VIDRIERA GÓTICA
Invento de la Francia del s. XII, y símbolo del apogeo cultural medieval
Madrid,
1 mayo 2020 La vidriera fue la gran protagonista del edificio bajo medieval europeo, y la joya luciente de la Europa bajo Medieval. No fue su invento más importante, por supuesto, pero sí el más vistoso. Y de ahí que pronto empezase a sustituir a los viejos muros pintados sobre las paredes románicas, y a organizar en torno suyo los nuevos conceptos de sustentación (más ligera), altura (más elevada), espiritualidad (más luminosa) y sociedad (más participativa). Se trató de una vidriera que abarcó temáticas tanto bíblicas como monárquicas, ya que su uso no se limitó a las iglesias (sus inventoras), sino también a los palacios y espacios destinados para las ceremonias reales. Su objetivo buscó simbolizar la entrada del reino espiritual de Dios (o del rey) en aquel espacio interior, por medio de la creación de una luz coloreada, diferenciada y no material, alejada del ruido y mundanismo exterior. En líneas generales, la vidriera más importante debía ser colocada en la fachada Norte del edificio, dentro de una ventana circular (rosetón) que llevara la luz de la calle a la cabecera del altar eclesial (o al cetro real). Tras esa vidriera nº 1, otros 2 juegos de vidrieras debían ser colocados sobre las ventanas de la nave (a forma de claristorio general, sobre el cuerpo del edificio), y otro juego de vidrieras sobre las ventanas del ábside (en la cabecera, para evitar el contraluz). a) Elaboración de la vidriera
Fue elaborada con multitud
de técnicas, comunes o libres, por parte de recetaristas eclesiásticos
y vidrieros de la época. No obstante, en cualquiera de sus formas, y de modo general: -se
alisaba un tablero de madera,
En cuanto a la obtención de colores, hubo
variabilidad y libre configuración, como fue el uso de: -la
sal de plata, para el amarillo o transformación de colores del vidrio, b) Finalidad de la vidriera
La vidriera gótica tuvo en
su origen dos sentidos: -configurar
simbólicamente el espacio[3],
En efecto, la vidriera había surgido en el románico
final con el objetivo de dar luz al mundo de las imágenes románicas, y
potenciar su
influjo
sobre el alma del hombre[5].
Pero ese humilde origen acabó convirtiéndose en
una larga y acrisolada tradición eclesial, con doctrina de la luz y de los santos
de por medio, y originando la mayor de las construcciones
arquitectónicas de la historia: la catedral gótica[6].
Muy pronto, la vidriera empezó a
representar para toda aquella época, a nivel
filosófico y no sólo artístico, y de una forma nunca antes experimentada: -lo
bello[7],
Es en lo que consistió la mística
de la luz, que supo sobreponer lo bello a lo perfecto, sin que se
resintiera ninguno de los dos[9]. Otro de los recursos que proporcionó la vidriera fue la de desarrollar la idea de la omnipresencia divina[10], a través de sus Escrituras[11] o de las criaturas participantes[12]. La vidriera trató, pues, de explicar los misterios de la fe[13] por medio de una sustancia que traspasaba pero que no alteraba los soportes materiales[14], y que elevaba la mente de lo mundano a lo superior[15]. Es en lo que consistió la Jerusalén celeste[16], insertada por la vidriera en el seno de la catedral gótica. c) Efectos de la vidriera
Las imágenes proyectadas por la luz en los espacios góticos tenían que
ser reflejadas en algún sitio, ya que el efecto que provocaban hemos visto que
era brillante. Pues bien, este espacio en que el sistema gótico se empeñó,
lejos de complacencias con lo real, no se plasmó sino en un espacio indeterminado[17]
y fugaz[18],
a forma de microuniverso.
Sistema buscado y hecho posible gracias a la alternancia de ciertos
colores sobre el vidrio que había de recibir la luz: -el
amarillo de plata[19], Todo esto no debía traducirse en un sistema ajeno a los cuerpos, pero sí en un sistema transformador de los cuerpos[22]. Como ejemplo de ello, la pintura gótica eliminó los límites del enmarcamiento[23], sombras y claroscuros[24], y recurrió a los fondos ingrávidos y metafísicos[25]. El mosaico, vuelto a retomar, no vino sino a confirmar la idea de una luz a partir de[26]. d) Aplicaciones de la vidriera
El espacio arquitectónico gótico
solía venir definido por la
estructura y articulación plástica de sus elementos, -como
medio de iluminación,
En su búsqueda de iluminación
sobrenatural, la vidriera gótica empezó a experimentar con la luz natural,
hasta que fue dando con las claves para logar: -crear un universo
celeste, allí donde había un mundo terreno,
Para conseguirlo, la vidriera
gótica tuvo que transformar radicalmente todo el espacio
interior del edificio en cuestión, ampliando
enormes zonas para los ventanales y convirtiendo
el vano del muro en el muro mismo. Se eliminaba así la gravidez del edificio, y
se creaba un micro-clima interior desprendido por completo de toda referencia
con el espacio exterior[29].
Para sostener este sistema de iluminación,
ideado por la vidriera, se tuvo que dar paso a la invención de un nuevo repertorio
arquitectónico de construcción[30],
hasta ahora nunca visto y basado en: -el
arco apuntado, que permitía la elevación de la bóveda,
Así, las naves laterales estuvieron
exentas de cargar con el peso, y pudieron abrir
grandes vanos en el paramento (a modo de cierres iluminativos), así como
Con todo ello, las nuevas sensaciones que el espectador podía percibir de la nueva
arquitectura gótica, transformada de arriba abajo bajo las directrices de su
capitana vidriera, fueron: -de
ingravidez, al quedar invisibles al ojo humano las leyes físicas de los espacios[31], Madrid,
1 mayo 2020 _______ [1] Según narra el monje benedictino TEOFILO DE HELMARSHAUSEN, en su De Diversis Artibus Schedula-1105. [2] Según recoge VASARI en su Vida de los Mejores Artistas-1550 sobre la obtención de colores, recogida del maestro medieval GUILLERMO DE MARCILLAT. [3] El funcionamiento del pensamiento medieval se articulaba a través del símbolo, y a ello recurrían continuamente los predicadores. [4] En consonancia con los programas figurativos de la catedral. [5] Motivo por el que la austeridad reformista cisterciense acabará desvinculándose del movimiento gótico, al considerar que éste desviaba el culto hacia las artes liberales, y abusaba indebidamente de las imágenes. De hecho, la Orden del Císter va a prohibir tajantemente la colocación de vidrieras en sus iglesias. [6] Según el Prólogo de San Juan, Cristo era la luz verdadera, y todo lo creado un reflejo de esa luz. [7]
Interminables fueron las reflexiones escolásticas sobre la belleza, imponiéndose
las de TOMAS DE AQUINO y HUGO DE SAN VICTOR en su definición de belleza
como consonancia de las partes. GUILLERMO DE AUXERRE vendrá a identificar,
en su Summa Aurea, a lo bello con
la luz. Y junto a estas ideas directas sobre la belleza, también venían inherentes sus conceptos internos, como eran: -el splendor
veri de los platónicos, [8] En el otro extremo de la Escolástica, SAN BUENAVENTURA afirmará, en su De Intelligentii, que la luz era la fuente de toda perfección y del orden del universo, como participación en el esplendor de Dios. [9] Según apuntaba BRUYNE. [10] Según se recoge en la Escuela catedralicia de Dante, donde se explicaba que la luz de Dios penetraba el universo entero sin que nada le pudiese hacer de obstáculo. [11] Como atestiguaron PIERRE DE ROISSY, director de la Escuela catedralicia de Chartres (que decía que las vidrieras significaban en la Iglesia las Sagradas Escrituras, que en todo nos iluminan), DURAND DE MENDE (que decía que las vidrieras mostraban la claridad de Dios en la Iglesia, iluminando a los fieles)… [12] Proveniente, según PSEUDO DIONISIO, de los distintos grados en que todo lo creado participa de Dios, y que puede hacerse extensible a la apariencia luminosa de un objeto. [13] Como el de la Encarnación (Dios a través de la carne), Eucaristía (trans-sustanciación del pan), Gracia (invisible, por medio de signos visibles)… y sobre todo ante el peligro de las herejías, desde su extremo de radicalismo austero hasta su extremo de negación de la presencia real de Cristo en la Eucaristía. [14] Como apuntaba PSEUDO BERNARDO, aludiendo a la carencia de límites que la luz podía infundir sobre el material del vidrio. [15] Como apuntaba el abad SUGER DE SAINT DENIS, aludiendo al efecto que la luz podía provocar en las personas de embelesamiento, meditación de la diversidad de virtudes multicolores, transportación a otras regiones del universo, todas ellas inmateriales y espirituales. [16] Descendida del cielo y engalanada por Dios, como novia que se adorna con sus joyas, y cuyo brillo era semejante al jaspe pulimentado. [17] Quedando así más palmario su intento y conquista de lo sagrado, y eliminación de todo lo demás. [18] Conseguido gracias al constante cambio producido por la luz sobre los objetos, que cambiaba constantemente su apariencia exterior, construyendo ideas fugaces sobre ellos e impidiendo la fijación en ellos de una manera definitiva. [19] Sal de plata, que aplicada sobre un vidrio blanco proporcionaba un amarillo oro intenso. [20] Cuya gama y mezclas cromáticas siguieron las leyes pictóricas anteriores. [21] Cuya mezcla entre color del vidrio y polvo de plata originaba nuevos colores de elevada intensidad. Así, podían originarse:
-el amarillo oro, del polvo de plata aplicado sobre vidrio blanco, [22] Siguiendo la concepción física de ARISTOTELES, actualizada por la Escolástica, y según la cual el lugar no era sino actualización de los cuerpos, y el único capaz de influenciarlos y configurarlos. [23] Optando por escenarios trascendentes y simbólicos. [24] Potenciando al mismo tiempo la luminosidad de las figuras, destacando sus volúmenes y que su luminosidad viniese de un foco predeterminado. [25] Con evasión de las proporciones e incluso de la ley gravitatoria, para referenciar estructuras evasivas. [26] Como muestra el florecimiento del arte mosaístico por toda Italia humanista, y la no resistencia de SUGER y escuela metafísica francesa a colocar uno de ellos en la fachada de la Abadía Saint Denis de París, ya que aunque estaban pasados de moda, mostraban lo resplandeciente. [27] A diferencia de lo ocurrido en la arquitectura románica, donde la luz fue un elemento meramente subordinado, a forma de cierre y como foco de luz en sentido estricto, que no afectaba al sistema de interiores. De hecho, las pesadas bóvedas de cañón, al descansar de forma continua sobre el muro, no permitían la apertura de grandes vanos. [28]
De hecho, dirá NIETO ALCAIDE, las catedrales góticas que han perdido sus
vidrieras: -ofrecen
muros cerrados, sin formas ni parámetros, [29] Al no existir ningún vano que lo sugiriera. Fue el “principio de transparencia” del que habla PANOFSKY, o la “definición de arquitectura diáfana” que hoy propone JANTZEN. [30] Pensado ex-profeso para este fin iluminador simbólico de la catedral gótica. [31] Pues los arbotantes quedaban al exterior, y las nervaturas de la bóveda, apuntando hacia arriba, también disimulaban su función sustentante. [32] Las cuales también a su vez ascendían en medio de la bóveda, y aumentaban esa sensación de ascensión. De hecho, tampoco fueron tan altas las catedrales góticas, sino situadas en los 36 m. (Catedral de Chartres), 38 m. (Catedral de Reims) y 42 m. (Catedral de Amiens), viniéndose abajo la que pasaba de ahí (como pasó a la Catedral de Beauvais, que con 47 m. se hundió). [33] Que dividían la superficie y la articulaba en planos iguales. |