ANTIGUO EGIPTO
Correspondencia de Hekanakhte

I

Comunicado del servidor del ka, sacerdote funerario Hekanakhte, para Merisu:

Respecto a todo lo que puede ser inundado en nuestra tierra, eres tú quien la cultivas, así que ¡presta atención!, así como toda mi gente, como tú. Mira, yo te considero responsable de ello. Sé muy diligente en el cultivo. Cuida de que mis semillas de grano estén bien preservadas, y que todas mis propiedades estén bien guardadas. Mira, yo te considero responsable de ello. ¡Preocúpate de toda mi propiedad!

Haz que Nakht, el hijo de Hety, y Sinebniut bajen a Per-Haa para cultivar para nosotros diez aruras de tierra en arriendo. Habrán de tomar la renta para ello de la tela tejida allí donde estáis. Pero si ellos han percibido ya el valor de intercambio del cereal que hay de mi propiedad en Per-Haa, podrán igualmente utilizarlo para ello. Si no tenéis más que esta tela que yo dije se tejiera, ellos la tomarán en su valor en el poblado de Nebeseyet, y arrendarán tierra de acuerdo con su valor.

¿Y qué hay respecto al hecho de hacer que Sihathor acuda a mí con la cebada vieja y seca que había en Djedsut, sin darme los 10 sacos de cebada nueva y buena? ¿No estás tú satisfecho comiendo buena cebada, en tanto que yo estoy postrado? Además, el barco está atracado en tu puerto, y tú estás cometiendo toda la maldad posible.

Si has hecho que me envíen la cebada del norte para almacenar la cebada nueva, ¿qué puedo decir?, ¿qué bueno es esto? Pero si no me asignas una medida de cebada para mí, como cebada nueva, yo no te asignaré ello para ti nunca más. ¿No dije yo «ha crecido Snefru»? Cuida de él; proporciónale un salario de alimentos. Y saluda a Snefru como el primero de mi cuerpo, mil veces, un millón de veces. Sé muy cuidadoso, y escríbeme.

Cuando se inunde mi tierra, que él la cultive contigo y con Inpu ten mucho cuidado tú y Sihathor. Cuídalo con mucha atención. Y envíamelo después del laboreo. Haz que me traiga dos sacos de cereal y lo que puedas encontrar de cebada. Pero solo lo que haya de excedente de vuestras raciones hasta que alcancéis el tiempo de la cosecha. No seas negligente respecto a todo aquello sobre lo que te he escrito. Mira, es este un año apropiado para que el hombre trabaje para su señor.

Con relación a todos los asuntos de mi hacienda, y a todos los asuntos de mi terreno que está en Sinwi, yo lo he sembrado de lino. No permitas que nadie se asiente en él. Y con respecto a todo aquel que te dirija la palabra, habrás de dirigirte al respecto. Has de dedicar ese terreno a cebada; no siembres allí espelta. Pero si acontece una gran inundación, entonces lo sembrarás con espelta.

Vela atentamente por Inpu y Snefru. Tú mueres con ellos así como vives con ellos. ¡Ten mucho cuidado! Mira, no hay nadie más importante que cualquiera de ellos ahí contigo en la casa. No seas negligente al respecto. Y haz que sea expulsada de mi casa la sirvienta de hogar Senen. Cuida de ello, cualquiera que sea el día en el que Sihathor llegue a ti. Mira, si Senen pasa un solo día en mi casa, has de actuar. Serás tú el que habrá permitido que ella haga daño a mi nueva esposa. ¿Por qué voy a tener que causarte un disgusto? ¿Qué pudo hacer ella contra vosotros, Merisu? ¿Por que la odias?

Saluda a mi madre Ipi mil veces, un millón de veces. Saluda a Hetepet, a toda la familia, y a Nofret. ¿Y qué es eso de hacer daño a mi nueva esposa? Has ido demasiado lejos. ¿Has sido acaso colocado junto a mí como igual? Sería bueno que desistieras. Envía una relación de todo aquello que ha de tomarse de lo que hay en Per-Haa. Ten mucho cuidado y no seas negligente.

II

Escrito que el servidor del ka, Hekanakhte, envía a su familia en Nebseyet. Un hijo habla a su madre, el sacerdote funerario Hekanakhte, a su madre, a Ipi y a Hetepet:

¿Cómo estáis en vida, prosperidad y salud en el favor de Montu, señor de Tebas? ¿Y la familia, toda ella? ¿Cómo estáis? ¿Cómo estáis en vida, prosperidad y salud? No os preocupéis por mí. Gozo de buena salud y de vida.

Mirad, sois como aquel que come hasta que se encuentra saciado, después de haber padecido hambre hasta el blanco de sus ojos. Mirad, la tierra entera se muere, en tanto que vosotros no pasáis hambre. Mirad, antes de que fuera allá corriente arriba, fijé vuestras raciones de alimento apropiadamente. ¿Es acaso ahora la crecida grande? Nuestras raciones de alimento se han fijado para nosotros de acuerdo con la inundación. Sed, pues, pacientes, cada uno de vosotros. Mirad, he dispuesto las cosas para que permanezcáis alimentados.

Cuidad mucho de irritaros por esto. Mirad, toda la familia es como mis hijos, y soy responsable de todo. Se dice que es mejor vivir a medias que morir de una vez. Mirad, se debe llamar hambre a la auténtica hambre. Porque aquí han comenzado a comerse a las personas. No hay nadie a quien se entreguen estas raciones de alimento en ningún lado. Debéis comportaros con animoso corazón hasta que yo llegue hasta vosotros, porque pasaré el verano allí.

III

Comunicado del sacerdote funerario Hekanakhte a Merisu y a Nakht, hijo de Hety, el subalterno:

Proporcionad a mi gente estas raciones mientras estén trabajando. Tened mucho cuidado. Labrad toda mi tierra, seguid sembrando, arad con vuestra nariz en el trabajo. Mirad, si son diligentes, serán dadas gracias a Dios por ti, y no tendré que causaros ningún disgusto. Se deben empezar a repartir las raciones de alimento, sobre las que os escribí, el primer día del mes de Khentikhetyperty, y los sucesivos primeros días de cada nuevo mes. No seáis negligentes con respecto a las catorce aruras de tierra que están en los pastos y que fueron entregadas por Khentykhety, hijo de Ipi el Joven, para su cultivo. Sed especialmente diligentes. Mirad, ¡estáis comiendo mis raciones de alimento!

Con relación a cualquier propiedad de Inpu que tengas, has de dársela. Si algo ha sido dañado, repónselo. No hagas que tenga que escribirte otra vez sobre eso. Ya te escribí dos veces al respecto.

Si Snefru se quiere hacer cargo de esos toros, habrás de colocarlo a cargo de ellos. Porque él no quiere estar contigo cultivando, yendo para arriba y para abajo, y tampoco quiere él venir acá conmigo. Lo que él quiera hacer, debes hacer que esté contento con lo que quiera. Con respecto a todo aquel, mujeres u hombres, que rechace las raciones de alimento, que venga aquí conmigo y que viva como yo vivo.

Y ahora, antes de que yo viniera aquí, ¿no os dije «no separéis a amiga alguna de Hetepet de ella, sea su peluquera o su asistenta»? Cuidad mucho de ella. ¡Ojalá seáis igualmente eficientes en todos los aspectos como en este! Si tú, Merisu, no la quieres, haz que se me envíe a Iutenhab. ¡Así como Ipi vive por mí, que el que cometa alguna falta sexual contra mi nueva esposa estará contra mí y yo estaré contra él!

Mirad, se trata de mi nueva esposa, y es bien conocido cómo ha de actuarse con respecto a la nueva esposa de un hombre. Mirad, con relación a todo aquel que haga algo por ella, igual es hecho para mí. Y además, ¿hay alguno de entre vosotros que soportara que su mujer le hubiera sido denunciada? Así pues, lo sobrellevaré. ¿Cómo, pues, podré estar con vosotros en comunidad, si vosotros no respetáis a mi nueva esposa.