ESCRIBA
SENTADO DE EL CAIRO
a)
Contexto
b)
Contenido del Escriba Sentado
c)
Comentario sobre el Escriba Sentado
____________________________________________________
La
historia
del glorioso Egipto abarca el enorme período de tiempo comprendido:
-desde
el 4.236 a.C, con la primera fecha del calendario egipcio,
-hasta
el 29 a.C, fecha de la Batalla de Actium, en que se suicida Cleopatra y
Augusto hace de Egipto una provincia romana más.
En
cuanto a las etapas y hechos
significativos:
-en
el Egipto Antiguo se
construyen los principales palacios en Memphis, y las principales pirámides en el
valle de Guiza;
-en
el Egipto
Medio adquiere
importancia Tebas,
se extiende el reino hacia Nubia, la economía se
fortalece y se construyen los grandes canales;
-en
el Egipto Nuevo Tebas
pasa a ser la capital, por 500 años, y se construyen los grandes templos de Luxor
y Karnak;
-en
el Bajo Egipto los Ptolomeos
derivan hacia las ciencias, y Cleopatra decide poner fin a la milenaria historia
de los egipcios.
Por
último, se puede decir que Egipto es el resultado de la fusión de 3 elementos
incuestionables: el río Nilo, la figura del faraón, las creencias de
ultratumba.
El
Nilo,
junto con el valle del Nilo, atravesaba de sur[1]
a norte[2]
los 2 reinos o provincias egipcias, abarcando de 5 a 20 km. ancho, espacio en el
que llenaba de oasis lo que básicamente era un desierto sin principio ni fin.
Por el delta norte, ensanche de la desembocadura, tiene forma triangular. El
Nilo era rico en sales y minerales, como en limo, que daba a las aguas un color
rojizo. De Julio a Septiembre, el río se desbordaba y fertilizaba las tierras.
Por último, dos plantas crecen en sus riberas: el loto y el papiro[3].
El
faraón
era hijo de Ra[4],
recibía culto y a él se le pedía buenas cosechas y clima favorable, exigiéndose
ante su presencia ponerse de rodillas y levantar los brazos. Era el señor de
las dos tierras, el único capaz de dominar las fuerzas del caos circundantes a
Egipto. Más de treinta dinastías, o reinados de una misma familia faraónica,
llenaron la historia del glorioso Egipto hasta la conquista de Alejandro y
posterior de Octavio.
En
cuanto a creencias, la religión egipcia tenía
para todo una explicación divina. En ella, la figura de Maat, diosa de la
justicia, y del resto de dioses, maestros de ceremonias… irán armonizando
todo avatar y contratiempo de la historia. Egipto propuso como oficial la
creencia en la vida de ultratumba, es decir, en la inmortalidad del alma y en
otra vida más allá de la muerte. Con el tiempo, momificarán a los difuntos
con tal finalidad.
La
sociedad egipcia estaba dominada por una monarquía
indiscutida y absoluta representada por la figura del faraón,
ayudado por un primer ministro o visir.
En torno a palacio estaban los funcionarios,
cooperadores en la administración del país. Los gobernadores
mandaban en cada provincia imperial.
Egipto
disponía de ejército
profesional, que recibía su estipendio en concepto de tierras y en ocasiones de
herencias.
Los
campesinos
eran pobres, y junto con los artesanos[5],
formaban el escalón más bajo del país.
La
figura del escriba, cuyo tema es el que nos ocupa, viene a relacionarse
directamente con varios de los vehículos de transmisión
e información de los estratos o clases sociales mencionadas:
-la
escritura, traduciendo al y del acadio los mensajes del faraón
y extranjeros, y transcribiendo generalmente la historia propia y
ajena,
-los
números, encargándose de organizar el pago de los tributos.
Su
constante representación de escribir o anotar sentado y con comodidad, ha de
entenderse dados los distintos y lentos tipos
de escritura
existentes:
-pictográfico
en un principio o jeroglífico después,
-demótico
o popular,
Escritura
que casi siempre lo tenía que hacer en papiro.
El
arte egipcio se debe a una serie de factores que lo determinaron así desde un
principio, tales como la geografía, la religión y la monarquía, ya descritos
con anterioridad.
Las
dos nociones
fundamentales del arte egipcio son:
-grandiosidad,
buscando convertir lo representado o construido en ilimitado,
-eternidad,
buscando la sensación de poder y del valor absoluto.
Otro
de los elementos del arte egipcio, quizás diferenciador y consecuencia de los
anteriores, es el de las ausencias,
tanto colectivas como anónimas, de:
-belleza,
o exaltación de la belleza por sí misma, quizás por humanizar algo que debía
ser eterno,
-crueldad,
como exhibición gratuita, quizás por minimizar algo que debía ser grande.
En
cuanto a la escultura o conjunto
escultórico, en el que estará encuadrada la pieza a analizar, no
existe un corpus sistemático, y tampoco bastaría con explicar las cuestiones técnicas
o estéticas. Habría que explicar también el porqué del uso de determinados
materiales o colores, el valor exacto de ciertos adornos y mucha simbología más.
El Museo
de El Cairo o Museo de Antigüedades
Egipcias, conocido como Museo
Egipcio, custodia la mayor colección de objetos del Antiguo Egipto.
Posee más de 120.000
objetos clasificados de diferentes épocas de la historia egipcia,
sobresaliendo no sólo por la cantidad, sino también por la importancia de
muchos de ellos. Más de 2 millones y medio de personas lo visitan anualmente.
En el
museo se exhiben objetos de todos
los períodos egipcios:
-del Egipyo tinita, como vasijas de piedra y objetos funerarios;
-del Egipto Antiguo, como esculturas, pinturas, relieves y objetos mobiliarios;
-del Egipto Nuevo, como el gran tesoro de Tutankamón, estatuas, relieves y objetos del periodo de Amarna y sarcófago de Akenatón, equipamiento funerario, joyas, maquetas y otros objetos, estatuas de reyes y personajes;
-del
Bajo Egipto, como estatuas, relieves y objetos funerarios.
En
los jardines del museo se exhiben esculturas de varias épocas.
En
cuanto al Escriba
sentado de este Museo de El Cairo, y que será presentado a
continuación, nos encontramos, en palabras del
gran egiptólogo Vandier, ante “el ejemplar más hermoso que se conoce en su
especie, según es parecer unánime”.
CONTENIDO DEL ESCRIBA SENTADO
Una
de las piezas maestras y más famosas de El Cairo representa al Escriba
sentado. Los ojos
de cuarzo y la tenue mueca
altiva del escriba, dilatan el alto rango y el orgullo con el que esta persona
ostentaba su cargo. En el pecho
se observa que falta un pectoral, y también entre los dedos de la mano derecha, hay un
agujero, donde seguramente debía estar colocada la pluma para escribir.
Se puede decir que estos son los datos
de la pieza escultórica del Museo de El Cairo:
-material:
piedra caliza,
-altura:
51 cm,
-anchura:
41 cm,
-perfil:
31 cm,
-localización: Saqqara,
-propietario:
Egyptian Antiquities Service,
-fecha
hallazgo: 1893,
-datación:
dinastía V, ca. 2.500 a.C.
El
Escriba sentado consiste en la figura
escultórica egipcia de la IV dinastía, aunque generalizada en la V, en la que
se muestra en postura sedente, con las piernas
cruzadas, y sentado sobre una base de la misma piedra que ocupa la superficie,
la figura de un escriba o funcionario egipcio escribiendo en papiro.
Todos
los miembros de la escultura están delineados, remarcándose en ellos tanto la musculatura
de torso, brazos y piernas, cuanto el vientre, más prominente. Se representan detalles
minuciosos tales como uñas de manos y pies.
El
rostro
muestra serenidad y concentración, con los ojos fijos, y mirada inteligente y
expresiva. Su estructura es huesuda, marcando los pómulos y la mandíbula
inferior.
Las
manos
están relajadamente apoyadas sobre el papiro que reposa en sus rodillas, llevándolo
sujeto en la mano izquierda, mientras sostiene el cálamo con la mano derecha.
La
escultura egipcia tenía que
ajustarse a una serie de normas o leyes escultóricas canónicas que fueron
constantes y se mantuvieron en casi todos los períodos de su historia. Todo debía
regirse según los cánones
previstos. Y en el caso del Escriba
sentado, esto se pudo apreciar:
-en
la ley de la frontalidad.
La figura es simétrica, partiendo de un eje central que divide la pieza en dos
unidades casi iguales.
-en
la ley del respeto.
No estamos ante el caso de un faraón, cuyas dimensiones debían ser más
grandes que las del resto de mortales, pero sí que podemos ver en este escriba
cierta tendencia al hieratismo o falta
de expresividad, que en aquella época evocaba e invitaba al respeto.
-en
la ley de la idealización. La juventud del rostro, unida a cierta sonrisa y
cierto giro naturalista de la cabeza, nos hacer pensar en un modelo ideal de la
figura representada, en este caso la un escriba palacial egipcio del 2.500 a.C.
En cuanto a materiales escultóricos
utilizados, estamos ante una figura sentada en una misma pieza sobre paralelepípedo
pétreo, sobre la que se añaden los elementos funcionales de su profesión:
-papiro,
desplegado sobre las rodillas,
-junco,
para escribir con la mano derecha,
-peluca,
por su alta condición social.
La
elección del cuarzo y vidrio para los ojos viene a reforzar su dimensión
intelectual.
COMENTARIO SOBRE
EL ESCRIBA SENTADO
Ya
hemos dicho que las expresiones artísticas del Egipto Antiguo estuvieron
relacionadas con la concepción de la vida ultraterrena y el carácter divino
del faraón[6].
También, y esta es la tercera concepción del arte egipcio, fue un arte
enormemente adaptado al medio en que se desarrolló.
En
efecto, el arte egipcio fue un conjunto de:
-convenciones,
que regían las construcciones y las escenas,
-hieratismo
en los cuerpos,
-representación
de figuras desde distintos puntos
de vista
-la
utilización de colores
planos, ajenos al efecto del modelado y de la luz,
Lo
que se fue repitiendo a lo largo de los siglos, como forma clara de insinuar que
las reglas y cánones del arte egipcio:
-no
podían excederse en demasiadas libertades,
-sí
debían estar bastante sujetas a condiciones externas y no ya internas.
Fueron
las condiciones geográficas en que este arte y cultura se desarrolló. Pues, a
lo largo de más de 1.000 km de longitud del río Nilo, y rodeado de confines
infinitos de desiertos estériles:
-todo
debía girar en torno a esta concepción
mágica y salvadora del Nilo,
-nada
podía escapar a un severo control
de las fuerzas del caos.
La
historia, y también el arte egipcios, tenían que estar no ya subordinados pero
sí enormemente adaptados al medio en que vivieron.
Tanto
el concepto y ansia de eternidad
cuanto la insistencia en la grandiosidad
que impregnan la mentalidad y arte egipcios, nos están indicando un par de
asimilaciones de fondo:
-la
de finitud, sobre todo en la disposición de tiempo vital,
-la
de debilidad, sobre todo en la disposición de recursos naturales.
A
esto habría que añadir la enorme imaginación
derrochada, las abstracciones
tenidas que ser hechas, la utilización de las matemáticas y conceptos astronómicos
hasta el grado casi infinitesimal… con tal de conseguir que la vida,
naturaleza y cultura egipcias pudiesen perdurar en el tiempo.
Es
un arte, el egipcio antiguo, concebido para sobrevivir en la eternidad y
temporalidad, y precisamente ese ha sido su mayor logro conseguido.
El
arte egipcio antiguo, como consecuencia de lo anterior, es una inversión que
podía concentrar los recursos en uno, dos intereses, y nada más. Sí gozaba de
solvencia
prima y económica general, pero no podía perder de vista lo
anterior. Es por lo que destinó todos sus esfuerzos:
-a
la figura del faraón,
-al
hábitat cotidiano del faraón, sacerdotal y cortesano.
En
las tumbas
faraónicas y en su decoración se concentró la primera parte de las
maravillas del arte egipcio antiguo. En ellas se encontraron estelas con la
efigie del soberano, magníficos bajorrelieves, muebles de madera y marfil,
incrustaciones de oro, valiosas joyas y diversos objetos rituales, además de
bellísimas composiciones pictóricas en sus paredes.
En esculturas, pinturas y artes
menores del Imperio Antiguo, se alcanzó igualmente la perfección:
-la
escultura, en piedra predominantemente sobre la madera[8],
-la
pintura y dibujo, tras los principios de ausencia de perspectiva y figuras
de perfil
-el
resto de objetos, en cobre
DE
DIOS, J; “Museo
Egipcio de El Cairo”, en DE DIOS, J. (dir); Egipto, Madrid
2001.
GUELL,
J, VAN DOORN, L; Historia universal,
ed. Visor, Buenos Aires 2000.
PADRO,
J; “El Arte egipcio”, en RAMIREZ, J.A. (dir); Historia del Arte. El Mundo Antiguo, ed. Alianza, Madrid 2008.
PRESERO,
F; El Arte del Antiguo Egipto, ed.
Anaya, Madrid 1989.
Manuel
Arnaldos
Mercaba,
diócesis de Cartagena-Murcia
versión
imprimible
Indice
general: www.mercaba.org/GradodeHistoria/1.htm
_________________________________
[1]
Alto Egipto.
[2]
Bajo Egipto.
[3]
Cuyo tallo, elaborado, se empleaba para escribir.
[4]
Dios del Sol.
[5]
Los cuales trabajaban para el faraón o para los nobles.
[6]
Pues él es todopoderoso Horus.
[7]
Cabeza, piernas y pies de perfil; ojos y torso de frente.
[8]
Que no era aquí muy apta para la construcción.
[9]
Para poner en un solo plano el máximo de rasgos de cada objeto reproducido.
[10]
Obtenido del Sinaí.
[11]
Obtenido de la región de Kom Ombo.
[12]
Traída desde el Líbano.