IBERIA
a) Geografía ibérica
b) Política ibérica
c) Sociedad
d) Economía ibérica
e) Religión ibérica
f) Moneda ibérica
g) Principales pueblos ibéricos
h) Presencia griega en Iberia
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Debe su nombre al río Iber-Ebro. Así, el concepto ibéricos
se aplica a las poblaciones de Levante, desde el cabo de La Nao hasta la
desembocadura del río Ródano-Francia.
Todo este territorio presenta tres constantes:
-trama
urbana,
-metalurgia
del hierro y la cerámica,
-uso
de la escritura.
Y se puede hablar de la influencia de dos corrientes
culturales:
-la
indoeuropea, como es en el caso de los campos de urnas de Cataluña, Navarra
y Aragón,
-la
griega, como es en el caso del rápido y brillante desarrollo de todo lo
anterior.
En cuanto a la escritura, nos encontramos ante
dos sistemas diferentes en el área ibérica:
-el
ibérico meridional, cuyo foco queda situado en Murcia y Alicante,
-el
ibérico septentrional, en la zona catalano-aragonesa.
Por último, las fuentes antiguas proporcionan pueblos de los que no sabemos qué pudo haber sido de ellos.
Entre los íberos se alternaban tanto pequeñas monarquías como formas
republicanas de gobierno.
El rey vivía acompañado por sus
familiares inmediatos y por su clientela, y rara vez tenía reglas sucesorias.
Salvo en el caso de Barranco Alto-Murcia, con el descubrimiento de una tumba
monumental real, no existe sacralización del rey después de su muerte.
Las primeras noticias nos llegan de Indíbil
y Mandonio de
Ilerda, Huesca, actuando
siempre juntos. Con la llegada de los romanos a la ciudad, se molestaron por la
exigencia de dinero y mujeres, y lucharon contra ellos, acabando siendo
derrotados y ejecutados.
También nos llegan noticias de Edecón
de Tarragona, quien tras conocer la caída de Cartagena, se pasó al
lado de los romanos.
Otro rey de la zona fue Amúsico
de Vic, que cuando vino a ser atacado por Escipión, se encerró en
su ciudad y aguantó el asedio un mes entero, tras lo cual entregó su ciudad al
ejército romano.
Al
lado de las monarquías, muchas comunidades ibéricas parecen haber estado
gobernadas por consejos
aristocráticos, presididos por magistrados y su portavoz, el más
anciano de ellos.
En Levante podemos distinguir una aristocracia militar,
una masa de población libre,
un grupo de población campesina,
y un grupo de población esclava.
Decía a este respecto Estrabón:
“Se trata de unos pueblos que están divididos por su terquedad, en
pequeñas partes o reinos que no tenían unión entre sí, de modo que
resultaron endebles contra los extranjeros que los atacaron. Y en su vida se
atrevieron sólo a pequeñas empresas, por no tener alianzas”.
A la cabeza de la sociedad ibérica aparecen los reyes-príncipes y los senadores, enriquecidos por la tierra, el ganado, el comercio y la piratería. Por debajo de ellos, una especie de falange, dotada de mallas, escudo y lanza, combatiría a sus órdenes.
Es el concepto en torno al cual se organizaban el
hospitium, la clientela
y la devotio.
Fueron numerosos los pactos de hospitalidad y clientela
basados en la fides, uniendo a dos partes:
-sobre
un plano de igualdad,
-con
derechos y deberes recíprocos.
Una clase especial de clientela era la clientela militar. Sabemos que,
por ejemplo, los ciudadanos de Valencia eran clientes del hospitium
Afranio, legado de Pompeyo en Hispania.
Los devoti eran una institución típicamente
íbera, y se dedicaban a prometer no sobrevivir a su jefe si éste moría. De
hecho, algunos romanos como Sertorio, utilizaron tropas de devoti para su
guardia personal.
El rasgo predominante de la economía ibérica es un gran desarrollo agrícola,
base del futuro desarrollo demográfico, sucedido el s. V a.C.
En los pueblos interiores, la producción de especies
ganaderas menores, como ovejas y cabras, constituye su rasgo
diferenciador. En los pueblos del mar, el comercio
costero era mucho más desarrollado.
En casi todas las viviendas aparecen aves y el arado. Las especies
cultivadas eran el cereal, la vid, el olivo, legumbres y frutales. La apicultura
se conoce en la zona desde la prehistoria. La caza se desarrolló en los pueblos
interiores, y la pesca en los costeros.
La industria del tejido de lino ibérico
fue famosa en el Imperio romano. Otras industrias como la viticultura o la
oleicultura, han dejado testimonios en muchos poblados.
Dos manufacturas importantes fueron:
-la
alfarería de vasijas decoradas, la cerámica a torno y el uso del horno,
-la
metalurgia del hierro y del plomo, empleada para herramientas, armamento y
soportes de escritura.
El trabajo parece que predominó en
pequeñas explotaciones familiares de trabajo directo. Es posible también que
en las ciudades hubiese propiedades de la aristocracia local. En cuanto a
esclavitud, sabemos de la existencia de 40.000 esclavos trabajando en las minas
de Cartagena.
Existían dos grandes vías
de comunicación:
-vía
terrestre heraklea, que partiendo de Cartagena, atravesaba la costa
levantina, catalana y se adentraba en los Pirineos,
-vía
fluvial del Ebro, que penetraba las modas, cultura y adelantos hacia el
interior.
El último aspecto importante lo fue el comercio
mediatizado de minerales y metales, enormemente controlado por las
colonias fenicias, griegas y púnicas.
La religión íbera venera las mismas
iconografías de “el señor de los caballos” y herencia de cierta
“diosa indígena” del mundo del Sur, verdadera constante a lo largo del
Mediterráneo, y que incluso se van a transmitir también al mundo celtíbero.
No hay, sin embargo, rastro alguno de religión fenicia.
En cuanto a los dioses indígenas, existe cierto
culto a:
-las
diosas curótrofas, como las de Albufereta y Serreta de Alcoy,
-las madres del Mediterráneo, como la Dama de Verdolay-Murcia y la Dama de Elche, diosas protectoras de los
difuntos (y semejantes a la Perséfone
griega, y quizás inspiradas en ella).
En cuanto a santuarios indígenas, dos
destacan en Murcia, el del Cerro de los Santos, no ya con diosas femeninas sino
con exvotos de mujeres de preeminencia social, y el Santuario de la Luz, con
cierto personal religioso, visitas individuales de fieles, actos de culto,
fiesta de la divinidad y comidas campestres. En Alicante nos encontramos con los
templos de Edeta y Ullastret, de 70 m2.
En otro tipo de simbologías, el lobo parece
asociado a idea de la muerte, y los montes suelen ser el lugar apropiado para la
manifestación divina.
Los rituales funerarios muestran la
creencia generalizada en una supervivencia del alma después de la muerte. El
ritual generalizado es la incineración, en el cual las cenizas se depositan en
una urna o vaso de cerámica que se deposita en la tumba, entre quemaperfumes y
jarros rituales de purificación. En las tumbas de guerreros aparecen armas
dobladas intencionadamente para que nadie pudiese utilizarlas más. En las
tumbas de mujeres se depositan objetos de tocador.
Desde el s. VI a.C. había empezado a utilizarse en el Mediterráneo
la moneda acuñada, como medio de transacción
comercial. A partir del siglo V a.C. los pueblos ibéricos comienzan
también a acuñar propia moneda. Los hallazgos de monedas griegas y jonias
también son frecuentes en las zonas de Alicante y Cataluña, lugares donde el
comercio griego impactó con mayor fuerza, y a través de sus intermediarios de
Sicilia y Magna Grecia.
Ampurias fue la primera ciudad íbera en acuñar moneda propia. Tras y
ella y su gemela Rodas, 4 ciudades más continuaron la acuñación:
La Unión-Cartagena, Saitabi-Játiva, Arse-Sagunto y Kese-Tarragona. Cuando Roma
comience las guerras de conquista, la amonedación ibérica se extenderá también
a las provincias celtibéricas, pero nunca a las lusitanias ni a las célticas.
La moneda íbera es acuñada en plata, a diferencia de la púnica del Sur
que lo hace en bronce. En la zona del Ebro surgirán además los denarios,
caracterizados por una cabeza masculina y un jinete.
g.1) De Levante
Los
contestanos
se situaban entre los ríos Tader-Segura y Sucro-Júcar. Es el pueblo con más
marcada identidad propia y fuerte iberización. Poblaban la ciudad de Cartagena,
Ilici-Elche, Lucentum-Alicante, Iaspis-Aspe, Saetabis-Játiva, Jumilla, Yecla y
Alcoy.
Los
edetanos
se situaban entre los ríos Júcar y Turia, e incluían las poblaciones de
Sagunto y Valentia.
Los
ilergavones
se situaban entre los ríos Udiva y Ebro, e incluían las poblaciones de
Dertosa-Tortosa, ciudad atacada por los Escipiones el 215 a.C.
g.2) De Baleares
En
época pre-romana parece que sólo las islas de Baliarides-Mallorca y Gimnesias-Menorca
estaban habitadas, probablemente por gente que iba desnuda. Ophiussa-Formentera,
isla de las serpientes, parece que estaba deshabitada.
Pitiusas-Ibiza,
isla de los pinos, existe desde el s. VII a.C, como colonia púnica de Ebusos.
Con
excepción, pues, de las colonias cartaginesas, no parece existir desarrollo
urbano alguno en las islas Baleares.
g.3) De Aragón
Los
edetanos
se situaban entre los ríos Júcar y Turia, y las sierras de Albarracín y
Teruel, hasta Caesaraugusta-Zaragoza.
Los
ilergetes
se situaban en la zona pirenaica interior, y es la zona que registró la
penetración de los campos de túmulos en los ss. IX-VIII a.C, con la llegada
de gentes indoeuropeas. Tenían monarquías militares, como las de los jefes Indíbil
y Mandonio, y fue el primer pueblo sometido por Aníbal tras cruzar el Ebro.
Habitaban los poblados de Ilerda, Osca-Huesca, Bergidum-Berga.
Los
cesetanos
se situaban al norte del Ebro, y tenían en Tarraco-Tarragona su principal
ciudad. También poblaron Cese y Cissa, no dando del todo a la costa.
Los
layetanos
se situaban en torno al río Llobregat, y sus principales ciudades fueron
Barcino-Barcelona, Baetulo-Badalona, Iluro-Mataró y Blanda-Blanes.
Los
indigetes
se situaban entre el río Ebro y los Pirineos, y es donde se establecieron las
colonias griegas de Massalia. Fueron descritos por Avieno como feroces, duros,
ásperos, hábiles en la caza y habitantes de escondrijos. Sus principales
enclaves fueron Ampurias y Rosas.
Los
ausetanos
se situaban en la cuenca del río Ter, y fueron los principales aliados de los
otros pueblos pirenaicos del interior. Contaban con monarquías militares, como
las del jefe Amúsico, y fueron sometidos por Aníbal el 209 a.C. Sus
principales ciudades fueron Ausa-Vic y Gerunda-Gerona.
Los
griegos poseían desde antiguo, dos colonias en la parte mediterránea de la península,
Rodas y Ampurias, ambas fundaciones de los foceos del 625 a.C.
El
comercio griego en Ampurias
tenía como objetivo las minas de hierro y sal de Cataluña, recibiendo a cambio
aceite, vino, tejidos y cerámicas griegas de lujo. Es también aquí donde los
griegos penetran por el valle del Llobregat y comienzan a acuñar moneda. A
partir del s. V a.C, Ampurias se dota de muralla, ágora y templos griegos.
Un
problema lo constituyen las supuestas colonias
levantinas griegas entre el Júcar y Cartagena, de las que no tenemos
constancia. No obstante, multitud de cerámica griega llena los territorios de
Murcia, Alicante y Valencia, aparte de utillaje agrícola, desarrollo demográfico
y urbanización ciudadana.
Pero el verdadero sello griego dado a los pueblos íberos del Mediterráneo fue la aparición, también en el s. V a.C, de alfabeto griego para escribir lengua indígena.
Manuel
Arnaldos
Mercabá,
diócesis de Cartagena-Murcia