hermosa función; no tiene hijo, no tiene hermano que mantenga su monumento. Es un individuo solo quien puede ennoblecer a otro. El hombre debe actuar para el que fue antes que él, de forma que quede preservado lo que hizo por el otro que le sucede. Mira, en mi tiempo sucedió un desdichado acontecimiento.

El nomo de Tinis fue saqueado. Sucedió realmente como acción mía, aunque lo supe después de que fuera hecho. De mi acción resultó una falta, porque la destrucción es vil. No aprovecha al hombre restaurar lo que él ha destruido, arreglar lo que él había mutilado. Guárdate de ello. Un golpe es pagado con su igual. Todo lo que se hace trae consecuencias.

Una generación sucede a otra generación de hombres, y Dios, que conoce su carácter, se ha escondido. No puede haber oposición al señor de la mano. Ataca todo cuanto ven sus ojos. Debe mostrarse respeto a Dios sobre su camino, que está hecho en piedras preciosas, creado en bronce, como un curso de agua que es reemplazado por otro curso de agua. No hay río que se permita esconderse, sino que rompe el dique en el que se había ocultado. Así también el ba marcha al lugar que conoce, y no se extravía sobre su camino de ayer.

Haz espléndida tu mansión en el occidente; haz firme tu lugar en la necrópolis, siendo recto, practicando la justicia, en la que confían sus corazones. Las cualidades del que es recto de corazón son aceptadas con preferencia frente al buey del pecador. Si lo haces para Dios, él actuará igualmente en tu beneficio. Dota espléndidamente su altar con esculturas y ofrendas. Esto es lo que ha de guiar tu nombre, porque Dios tiene conocimiento de aquel que para él trabaja. ¡Bien gobernada está la humanidad, el rebaño de Dios!

Dios ha hecho el cielo y la tierra para su deseo, y ha reprimido la voracidad de las aguas. Él ha creado el aliento de vida para que vivan sus narices. Ellos son imágenes suyas que han salido de su carne. Él brilla en el cielo para sus corazones. Ha creado las plantas para ellos, así como el ganado, las aves y los peces. Ha matado a sus enemigos; ha aniquilado a sus hijos, porque pensaban en hacer rebelión. Para sus corazones hizo la luz; navega para verlos. Ha levantado una capilla alrededor de ellos. Escucha si lloran.

Dios ha creado para ellos gobernantes, desde el huevo, comandantes que se alzarán en el dorso del débil. Para ellos ha creado magia, como armas para reprimir el impacto de los acontecimientos, vigilando sobre ellos tanto de día como de noche. Ha matado a los traidores que había entre ellos, como golpea un hombre a su hijo a causa de su hermano. Dios conoce a todos los hombres.

No descuides mis palabras, que proporcionan todas las normas concernientes a la realeza, que te instruyen para que puedas alzarte como un hombre, y para que puedas alcanzarme sin que nadie te acuse. No mates a alguien que esté próximo a ti, a quien hayas favorecido. Dios le conoce, y él es uno de los afortunados sobre la tierra. Divinos son aquellos que siguen al rey.

Haz que seas amado por todos los hombres; un buen carácter se recuerda. Que seas llamado «aquel que acabó con un tiempo de sufrimiento» por aquellos que vendrán después en la casa de Hety, justo de voz, pensando en lo que hoy ha acontecido. Mira, te he comunicado lo más excelente de mi pensamiento. Actúa según lo que se ha establecido ante ti.