HOLOCENO

 

Periodo del 50.000 al 5.000 a.C,

dentro de la era geológica del Cuaternario

 


Desaparición de los mamuts, fruto del proceso de congelación glaciar

Madrid, 1 mayo 2024
Manuel Arnaldos, historiador de Mercabá

         A lo largo de los s. XVIII y XIX los descubrimientos de la geología permitieron establecer que la Tierra debía tener bastante más años que los 4.000 años bíblicos, y que sus cambios geológicos habían sido tan complicados que para nada se parecía la Tierra original a la Tierra actual, tanto a nivel interno como exterior[1]. Además, permitieron establecer el sistema de eras que conocemos en la actualidad: Primario, Secundario, Terciario y Cuaternario[2].

         Ya en 1829 Desnoyers introdujo el término cuaternario, y en 1839 Lyell el término pleistoceno[3], para referirse al último de los periodos conocidos de la Tierra[4]. Sin embargo, el descubrimiento de restos de mamuts por viajeros rusos, bajo los hielos de Siberia, hizo saltar todas las alarmas, y dio paso a la identificación del fenómeno glaciar[5] con sus fases de glaciares e interglaciares.

         El fenómeno glaciar, con sus fases de hielos y deshielos, fue el que logró explicar la aparición y desaparición de faunas y floras enteras, la presencia de sedimentos en lugares no comunes... y vinieron a decir que el clima cambiante había sido el causante de todo ello.

         La investigación arqueológica se vio entonces en la necesidad de caracterizar cada uno de los periodos geológicos de la Tierra. En el Congreso Internacional de Geología de 1885 se propuso el término holoceno[6] como el más apropiado para la era actual, al presentar sus restos paleontológicos bastantes similitudes con los actuales y al percibirse sus formaciones geológicas como las vemos hoy en la actualidad.

         La crítica vino entonces de la mano del físico Kelvin, descubridor del calor emanado del Sol, llegándose a la conclusión de que el Sol podía habernos estado calentando, sin problema, durante millones de años. Por otra parte, el descubrimiento de la radiactividad[7], y de que las sales de radio emiten calor[8], adujo que esta nueva fuente de calor también permitía alargar la edad de la Tierra, y se postuló ésta en los 4.500 millones de años. Además, la radiactividad permitía datar directamente cada evento geológico en particular, de los últimos 50.000 años.

         Veamos, pues, esta etapa de los últimos 50.000 años, en su versión de Holoceno Antiguo[9] (o etapa afectada por la glaciación Wurm, hacia el 50.000 a.C), Holoceno Medio (o etapa en que ésta finalizó, el 9.700 a.C) y Holoceno Final (o etapa de desglaciación, hasta el 5.000 a.C), dejando ya para otro momento el también interesante artículo sobre el Neolítico (del 5.000 a.C en adelante[10]).

a) Era del Cuaternario

         La cronología del Cuaternario se estableció atendiendo a los cambios de fauna representados por los niveles Villafranquiense (para la fauna terrestre) y Calabriense (para la fauna marina)[11]. De hecho, las evidencias de dichas faunas hicieron necesario dividir el Cuaternario en dos periodos (Pleistoceno y Holoceno), así como el Pleistoceno en Antiguo, Medio y Final[12].

         La longitud de cada uno de estos periodos fue establecida en atención a la longitud o espacio de tiempo de los distintos eventos glaciares. Así, el Pleistoceno Antiguo estaría relacionado con la glaciación Donau, el Pleistoceno Medio con las glaciaciones Gunz, Mindel y Riss[13], y el Pleistoceno Final con la glaciación Wurm[14].

         En líneas generales, a lo largo del Cuaternario, y también en su fase final de Holoceno, nos percatamos que todas las especies vegetales (flora) se distribuyeron según los procesos físicos sufridos, mientras que casi todas las especies animales (fauna) lo hicieron en base a sus preferencias ecológicas. En concreto, durante las épocas glaciares las faunas polares descendieron en latitud, mientras que en los periodos interglaciares las faunas subtropicales subieron hacia el norte.

b) Holoceno Antiguo

         En general, el Holoceno se puede considerar como un periodo interglaciar en que las condiciones frías no alcanzaron nunca los máximos pleistocenos. Sin embargo, su clima no permaneció siempre constante, sino que presentó graves oscilaciones climatológicas[15] que provocaron radicales cambios (desaparición y aparición) de flora y fauna[16], hasta llegar a la flora y fauna que tenemos en la actualidad: la originada por la glaciación y post-glaciación Wurm, que es la que originó el periodo del Holoceno.

         Consecuencia de ello fue el radical cambio del medio ambiente, así como la colocación y composición de los sedimentos terrestres, tanto en la superposición de capas y su aspecto físico[17] como en la composición de los sedimentos[18]. Los principales glaciales formados en el Holoceno Antiguo fueron lacustres, marinos, fluviales, eólicos, carbonatados y volcánicos. En concreto, la glaciación Wurm cubrió de hielo las enormes superficies de Groenlandia y la Antártida, así como todos los sistemas montañosos de la Tierra, cuyas largas lenguas de hielo descendían desde las cumbres y cubrieron los valles.

b.1) La glaciación Wurm

         El movimiento de la Tierra alrededor del Sol, y el eje sobre el que la Tierra gira en su ciclo diario, no son fijos, sino que están sujetos a variaciones seculares, provocando una serie de ciclos terráqueos trastornantes[19].

         La variación de la órbita de la Tierra está caracterizada por 3 parámetros[20], y describe en el espacio una elipse donde el Sol ocupa uno de los focos. Esta elipse se deforma de 2 maneras[21], y si eso se produce al tiempo que se produce cierta inclinación del eje de la Tierra, ya tenemos el efecto devastador presente: la glaciación, como fenómeno que:

-tiene lugar cada 200.000 años sobre la Tierra, de media,
-tiene una duración de hasta 125.000 años sobre la Tierra
[22].

         Es lo que sucedió con la glaciación Wurm, que tuvo lugar del 110.000 al 9.700 a.C, y cuyo proceso glaciar y post-glaciar desembocó en el mundo que hoy día tenemos.

         En concreto, la glaciación Wurm produjo todo tipo de transformaciones en el planeta. La presencia de enormes masas de hielo cubrió los hemisferios (con casquetes de más de 2.000 m. espesor), alteró las condiciones climáticas y transformó el paisaje, con el hundimiento de las masas continentales (por el propio peso del hielo) y el descenso del nivel del mar (al estar el agua helada).

         La mayor parte de dichas transformaciones tuvieron lugar en el fondo de los valles aluviales, y en gran medida estuvieron detrás de la subida isostática de las costas marinas del Artico.

b.2) Los sedimentos glaciares

         Las zonas continentales también se vieron afectadas por el efecto de la glaciación Wurm, erosionando su superficie y transportando grandes cantidades de sedimentos hacia las zonas del sur. También se vio alterado el sistema fluvial, y el descenso del nivel de los mares obligó a los ríos a reformar su perfil, erosionando unas zonas y depositando materiales en otras.

         La desaparición de los bosques, convertidos en tundra de suelo permanentemente helado, convirtió estos suelos en áreas erosionadas por el viento de los frentes polares, que arrastraron su polvo hacia el sur. Este polvo polar, denominado loess, formó grandes llanuras en Centroeuropa, China o Estados Unidos, dando origen a los fértiles suelos que hay en ellos hoy en día.

         Los depósitos loéssicos estaban formados por diversos elementos (granos de cuarzo, caliza y minerales arcillosos), y se fueron acumulando por la acción del viento. En climas muy fríos ocuparon el 10% del suelo terrestre, y en climas menos fríos se fueron precipitando sobre el agua, bicarbonatándola en gran medida.

         La dinámica de esta época glaciar modificó la superficie de los lugares cubiertos de hielo, bien por la erosión o bien  por acumulación. La erosión glaciar acentuó el relieve fluvial antiguo, excavando las cuencas y dando lugar a cuencas en U.

         En cuanto a la acumulación de residuos, la marcha del glaciar hizo que toda serie de restos materiales se organizasen tanto delante suyo como a ambos lados, formando acumulaciones (fam. morrenas) tanto superficiales como de fondo, según se situasen en la superficie o debajo del mismo. Durante la etapa de deshielo, la acumulación de agua produjo desplazamientos en las pendientes, arrastrando materiales sin organización[23].

         Las morrenas, o masas de sedimentos arrancados del suelo y arrastrados cientos de kilómetros[24] por el empuje de la masa helada, llevaron en su seno grandes rocas y enorme cantidad arcillosa, y formaron nuevas montañas en forma de elevaciones estrechas y alargadas[25].

         Un último tipo de sedimento fue el depositado en el interior de las cuevas. En zonas más frías, dicho sedimento fue producto de la disgregación de las rocas por el aumento de presión en las fisuras (resultante de la conversión del agua en hielo[26]), y en zonas menos frías fue producto de la disolución de la caliza (a causa del gas carbónico).

         Respecto a esto último, en las zonas menos frías se produjeron reacciones químicas en los sedimentos[27], que al afectar sobre las capas superficiales formaron los suelos de alteración.

b.3) Las áreas periglaciares

         En las zonas cercanas al glaciar Wurm hubo varios tipos de alteraciones, producidas indirectamente. Fueron los denominados fenómenos periglaciares. En concreto, en sus suelos helados, con temperaturas de -50ºC, se produjeron grietas de hasta 20 m. profundidad, y en dichas grietas cayeron muchos de los animales del Pleistoceno[28]. De igual manera, el hielo fue también un agente enormemente agresivo sobre las rocas, a las que fraccionó o incluso destruyó.

         En las regiones lejanas al glaciar la temperatura de la superficie rondó siempre los 0ºC, por lo que el agua estaba presente en forma de hielo. Durante el verano se producía el deshielo de las capas superficiales, y eso dilataba el suelo.

         La falta de cobertura vegetal en el frente glaciar provocó la desaparición de bosques enteros, y convirtió sus lugares en extensas áreas erosionadas por el viento de los frentes polares, que arrastraron su polvo polar hacia el sur. En concreto, dicho polvo cubrió los Alpes y el Himalaya, y en la Europa Central todavía pueden percibirse los paleosuelos interestadiales provocados por las 3-4 oleadas cíclicas de polvo polar que recibió del glaciar Wurm[29].

c) Holoceno Medio

         Tuvo lugar tras el fenómeno glaciar Wurm, cuando éste cesó (ca. 9.700 a.C) y dio paso a un periodo de desglaciación que afectó a todos los rincones del planeta, comenzando por las latitudes más altas y llegando a las latitudes ecuatoriales[30].

         Como resultado de este proceso, la presencia natural de agua (H2O), de CO2 y de otros gases atmosféricos, hizo que la temperatura media de la superficie mundial pasase de los -15ºC a los 15ºC. De hecho, si no fuera por este efecto invernadero natural, la superficie terrestre seguiría siendo todavía una costra de hielo. Según fue pasando el tiempo, el progresivo descenso del volumen de CO2 atmosférico tuvo como resultado la posibilidad de aparición de zonas arboladas, así como el desarrollo de la vida.

         Geográficamente, el proceso post-glaciar más importante fue el sufrido en el Africa subtropical, donde el calentamiento de las tierras interiores provocó la entrada de aire húmedo del Atlántico ecuatorial. De este modo, en el oeste y centro de Africa las lluvias fueron muy abundantes, mientras que en el Africa oriental las precipitaciones fueron frenadas por una barrera de montañas, que dificultó la circulación atmosférica. Fue la posible explicación a que los primeros seres humanos apareciesen allí, en la fractura oriental africana del Rif[31].

c.1) Los cambios de niveles terráqueos

         Durante la glaciación Wurm los avances del hielo se habían hecho a expensas del agua de los mares, y esto había implicado un fuerte descenso del nivel de los mismos en 150 m. profundidad. Pero en el Holoceno Medio, o periodo post-glaciar, el deshielo aumentó el nivel de los mares en unos 40 m. profundidad.

         Así, mientras la bajada del nivel del mar dejaba al descubierto zonas que antes estaban llenas a agua (islas, penínsulas...), la subida del nivel marino llenó espacios de agua y provocó la separación de territorios. Fue el caso de:

-las islas británicas, que en el Ternario se encontraban unidas al continente europeo, y que en el Cuaternario (sobre todo Holoceno Medio) pasaron a verse como islas aisladas, tras la aparición del Canal de la Mancha,
-el mar Adriático, cuyas subidas dejaron al descubierto el valle del Po, y separaron lo que antes estaba unido (Italia y Dalmacia),
-las islas indonesias, que antes de la glaciación Wurm formaban un territorio unificado unido al continente asiático
[32], y que en el proceso post-glaciar se dividieron en miles de islotes aislados.

         Por otro lado, la elevación de la temperatura provocó grandes deshielos, que fueron arrastrando agua y con ella grandes materiales rocosos, que se fueron depositando de forma aleatoria. De este modo se formaron las varvas, o estratos de tierra constituidos por materiales de la 1ª fase de fusión del hielo, y por otros arcillosos que se fueron añadiendo después.

         En la superficie marina, y en algunos lugares de la superficie terrestre, los depósitos con materiales se fueron juntando entre sí. De este forma, en las zonas de rocas duras (especialmente calizas) se fueron formando los acantilados[33], y en los lugares más llanos las playas y las terrazas marinas, así como diversas formaciones fluviales o derrubios de ladera. Por otra parte, dichos depósitos se fueron relacionando entre sí, y en ellos empezó a aparecer la vida. Sobre todo en las zonas tropicales, donde los arrecifes de coral se fueron escalonando, según los diversos niveles alcanzados por el mar.

         Por su parte, los valles fluviales comenzaron a presentar una serie de escalonamientos o terrazas, como recuerdo de que los ríos circulaban en aquella época a niveles muy por encima de su cauce actual, y a una velocidad muy superior (provocando los encajonamientos y giros inesperados de su cuenca).

         Fue el momento en que surgieron los lagos que vemos hoy en día, formados tras una morrena glaciar que había hecho de presa de contención. Fue el caso de los lagos de Gresivaudan y Chirens, en cuyas capas sedimentarias fue acumulándose toda la deposición vegetal de las aguas. Así como fueron surgiendo los ríos tal como los vemos hoy en día, como ya hemos dicho producto de su velocidad y cauce inusitado, y las riberas de los ríos, producto de las graveras de sedimentos fluviales.

c.2) La evidencia de vida

         A lo largo del Holoceno Antiguo, la glaciación Wurm, y su expansión de casquetes glaciares, había extinguido la mayoría de especies animales de la superficie terrestre. Aun así, en el Holoceno Medio todavía pudo percibirse una alternancia de faunas frías y faunas cálidas[34], como elemento diferenciador respecto al resto de eras geológicas. De igual manera, también pudieron apreciarse especies que no se encontraban presentes con anterioridad, y empezó a coger auge el asiático homo erectus de Java y el europeo homo sapiens de Cromagnon[35].

         Entre los invertebrados fue destacable la evolución de los moluscos, por su especial sensibilidad a las variaciones de temperaturas[36]. También fue destacable la aparición y multiplicación de numerosas clases de peces[37] y aves[38], éstas últimas alterando sustancialmente su tamaño para mejor adaptarse a los nuevos climas.

         En los pequeños mamíferos empezaron a pulular los roedores, insectívoros, quirópteros y lagomorfos[39], sobre todo por su rápida emigración y continuos cambios de localización, en busca de nuevas especies vegetales. Entre los grandes mamíferos, adaptados a biotopos más amplios y variables, y de fácil adaptación al cambio, apenas hubo cambios, a no ser por la masiva desaparición de las grandes especies del Pleistoceno[40] y las nuevas especies reinantes en las zonas frías[41] y calientes[42].

         Respecto a los restos botánicos presentes, o flora holocena[43], el fenómeno post-glaciar provocó cambios evolutivos de diversas plantas, respecto a lo que habían sido en el Pleistoceno. Y también provocó diversos cambios en la zonación vegetal, tanto marina como boscosa. Por zonas, la presencia de bosques caducifolios, praderas templadas, tundras y bosques de coníferas se movió latitudinalmente a lo largo de los continentes. E incluso en otras zonas, como los Alpes, las coníferas descendieron hasta los 500 m. altitud.

d) Holoceno Final

         Junto a los estudios polínicos, el conocimiento del clima post-glaciar Wurm se puede realizar a través de diversos métodos, como el análisis de los anillos de los árboles[44]. También se puede seguir el rastro de la extensión de plantas sensibles al clima, como los viñedos. Por otro lado, el Holoceno Final coincide con la aparición de las primeras pinturas rupestres impresas[45] en Lascaux[46], y en ellas se pueden encontrar siempre relaciones climáticas y posibles referencias a eventos climáticos especiales, como sequías o grandes nevadas. La población de los altos Alpes permite contar, por último, con registros de lugares abandonados por el avance de los glaciares alpinos.

         Pero fue en la península Escandinava donde mejor se pudieron apreciar las variaciones climáticas del Holoceno Final. Siguiendo la historia de la vegetación a través del territorio sueco, se puede establecer la cronología del último de los episodios del cambio climático, el que tenemos en el presente. El post-glaciar Wurm empezó por un episodio frío con pino y abedul, seguido por otro templado con roble, avellano y tilo, al que siguió otro periodo frío.

         En general, las oscilaciones climáticas post-Wurm comenzaron en el 8.000 a.C, con la desaparición del gran glaciar escandinavo (que terminó de desaparecer el 7.000 a.C). Entre el 7.000 y el 6.500 a.C se detectó un nuevo avance glaciar en los Alpes, y entre el 6.500 y el 6.000 a.C se produjo el óptimo climático post-glaciar, en que las temperaturas fueron incrementando sus registros[47]. Esta mejoría del clima repercutió especialmente en el Sáhara, con un periodo subpluvial especial. Del 6.000 al 5.000 a.C tuvo lugar una gran estabilidad climática, que quizás permita explicar la consolidación de la civilización mesopotámica antigua, así como el definitivo establecimiento de las tribus del norte, y la extensión de sus plantaciones en la costa báltica europea.

         Es decir, que dichas oscilaciones climáticas fueron las principales causantes de los primeros hechos históricos humanos, como fue la ocupación o superocupación de ciertos espacios geográficos, o las invasiones de unos pueblos humanos a otros, por necesidades climáticas concretas.

Madrid, 1 mayo 2024
Mercabá, artículos de Cultura y Sociedad

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[1] cf. PEREZ, A; VIDAL, M; LLISTOSELLA, T; Historia Universal, vol. I: los Orígenes, ed. Salvat, Barcelona 2004, p. 49.

[2] cf. GUELL, J; SISTI, M. E; VAN DOORN, L; Historia Universal, vol. I, ed. Visor, Buenos Aires 2000, p. 8.

[3] Lit. “lo más reciente”.

[4] Del 70% de las especies fósiles de la actualidad.

[5] De origen desconocido. No obstante, hay varias hipótesis sobre el surgimiento de las glaciaciones, tales como:

-la reducción de la cantidad de radiación solar recibida por la Tierra,
-una perturbación de la órbita terrestre,
-un desplazamiento del eje terrestre,
-cierta materia espacial, que obstruye temporalmente los rayos del Sol.

[6] Lit. “lo totalmente reciente”.

[7] De BECQUEREL.

[8] De CURIE.

[9] Según algunos, Pleistoceno Final, al introducir la glaciación Wurm (110.000-9.700 a.C) como última de las glaciaciones del Pleistoceno, y no como originante de una nueva era (la del Holoceno, que es la era actual).

[10] cf. COOKE, J; KRAMER, A; ROWLAND, T; Historia del Mundo, ed. Molino, Barcelona 1979, p. 8.

[11] cf. CABRERA, V; QUIROS, F. B; Manual de Historia Universal, vol. I: Prehistoria, ed. Historia 16, Madrid 1992, p. 20.

[12] cf. KINDER, H; HILGEMANN, W; HERGT, M; Atlas Histórico Mundial, ed. Akal, Madrid 2009, p. 13.

[13] Todas ellas llamadas así por los primigenios afluentes del Danubio.

[14] Tradicionalmente, la presencia de los periodos glaciares había sido la que había marcado la separación entre el Terciario (de clima templado) y el Cuaternario (de clima frío).

         No obstante, respecto al tema de las glaciaciones la arqueología se presenta con un gran dilema, pues el estudio de los fondos marinos (en base a los isótopos del oxígeno en el esqueleto de los foraminíferos, que estudiaron EMILIANI y SHACKLETON) detecta la presencia de 10 periodos glaciares en el Cuaternario, mientras que los análisis de la superficie terráquea solamente detectan 5 glaciaciones.

[15] En general, los factores que originan los cambios climáticos pueden deberse a:

-algún suceso global catastrófico, como el impacto de meteoritos o las macroerupciones volcánicas, con corta duración;
-la propia evolución geodinámica del planeta, como el calentamiento/enfriamiento del núcleo terráqueo, deslizamiento de los polos magnéticos o movimientos de la corteza terrestre, con duración imprevisible;
-la alteración del habitual comportamiento del sistema hidrosfera-atmósfera, capaz de hacer variar las tasas de CO
2, las precipitaciones y la suavización térmica de los océanos;
-una fluctuación de la órbita terrestre alrededor del Sol, capaz de modificar el grado de insolación/congelación del planeta, con una duración de 40.000-400.000 años.

[16] cf. OGG, L (dir); Crónica de la Humanidad, ed. Diario 16, Madrid 1991, p. 10.

[17] Que estudia la estratigrafía.

[18] Que estudia la sedimentología.

[19] Los Ciclos de MILANKOVITCH, que analizan la relación entre grado de insolación y clima del planeta, vienen a decir que, si la órbita de la Tierra fuese circular, y la inclinación constante de su eje fuese 23,5º:

-la cantidad de radiación solar anual recibida sería constante,
-no habría cambios climáticos.

            Habría entonces que analizar la variación de:

-la órbita terrestre, que cambia con ciclos de 100.000 a 400.000 años,
-el eje de rotación de la Tierra, que fluctúa entre 21 y 24,5º con periodos de 41.000 años.

[20] En concreto, por:

-la excentricidad de la órbita,
-la variación de la inclinación del eje,
-la precesión de los equinoccios.

[21] En concreto:

-girando lentamente, en relación con las estrellas fijas,
-variando su excentricidad, o situación de los focos de la elipse.

[22] Según la periodización de variación de la excentricidad terrestre.

[23] Fenómeno conocido como solifluxión.

[24] Como puede verse hoy en el desierto de Thar, entre Pakistán y la India, donde ha sido posible estudiar los cambios ambientales del Holoceno mediante la localización de dunas fósiles y activas, química y geológicamente idénticas, a más de 900 km. de distancia.

[25] Como puede verse hoy en Alemania, Francia y Alaska.

[26] Fenómeno conocido como gelifluxión.

[27] Mediante el proceso de diagénesis.

[28] Como los mamuts descubiertos en el s. XIX en Siberia.

[29] Sobre todo en la zona de Chequia y Eslovaquia.

[30] cf. ARSUAGA, J. L; MARTINEZ, I; La Especie Elegida, ed. Temas de Hoy, Madrid 1998, p. 60.

[31] cf. DOGGET, D (dir); Arqueología, ed. Blume, Barcelona 2013, p. 62.

[32] Donde se han encontrado, con frecuencia, muchos restos de moluscos fósiles.

[33] Es decir, grupos conjuntos de animales fríos y animales cálidos.

[34] De hecho, eso explica la presencia en la isla de Java del homo erectus, pues éste sería incapaz de viajar por mar a la isla.

[35] cf. FERNANDEZ MARTINEZ, V. M; Teoría y Método de la Arqueología, ed. Síntesis, Madrid 2000, p. 32.

[36] Lo cual ha servido de importante marcador climático, por el análisis de su presencia en cochas marinas. Es lo que estudia la malacología.

[37] Los cuales han aportado otro marcador climático más, por la radiografía de sus vértebras. Es lo que estudia la ictiofauna.

[38] Que es lo que estudia la avifauna.

[39] Como ratones, musarañas, murciélagos y conejos, respectivamente.

[40] Los mamuts, dinosaurios...

[41] Como el zorro y el buey almizclado.

[42] Como el león y la pantera.

[43] Cuyos análisis se llevan a cabo mediante la palinología.

[44] Los anillos de los árboles crecen en función de las condiciones climáticas, por lo que su espesor varía. Así, los anillos finos indican temperaturas bajas, mientras que los más anchos se forman con temperaturas templadas. Los anillos de los árboles se pueden estudiar en los troncos de las construcciones de madera, y en algunos casos en árboles de edad conocida o en los conservados en las turberas.

[45] cf. RAMIREZ, J. A (dir); Historia del Arte, vol. I: el Mundo Antiguo, ed. Alianza, Madrid 2008, p. 2.

[46] cf. HASTING, J; STOFREGEN, H; CHATELLIER, S; 30.000 Años de Arte, ed. Phaidon, Londres 2016, p. 7.

[47] Hasta alcanzar temperaturas muy por encima de las que tenemos hoy en día.