HISTORIOGRAFÍA
NORTEAMERICANA
b)
Objeto de la historia
c)
Finalidad de la historia
d) Epoca
e)
Método historiográfico
f)
Tendencias historiográficas
g) Historia tradicional norteamericana
h) Nueva historia norteamerican
i)
Reflexión
Es el historiador. Y es que, en efecto,
la historia ha sido inventada y desarrollada por sujetos humanos. Hoy día, de
hecho, hasta la cronología mejor definida puede saltar fragmentada por los
aires ante la nebulosa de un historiador cada vez más individualizado, que no
obedece a ninguna ley. Y es que así es la historia actual, una historia del
historiador más que una historia del tiempo[1].
Otra de las tendencias actuales es la de introducir en el sujeto de la
historia a otros sujetos alternativos al del
historiador[2],
como a:
-los
simios y personas prehistóricas,
-el
yo y mi identidad,
-el
otro y sus reconocimientos,
-las
ostras comerciales y naranjas nutritivas,
-las
minorías marginadas,
-la
condición social, sexual y deportiva.
Se trata, pues, de rechazar el orden establecido y los roles precedentes,
en el esfuerzo de construir un nuevo mundo organizado en torno a un vacío
central, en el que todos puedan ejercitarse libremente[3].
Son
los hechos
escritos, o de los que han dejado testimonio oral o visual. En este
sentido, las fuentes
de la historia pueden ser[4]:
-primarias,
supuestamente con mayor objetividad,
-secundarias,
con información sobre las intenciones de las fuentes primarias.
En
cuanto a la interpretación
de la historia, siempre hay detrás de todo escrito una filosofía,
una actitud de principio frente a la realidad, una forma de dominar las cosas.
No obstante lo anterior, la investigación por un objeto histórico no
desplaza la preocupación por el hombre, antes o después acaba afectando al
hombre, siempre estará afectada por el hombre. De ahí la necesidad de objetividad.
De
siempre, para que ese objeto de la
investigación pudiera estar libre del influjo del sujeto que lo investiga, debían
existir unos principios de objetividad:
-compromiso
respecto a la realidad del pasado,
-interpretación
libre de los resultados.
Hoy día,
esa unidad objetiva ha sido quebrada y ha dado paso a una gran variedad de
clases de objetos, y el término objetividad ha quedado reducido a un mero
protocolo metodológico, pactado en:
-conocimiento
histórico,
-construcción
escrita,
-normas
académicas pertinentes.
Así, pues, hoy día es posible que exista un número infinito de
realidades pasadas, reflejando cada una de ellas un punto de vista diferente,
alcanzando cada una de ellas una verdad diferente y obteniendo cada una de ellas
un conocimiento igualmente válido. Sólo se necesita que se haya seguido una
investigación con el método pactado.
En el
futuro, los actuales protocolos pactados pueden cambiar, y esto puede
llevar a nuevos intereses, identidades y ficción[5].
Puede ser el derrumbe total del sistema, y el nacimiento de las microhistorias.
Son los motivos del historiador, que ocupan un
espacio específico a la hora de escribir historia, ya profese el escritor un
tipo de historia conservadora, emancipadora o desafiante.
Para conocer la finalidad de un texto histórico, pues, hay que contar
con las 4 consideraciones de que:
-la
historia no es una ciencia exacta,
-la
historia nunca se repite,
-el
carácter humano es imprevisible,
-las
circunstancias ofrecen una variedad infinita.
A esto hay que añadir que el interpretador
es falible, y no cuenta con todos los datos para poder emitir un juicio. De ahí
que siempre acabe:
-limitándose
a la agenda, sin dar el paso a grandes afirmaciones,
-mostrando
un perfil mercenario, por prudencia y realismo,
-manteniéndose
en el terreno de lo políticamente correcto,
-justificando
el orden y organización social existente,
-haciendo
algún esbirro particular, dado su corazoncito y para que no ser inútil total.
Hoy, los mayores desafíos
del momento vienen de:
-la
conciliación entre lo local y global,
-la
red multidireccional de percepciones.
Cuatro son las respuestas actuales a la
finalidad de la historia:
-la
historia no sirve para nada,
-la
historia tiene fines políticos,
-la
historia está al servicio del orden público,
-la
historia transmite valores culturales.
Es
el espacio
de tiempo abarcado por los hechos, con:
-larguísima
duración, de 1000-1500 años, como sustratos culturas que subyacen[6],
-larga
duración, de 400-500 años, como tendencias generales que coinciden
-coyuntura,
de 20-25 años, que va cambiando de signo sin salirse del largo período,
-momento
concreto, o espumas individuales que van llenando ese espacio.
Periodo
de hechos
que es reconocible respecto a otro periodo porque ya no se le hacen las mismas
preguntas[8].
Y que debe ir acompañado, para reunir las cualidades de histórico,
de: objetividad,
Eliminaremos, pues, la teoría
de la falsación de Popper, según la cual se pueden aprobar cosas
sin verificación, hasta que se demuestre lo contrario.
Y
seguiremos la teoría
del conocimiento explicativo:
-siguiendo
los documentos escritos y orales, de hechos actuales y procesos inmediatos[9],
-buscando
lo que es
-integrando
los distintos acercamientos al respecto
-poniendo
en cuarentena los documentos que no se ajusten a este modelo explicativo,
por medio de la censura lógica insalvable
-eliminando
errores, opiniones, posicionamiento ideológico, juicios de valor, oportunismos
Evitaremos así, como decía Ortega y Gasset, que “toda realidad mal
entendida prepare su propia venganza”. Y podremos descubrir cuándo una decisión
estuvo equivocada o no[20].
Se trata de la estrella historiográfica, la piedra
de toque para distinguir al historiador profesional del que no lo es.
De hecho, desde la Ilustración es lo único que queda para definir la
objetividad de un relato histórico.
Aún así, surgen las dudas
de si el método ha estado y debe estar o no al servicio de los fines, pues
existen datos difusos,
Por ello, todo método histórico debe tener en cuenta 4 factores:
-hechos
presentes, adentrándose en las problemáticas, tramas, dramas…
-temporalidad,
completando los hechos bajo el prisma de las acciones humanas,
-retorno
a lo real, poniéndose en el punto de vista de las cosas del pasado,
-filosofía
de fondo, para entender el mundo en que sucedieron los hechos.
El género literario en que ha
quedado escrita una fuente histórica también ha de ser integrado en el método
de estudio de la historia. Pues casi siempre la historia se ha escrito en
simples narraciones, pero otras veces lo ha hecho desde la libertad narrativa,
La
Historia
global[21]
propone la revalorización de otras culturas y pueblos, y no sólo de la
europea. Nació en los procesos de descolonización del s. XIX, y se opone a
toda forma de universalismo occidental, tanto en modelos y conceptos cuanto en
invención de patrones.
Apuesta por la actitud abierta y dialéctica materialista, trabajando
juntos para elaborar una metodología y enfoques concretos, que liberen a los
pueblos explotados y sin historia.
La
Historia de
las minorías[22]
nació en Estados Unidos en el s. XIX, cuando empezó a proliferar la literatura
negra. Ha ido integrando a la historia de los afroamericanos, latinos y asiático-americanos,
gays y lesbianas.
La
Historia de género[23]
aglutina a todos los estudios sobre la mujer, desde la óptica de reprimida histórica
bajo el otro sexo. Preconiza la revolución sexual, bajo el prisma ideológico
del feminismo radical, y ha de llegar a transformar todas las superestructuras.
Se trata de la creación de un nuevo meta-relato, con normas culturales y
de conducta incluidas.
La
Historia
profunda[24]
sostiene la idea de que es imposible distinguir entre el género humano y otros
primates de la prehistoria, con el relato creacional bíblico como separador
artificioso y racista de ambos mundos.
Así, la historia sería mera evolución, válida tanto en la época pre-humana
como en la humana.
La
Historia
virtual[25]
es la escuela historiográfica favorita del mundo anglosajón. Trata de
averiguar el qué hubiera pasado si otras circunstancias hubiesen ocurrido en el
pasado, y en qué sentido eso hubiese cambiado la historia.
Preanuncia su carácter de ficción, pero baraja el estudio de premisas
totalmente históricas, a la hora de asesorar a los centros de poder mundial
actual.
La
Historia de lo
actual[26]
es la historia del instante, tratando de aproximar socialmente la redacción y
los hechos tratados, y de acercar materialmente al historiador a los hechos
examinados. Trata también de explicar los acontecimientos políticos desde el
pasado más inmediato.
Se acerca a la investigación periodística, pero carece de análisis
histórico para poder analizar exhaustivamente una decisión tomada en el
pasado.
La
Historia
popular[27]
tuvo lugar en Inglaterra, con la intención de potenciar las visitas a lugares
históricos y el conocimiento de personajes y hechos históricos. Se trata de
llevar a la pantalla, videojuegos, best sellers… celebridades antiguas, sin análisis
rigurosos en los contenidos, y cayendo casi siempre en tópicos de amateurs.
La
Memoria histórica[28]
trata de revisar la historia escrita, obedeciendo a un concreto concepto:
-de
identidad,
-de
herencia cultural,
-de
dominio de la masa popular,
-de
dar voz a las olvidadas víctimas.
Ha tenido una evolución muy diversa en cada país concreto, tanto en
Inglaterra[29],
Alemania[30],
Francia[31],
Italia[32],
Rusia[33],
Polonia[34]
y España[35].
La
Nueva historia
política[36]
cogió fuerza a la caída del Muro de Berlín. Intenta integrar lo personal
dentro de lo social, y lo subjetivo con la dimensión espacio-temporal, abriendo
así nuevas categorías al clásico historiador.
Complementa a los grandes personajes de la historia con los colectivos
que los rodearon, las grandes batallas con los fenómenos sociales, los grandes
gobiernos con las estructuras existentes. Pero sin demostrar los nexos de unión,
la evolución de ambos.
Propuso, para solventar los problemas de unión, el estudio de la
prosopografía:
-de
cada persona en su red de vínculos,
-de
cada grupo según su comportamiento.
La
Nueva historia
cultural[37]
consiste en una historia de las mentalidades, que va penetrando en la forma de
pensar de las grandes superestructuras[38]
de las grandes etapas históricas[39].
Y de ahí va obteniendo temas secundarios[40].
Historiador británico, John
Russell Vincent (Londres
1937) fue profesor de Historia Moderna
en la Universidad de Bristol desde 1970, y columnista en los 80 del The Times
y The Sun
(hecho que le valió para que socialistas violentos irrumpieran en alguna de sus
clases en la universidad). A parte de su labor periodística, también ha escrito para muchas otras
publicaciones, como The New
Society, The New Statesman, The London
Review of Books, The Observer, The
Sunday Times y The Guardian.
En 1995 Oxford
University Press se negó a publicar una de sus obras sobre historiografía,
publicación que salió a la luz más tarde. En
dicha obra, An
Intelligent Person’s Guide to History (ed. Duckworth Overlook,
Londres 2006), Vincent señala que no podemos movernos exclusivamente
por las normas documentales más apreciadas por los historiadores modernos, sino
por el volumen de testimonio de los documentos originales.
Tiene
3 acepciones,
según John R. Vincent:
-arte
de escribir la historia[41],
-estudio
bibliográfico y crítico sobre la historia
En
cuanto al estudio de la historia, el pasado:
-no
es estudiable,
-se
puede conocer a través de diversos testimonios.
La historia, pues, consiste en el recogimiento que se hace de las evidencias que han sobrevivido[44].
Su número es muy pequeño respecto a las que fueron en su origen, y mucho menos
fue el número de las que se pusieron por escrito[45].
Luego la historia habla:
-de
una minoría minoritaria,
-de
unos pocos, en ciertos lugares, y en algún que otro momento
El análisis de la historia se debe
centrar en:
-el
estudio del pasado, y las teorías de cómo fue el pasado,
-el
pasado en sí mismo, y la teoría de cómo debe estudiarse el pasado.
Dos son las escuelas
históricas actuales:
-la
cristiana, que no explica nada, y siempre defiende el libre albedrío,
-la
marxista, que manipula siempre desde la vertiente económica.
Los datos que nos llegan hoy día, por tanto, y por medio de estas dos vías,
están condicionados por vía cristiana, o deformados por vía marxista. Luego
es necesario someter la historia a una crítica
historicista, contando con que:
-la
historia es masculina[47],
aristocrática[48],
religiosa, vieja[49],
climática[50],
-las
pautas no tienen por qué ser repetitivas,
-lo
que se dice tiene detrás siempre un conocimiento diferente al mío y al
resto.
La política también sirve para
entender la historia, como ciencia de los negocios humanos. Ahora bien, es
complejo hacer juicios sobre cada personaje, aunque esto debe hacerse y no es
imposible.
Hoy se tiende a hacer historia de lo
cotidiano, de la gente sin historia, con el deseo de ser recordada.
Es el papel importante que puede aportar la individualidad, frente al
colectivismo, que es el que siempre acaba imponiéndose.
Las causas no existen, dice Vincent, por principio histórico. Porque si
influyen, lo hacen de una manera tan:
-general,
que no dicen nada,
-particular,
que son únicas y no aplicables.
Las causas, pues:
-no
se pueden conocer,
-sólo
son circunstancias, y éstas particulares,
-pueden
ir en una dirección o en la contraria.
Luego la historia tiene que dar explicaciones,
que nunca se han de confundir con las causas. Para ello existen métodos de análisis
explicativos, y ha de tenerse en cuenta que:
-cada
situación histórica es única e irrepetible,
-lo
que llama la atención no es lo único que resuelve un problema.
Las fuentes han llegado siempre muy
parcializadas, y los datos que ofrecen siempre son parciales. Luego muy difícilmente
la historia puede llegar a ser imparcial.
Por otro lado, cada
historiador ve las cosas en parte[51],
desde la parcialidad[52],
desde lo cambiante[53],
desde un momento muy concreto[54].
Hoy en día:
-los
que se equivocan son los de arriba,
-se
quiere llevar el tipo de vida que se critica,
-cada
persona pertenece a un grupo buscador de verdades,
-cada
historiador está relacionado con su promoción académica, y de estas hay
miles,
-la
capacidad individual de hacer historia es mínima,
-se
pone el énfasis en contar la historia, y no en hacerla,
-se
aspira al prototipo de funcionario menor
Historiadora norteamericana, Gertrude
Himmelfarb (Brooklyn 1922)
fue miembro del
Council of Scholars de la Library of
Congress, del Council of Academic Advisors, del American
Enterprise Institute, y del Council del National
Endowment for the Humanities. Se casó en 1942
con Irving Kristol, padre del
neo-conservadurismo[56],
y su hermano, Milton Himmelfarb, fue
un destacado escritor sobre temas judíos.
Aunque se
le suele identificar como conservadora, en el Reino Unido es particularmente
admirada por el Labour Party, que la cita frecuentemente en sus discursos y
recomienda sus libros, por su amor a la
historia de las ideas y sus trabajos para la Universidad de Edimburgo.
Su obra
principal, The
New History and the Old, fue publicada en 1987 por la Universidad de
Harvard.
Himmelfarb trata el tema de los historiadores desde el campo
social, desde el campo de las diversas escuelas sociales[57].
La historia social, según Himmelfarb, rechaza hoy día las premisas de
la vieja historia por el solo hecho de ser política.
Ella critica, y dice que es bastante llamativo, el que ahora se quiera
considerar como un triunfo social cambiar el viejo núcleo central de la
historia, y que lo que antes fue nuclear ahora se quiera ver como periférico.
Además, así no puede haber entendimiento entre la historia
antigua y la historia moderna, entre lo que fue y lo que ahora quiere
el historiador que sea. Dos puntos son antagónicos aquí:
-el
historiador moderno, que no acepta la capitalidad de la política en la
historia,
-el
historiador viejo, que se niega a reconocer la superioridad del hombre como
animal social.
Esta nueva historia[58]
estaría tendiendo hoy en día, según Himmelfarb:
-a
lo analítico, y no a lo narrativo,
-al
movimiento cambiante-dinámico de la historia, dando cabida a la historia ficción.
Se trata, a modo de ver de la escritora, de una nueva
falacia inventada por el movimiento whig,
buscando hacia atrás lo que ellos valoran del presente. Falacia que va más allá,
incluso, que el marxismo[59].
Sin embargo, el punto débil de esta nueva historia social estaría en el
concepto de infraestructuras,
pues:
-el
nuevo historiador social no puede llegar a explicar cómo eran las
infraestructuras del pasado,
-el
viejo historiador político sí puede explicar cómo fueron esas
infraestructuras.
La historia social acaba, pues:
-no
viendo reflejada su visión en las fuentes, y no pudiendo dar pruebas a sus hipótesis,
-creando
elitismos
-devaluando
la historia, al trivializar o sobrevalorar cosas que no se trivializaban ni
sobrevaloraban en su época.
Es el segundo campo que aborda Gertrude Himmelfarb, haciendo hincapié en
las dificultades de la nueva historia
para cuantificar cosas que son cuantificables[61]
o no cuantificables[62],
tanto en sociedades iguales como distintas.
Hay que mostrar los hechos, apunta Himmelfarb, pero no
ser protagonistas de la historia[63].
Es aquí donde el colectivo
marxista[64]
no separa sus ideas a la hora de hacer historia, al no querer ver que los
campesinos -por ejemplo- no tenían su misma conciencia de clase[65]
a la hora de llevar a cabo sus revueltas sociales.
Además, los marxistas tratan de dar explicaciones propias a asuntos
ajenos, al decir que los fracasos de los rebeldes primitivos se debían a que no
tenían estructuras políticas detrás[66].
Eso consiste en hacer historia por otros medios, no por los historicistas.
Se dice que cinco son las principales escuelas
de análisis historiográficos de la actualidad, la francesa[67],
italiana[68],
anglosajona[69],
alemana[70]
e hispana[71].
Existen otros intentos de análisis
serios históricos actuales, como los de:
-Karl
Popper y su revisión de falseamientos históricos[72],
-Arnold
Toynbee y su historia de las civilizaciones
Existe,
así mismo, otra serie de análisis
transversales, como los de:
-Edward
Carr y su historia marxista[74].
Y
otra serie de análisis
excéntricos, como los de:
-Francis
Fukuyama y su extinción de la historia[75],
-Martin
Allen y su mixtificación falsa de la historia
Manuel
Arnaldos
Mercabá,
diócesis de Cartagena-Murcia
más
información
Diccionario
Mercabá de Arqueología
Indice
general de Enciclopedia Mercabá de Historia
________
[1]
Eso sí, con 3 aspectos que hoy se consideran indispensables para que todo
historiador pueda convertirse en dictaminador de ese tiempo histórico:
-tener
como oficio y profesión la historia,
-dar
a conocer a todos su proceso formativo y ambiente socio-profesional,
-estar
al servicio de la universalización de los fenómenos históricos.
[2]
Bajo el pretexto de salvar así a la Historia, y permitirle practicar
un sano historicismo.
[3]
Eso sí, tras haberse quedado despojado de toda cualidad universal, general,
ideológica, teológica, filosófica… Se trata, en boca de C. NOICA, de
esa “luz fría” ilustrada que fue despojándose de todo concepto
universal.
[4]
No estando ninguna de ambas fuentes exenta de subjetividad, ni
tampoco de cobijar valiosísimas informaciones. Lo que amplía el abanico de
material a disposición del historiador, siempre y cuando no las difumine,
sino que las complemente mediante una visión integradora.
[5]
Dando la vuelta a la moneda actual. Pues si la historia actual está siendo
construida sobre unos propósitos, la historia futura podrá ser construida
de acuerdo a otros propósitos.
[6]
Como se ve en el caso de la Guerra Fría, que dividió las fronteras de
Serbia y Croacia recurriendo a la lejanísima frontera entre el Imperio
romano oriental y el Imperio romano occidental.
[7]
Como se ve en el caso de la Europa actual, que viene siendo coincidente
desde el Renacimiento.
[8]
Como se ve en el caso de las 3 Revoluciones industriales:
-la
I Revolución industrial, con su invento (máquina de vapor), fuente
(carbón) y aplicación (comunicaciones);
-la
II Revolución industrial, con su invento (electricidad), fuente (petróleo)
y aplicación (automoción);
-la
III Revolución industrial, con su invento (microchip), fuente (atómica)
y aplicación (informática).
[9]
Los que todavía no están en archivos.
[10]
Lo investigado.
[11]
Que no me sale, porque falta algún dato.
[12]
Que no sean contradictorios.
[13]
Dudar de las personas antes que de la realidad.
[14]
No oportunos.
[15]
Explicar un hecho como si hubiese sido de otra manera.
[16]
De historiadores que se venden.
[17]
Hechos realizados para hacer sólo ruido, sin nada detrás.
[18]
Considerar un hecho como si tuviera presente.
[19]
Grupos inventados para que sean sujetos de la historia (como el comunista
“clase obrera”, el yanqui “choque de civilizaciones”…).
[20]
Según las consecuencias hayan sido contrarias a lo que se pretendía, o no.
[21]
cf. GOODY, J; The Theft of History, ed. Cambridge
University Press, New York 2006 (como prototipo de historia global, al igual
que BRAUDEL y NORBERT ELIAS).
[22]
cf. VV.AA; Radical History Review, ed. Duke
University Press, Durham 2011 (como prototipo de historia de las minorías).
[23]
cf. MILLET, K; Política sexual,
1969; GREER, G; The Female Eunuco,
1970; FIRESTONE, S; La dialéctica del
sexo, 1970 (como prototipos de historia de género).
[24]
cf. GAMBLE, C; Origins and Revolution: Human Identity in Earliest Prehistory, ed.
Cambridge University Press, New York 2007; SAMAIL, D; On Deep History and the Brain, ed.
University
of California, Berkeley 2008 (como prototipos de historia profunda).
[25]
cf. FERGUSON, N; Virtual History: Alternatives and Counterfactuals, ed. Picador,
Londres 1997 (como prototipo de historia virtual).
[26]
cf.
LACOUTURE, J; “La storia inmediata”, ed. LE
GOFF, J; La nuova storia (como
prototipo de historia de lo actual).
[27]
cf. SAMUEL, R; Theatres of Memory, ed. Verso, Londres 1994; DAVIES, M; Historics:
Why History Dominates Contemporary Society, ed. Routledge, Londres 2006;
HARLAN, D; “The Burden of History Forty Years Later”, en ANKERSMITH, E; Refiguring
Hayden White, ed. California
University Press, Stanford 2009 (como prototipos de historia popular).
[28]
cf. NORA, P; Le lieux de memoire, ed. Gallimard, París 1984;
ROMERO
SAMPER, M; “Memorias cruzadas. España y Polonia, 1939-1945”, en BIAGINI,
A; Un intellettuale polaco sulle
strade d’Europa. Studi
in onore di Jan Wladislaw Wos,
ed. Nuova Cultura, Roma 2010; LEBOW, R. N; KANSTEINER, W; FOGU, C; The
Politics of Memory in Postwar Europe, ed. Duke
University Press, Durham 2006; LEE KLEIN, K; “On the Emergence of Memory
in Historical Discourse”, en From
History to Theory (como prototipos de memoria histórica).
[29]
Donde viene a aplicarse a todos los hechos populares de la historia
inglesa.
[30]
Donde viene a aplicarse al Holocausto de la II Guerra Mundial, bombardeos
aliados, división de Alemania y Caída del Muro de Berlín.
[31]
Donde viene a aplicarse a casi todos los ámbitos de su historia (época
gala de oposición a Roma…).
[32]
Donde viene a aplicarse a los bandos partisanos rojos y blancos italianos,
durante la II Guerra Mundial.
[33]
Donde viene a aplicarse a los horrores del stalinismo, y desclasificación
de archivos secretos soviéticos.
[34]
Donde viene a aplicarse al antisemitismo polaco no confesado durante
la II Guerra Mundial, y a la dominación soviética y sus matanzas.
[35]
Donde viene a aplicarse a las víctimas republicanas de la Guerra
Civil.
[36]
cf. GUERRA, F. X (como prototipo de nueva historia política).
[37]
cf. ARIES, P; “Storia delle mentalitá”, en LE GOFF, J; La
nuova storia; SERNA, J; PONS, A; La
historia cultural: autores, obras y lugares, ed. Akal, Madrid 2005;
SIRVAN, E; “La historia de la cultura: la superación de lo
cuantitativo”, en New History,
Nouvelle Histoire; LLERA, L; “De las generaciones a las tendencias:
una propuesta de historia cultural neo-ortegiana”, en New
History, Nouvelle Histoire (como prototipos de nueva historia cultural).
[38]
Religión, economía, familia, cultura, trabajo…
[39]
Sobre todo de la Edad Media, cuyos gastos superfluos en fiestas dio
origen a los estudios de esta escuela historiográfica.
[40]
Como la alimentación, sociabilidad, enfermedad, delincuencia, piedad
popular…
[41]
Como virtud, disposición y habilidad para hacerlo bien, a lo que
habría que sumar el conjunto de reglas y preceptos necesarios para hacerlo
mejor.
[42]
Sobre sus fuentes y autores, que han ido tratando esta materia. Es el
campo donde entra la historia como sujeto, las divergencias entre escuelas,
y la parte más filosófica de la historia.
[43]
A nivel escueto y sintetizado.
[44]
Pues las evidencias que no han sobrevivido no son evidencias.
[45]
Pues eso suponía saber escribir y leer, y el nivel de analfabetismo era
brutal en la antigüedad.
[46]
Que, además, han sido archivados por escrito, y estos archivos han
perdurado con el paso lejanísimo del tiempo. Un libro quemado, por ejemplo,
perdido está, y su historia perdida está.
[47]
Pues las mujeres que han intervenido en historia lo han hecho por
hacer cosas de hombres (en Egipto, por ejemplo, a una faraona se la pintaba como
a un hombre). También la memoria familiar es masculina, sobre recuerdos o
profesiones de abuelos y padres.
[48]
Pues los perdedores nunca han escrito la historia de los que han
vencido, sino que la han escrito los vencedores (en el alzamiento irlandés
de 1798, por ejemplo, sólo hay 100 documentos rebeldes de los 100.000
documentos totales sobre los hechos). Además, también es importante el
disponer de espacio para conservar los papeles, y los pobres no suelen
disponer de este privilegio.
[49]
Pues la juventud, salvo excepciones como ALEJANDRO MAGNO, tampoco ha
tenido salidas ni cabida perdurable en la historia.
[50]
Ya que juega mucho más papel en la historia el odio que el amor, y la
curiosidad que la inteligencia.
[51]
Hoy en día desde el status de
funcionario de la hacienda pública, en la Edad Media desde la eclesialidad,
en la Edad Clásica desde la crónica imperial…
[52]
Pues todos ellos buscan, desde TITO LIVIO en adelante, justificarse antes de
nada para ponerse a hablar de historia.
[53]
La sociología apunta, por ejemplo, que los historiadores que nacen siendo
heterogéneos, acaban siendo todos académicos monopolizados.
[54]
Dependiendo de si ese día el historiador ha tenido una vivencia u
otra contraria, de si su concentración ha sido mayor o menor, de si se ha
dedicado ese día a una profesión o a otra, de si recibe sueldo a cambio y
lucha por un estado fuerte o al revés…
[55]
Un diputado comunista tiene más relación, por ejemplo, con un diputado que
no es comunista que con un comunista que no es diputado.
[56]
Grupo de los que ahora se habían hecho conservadores, pero antes no lo
eran.
[57]
De ahí que JACQUES TILLY hable jocosamente de HIMMELFARB y de su Old
Old Social History, en contraste con lo que debía ser una Old
New Social History.
[58]
Fundada por PIERRE NORA y JACQUES LE GOFF en 1973, como 3ª generación de
la francesa Escuela de Annales.
[59]
Pues la historia social marxista acabó convirtiéndose en epifonoménica y
en superestructura, contrariamente a lo que defiende la nueva escuela
social, que es no crear estructura política alguna.
[60]
Al ponerse ellos, historiadores sociales modernos, por encima de lo que decían
los historiadores de la época.
[61]
Toneladas de trigo, número de libros…
[62]
Violencia, evolución, esclavitud…
[63]
Aludiendo a los historiadores que rechazan todo lo anterior y validan
sólo lo suyo; o a aquellos que se ponen por encima de los hechos,
sobrevalorándolos u omitiéndolos.
[64]
Aludiendo a HILL, THOMPSON, ROUDE, HOBSWAWM…
[65]
La de ENGELS, claro.
[66]
Sin darse cuenta, por ejemplo, de que los brigantes
napolitanos que se opusieron a NAPOLEON llegaron a convertirse en el
prototipo de ciudadanos, o de que los rebeldes españoles que se opusieron a
Napoleón tenían detrás una entera estructura política… España.
[67]
Conocida como Escuela de Annales, fundada en 1928 por LUCIEN FEBVRE y MARC
BLOCH en torno a la revista Annales
d’histoire economique et sociale y la necesidad de incorporar nuevas
disciplinas al estudio de la historia (sociología, psicología…). Pasa a
ser aquí el historiador el sujeto de la historia, y el que tiene que
construirla más allá de los meros hechos (intentando explicar los procesos
de larga duración). Participan de esta corriente BRAUDEL, DUBY, LE ROY,
GOUBERT...
[68]
Conocida como Escuela Storici, fundada en 1980 por GIOVANNI LEVI y
CARLO GINZBURG en torno a la revista Quaderni
Storici y la necesidad de desarrollar una microhistoria de los hechos
históricos. Participan de esta corriente CIPOLLA...
[69]
De novedosos enfoques metodológicos, tanto cuantitativos (Nueva Historia
Económica…) cuanto cualitativos (de un solo hecho en todo su número de
variables, protocolos y alcances). Participan de esta corriente, cada uno
con su propia óptica, ELIADE y su historia de las religiones, WALLERSTEIN y
su historia económica, CREIGTHON y su historia etnográfica, TRIGGER y su
historia arqueológica...
[70]
De gran introspección frente al papel propio adoptado en la historia, y con
la novedad de integrar en sus análisis y conclusiones a historiadores de
muy distintas ideologías. Participan de esta corriente HABERMAS, NOLTE,
BRACHER, HANS-ULRICH WEHLER...
[71]
Sobre el atractivo de la enorme materia prima documental de los
archivos españoles y americanos, así como los vaivenes y enorme cobertura
y alcance geográfico. Participan de esta corriente
LEGENDRE, PEREZ, PARKER, GIBSON, PRESTON, ELLIOTT, LYNCH...
[72]
Historiador
austriaco KARL RAIMUND POPPER (Viena 1902-Londres 1994) fue profesor del
London School of Economics and Political Science, matemático y judío, y
perteneció al Circulo de Viena hasta su disolución con la llegada del
partido nazi. Logró entonces exiliarse en Nueva Zelanda, tras intentar en
vano emigrar a Estados Unidos y Gran Bretaña. Tras la guerra, marchó a
Inglaterra y allí ejerció de profesor y consejero político y económico,
hasta 1969 en que decide retirarse de la vida pública. POPPER fue recordado
por defender una sociedad abierta frente a los sistemas totalitarios, tales
como el comunismo y el nacionalsocialismo.
En
su obra más conocida, Sociedad
abierta y sus enemigos, POPPER indaga en la historia de la filosofía
para trazar:
-los
orígenes del totalitarismo, que había desembocado en la guerra,
-la
radical crisis del pensamiento occidental.
Es
notable que, desde sus primeras páginas, POPPER aborde el problema del
optimismo respecto a la naturaleza humana, afirmando que el pensamiento
totalitario y la destrucción asociada a él nacen del empeño sincero de
los hombres en mejorar su condición. En concreto, POPPER otorga al
comunismo un sincero interés en mejorar las condiciones de las clases
humildes, pero duda de su interpretación del pensamiento político en la
historia, y menos basada en la confrontación entre dos escuelas-visiones
del mundo:
-una
reaccionaria, que añora una comunidad cerrada y perfecta, heredera de
la tribu,
-otra
racional y crítica, que reconoce la limitación del conocimiento
humano.
En
Miseria del historicismo, POPPER
se dedica a atacar al fascismo, superstición en la que muchos cayeron para
querer cambiar el destino histórico. Y es que no se puede hablar, dice el
autor, de predicción del curso de la historia humana, y menos por medios
científicos o racionales. El historicismo, por tanto, no da fruto ninguno,
pues:
-el
curso de la historia está fuertemente influido por el crecimiento de los
acontecimientos humanos,
-no
existe una ciencia de la naturaleza humana, ni tampoco una ciencia de la
historia,
-no
existe una teoría científica que mida el grado de predicción histórica,
-no
podemos predecir el crecimiento futuro de los conocimientos científicos,
-no
podemos predecir el futuro de la historia humana.
[73]
Historiador
británico,
ARNOLD JOSEPH TOYNBEE (Londres 1889-Londres 1975) fue profesor en la
Universidad de Oxford, especialista en filosofía de la historia, y el mayor
de los historiadores del s. XX. Fue el padre de la Teoría Cíclica de las
Civilizaciones, según la cual las civilizaciones son el resultado de la
respuesta de un grupo humano a los desafíos que sufre, ya sean naturales o
sociales.
Autor
prolífico y miembro del Foreign Office, escribió una ingente cantidad de
obras. Su obra más reconocida e influyente fue A Study of History,
doce volúmenes escritos entre 1934 y 1961, donde describe y aplica su
concepto y desarrollo de civilización. De acuerdo con esta teoría, una
civilización crece y prospera cuando su respuesta a los desafíos tiene éxito,
y decae cuando ha sido impotente para enfrentarse a ellos. Y estando en
lucha, es de gran importancia el factor religioso.
TOYNBEE
defiende la evolución de las civilizaciones sin determinismo:
-negando
que éstas deban perecer necesariamente,
-reconociendo
los procesos de decadencia que se introducen en cada civilización,
-defendiendo
que cualquier civilización, incluida la occidental, es capaz de escapar a
cualquier proceso decadente.
[74]
Historiador
británico, EDWARD
HALLET CARR
(Londres 1892-Londres 1982) fue feroz oponente del empirismo dentro de la
historiografía,
definiendo la historia como un proceso continuo de
interacción entre el historiador y sus hechos, un diálogo sin fin entre el
presente y el pasado. De
1916 a 1936 sirvió en el Foreign Office de Inglaterra, y fue parte de la
delegación británica en la Conferencia de Paz de París. Después de ser
enviado como diplomático en Riga, aumentó CARR su fascinación por
la literatura y cultura rusa, escribiendo varias obras sobre aspectos
diversos de la vida de Rusia.
En
su Historia de la Unión Soviética,
escrita desde el punto liberal de izquierdas, CARR trató de ofrecer un método
historiográfico al comunismo. CARR plantea que el hecho histórico no es
recibido de manera pasiva por el historiador, y que éste hace una selección
de los hechos que quiere. Defiende, así mismo, que la consolidación de un
hecho histórico depende de la aceptación que le den los historiadores. No
hay que recoger todos los datos, afirma CARR, sino descubrir aquellos que
sean relevantes, y convertirlos en hechos históricos. Los datos que nos
llegan, además, están fragmentados. Luego la selección que se haga no
tiene por qué ser perfecta. Toda historia debe ser historia contemporánea,
y si se ve el pasado es a los ojos del presente, y a la luz de los problemas
de ahora. Así, la tarea del historiador es la de valorar, y no sólo la de
seleccionar datos.
En
El historiador en los hechos
platea CARR la interrelación hechos-historiador, concluyendo que:
-los
hechos nunca han llegado en estado puro, sino a través de los ojos del
historiador,
-el
historiador debe comprender imaginativamente las mentes del pasado,
-sólo
podemos captar y comprender el pasado, si hemos antes dominado el pasado,
-no
todas las interpretaciones son iguales, ya que hay propósitos detrás de
ellas,
-los
hechos no tienen dueño, y menos aún pertenecen al historiador.
En
La Sociedad y el individuo
responde CARR a cuál es el objeto del historiador, concluyendo que:
-el
hombre importa,
-los
millones de personas son individuos,
-la
comprensión del pasado ayuda al presente, y a dominar éste,
-no
puede hacerse caso a las declaraciones de los protagonistas, sino al
conjunto,
-hay
que modelar las fuerzas que crean la historia.
En
Historia, ciencia y moralidad
viene a defender CARR la historia como ciencia. Los científicos enuncian
leyes a través de la formulación de hipótesis, y luego las corroboran en
sus experimentos. Así deberían hacer los historiadores: formular leyes
generales, y luego corroborarlas en sus experimentos. Pero para que la
historia sea ciencia matemática habría que:
-no
estudiar sólo lo particular, sino elevarlo a la categoría de lo general,
-ocuparse
en dar relación a lo único con lo general,
-introducir
la sociología como herramienta auxiliar.
También
debería la historia, para ser ciencia:
-enseñar
algo, como puede ser el dar voz a los vencidos…
-tratar
de pronosticar, mediante la descripción de contextos…
-ser
objetiva, e impedir que el hombre esté siempre mirándose a sí mismo,
-solventar
los problemas de religión y moralidad.
Conseguir
esto supone unos costes, como sucedió en la Revolución Industrial. Pero
tiene que ser así, pues la historia es algo en movimiento, que no puede
obviar las comparaciones. Como conclusión:
-la
historia puede considerarse como una ciencia, sin diferencias respecto a las
demás,
-el
rechazo a esta visión viene de los filósofos de las humanidades,
-la
historia debe ser cada vez más exigente consigo misma, para comprender y
dominar el ambiente humano.
En
Causación en la historia plantea
CARR que los historiadores deben buscar las causas de los hechos que narran,
establecer una jerarquía de causas, y poner por encima de todas a la causa
racional. Aquí surgen dos obstáculos:
-el
determinismo en la historia, o “perversidad” de HEGEL,
-el
azar en la historia, o “nariz” de CLEOPATRA.
En
Historia como progreso dice Carr
que, en la Antigüedad, las visiones proféticas de un mundo mejor consistían
en volver al pasado glorioso. De ahí que su decadencia viniera “de no
tener ya sirvientes que les lavasen la vajilla, y tener que lavársela ellos
solos; porque los sirvientes eran ya otra cosa, o porque lo que era
decadencia para unos, no lo era para otros”.
La
historia, pues, es progreso, ayudada por las técnicas que se van
adquiriendo, y aún con sus normales altibajos. Y aunque el hombre no sea
perfecto, ni el futuro paradisíaco, este progreso tiene que ser ilimitado.
La
objetividad debe estar en el futuro, pues sólo ella será la que interprete
el presente. Y así debe ir siendo interpretado el presente, según éste se
va desplazando hacia el progreso. Esto se ve:
-por
el triunfo de algo, que se ha impuesto y pasa a ser lo correcto,
-por
el consenso, como el de hace 200 años y por el que todos tienden hoy en
día.
En
Un horizonte deseable propone CARR
propuso la síntesis de:
-la
teoría, de modelos económicos y técnicos,
-la
dialéctica, que debe seguir el pensamiento,
-la
acción, en forma de lucha de clases.
CARR pensaba que esto podía llevarlo a cabo el proletariado, y
plasmarse así la verdadera sociedad sin conciencia de clases. Pero para
ello se necesitaba la ayuda de la historia, con los historiadores
convertidos en auténticos agentes sociales. Pues, a pesar de lo que digan
los conservadores, “el mundo se mueve”.
[75]
Politólogo
norteamericano, FRANCIS
YOSHIHIRO FUKUYAMA (Chicago 1952) y mejor conocido por su libro El
fin de la historia y del último hombre-1992, argumentó que la difusión
mundial de las democracias liberales pueden señalar el punto final de la
evolución socio-cultural de la humanidad, y convertirse en la forma final
de gobierno humano.
Sostiene
FUKUYAMA que la progresión de la historia humana es una lucha entre ideologías,
y predice el triunfo final mundial del liberalismo político y económico.
Ha
escrito también FUKUYAMA sobre la
creación de la prosperidad y del
futuro post-humano, todo ello como consecuencia de la revolución biotecnológica.
Argumenta para ello que, dado que la biotecnología cada vez permite
a los humanos controlar su propia evolución, puede permitir también a los
humanos alterar su propia naturaleza humana. Uno de sus más esperados
resultados pudiera ser el terminar con la desigualdad radical.
Se
trata, FUKUYAMA, de un enemigo del clásico humanismo, que hoy día encabeza
un movimiento intelectual que afirma la post-humanidad. Así, habría que
analizar las perturbaciones actuales que las tradiciones morales han ido
trayendo, y cambiarlas mediante la información, en nuevas normas y reglas
sociales.
[76] Se trata de un tipo de historia alejada del consenso, campo central de trabajo y alcance crítico histórico. Muchas veces ha sido forjada en base a documentación primaria falseada (como los Protocolos de los sabios de Sión), secundaria estrafalaria (como los Plomos del Sacromonte) e incluso terciaria inventada (como el Diario de Hitler de ROPER).
Así,
sus consecuencias:
-distan
bastante de la realidad histórica (como la de afirmar que el almirante
chino ZHENG HE fue el descubridor de América),
-niegan
la verdad histórica (como la negación del Holocausto que hoy el mundo
musulmán trata de defender),
-trastocan
los sucesos históricos (como los que afirman que la Guerra civil española
comenzó en octubre de 1934).
Participan
de esta corriente muchos sujetos como DAN BROWN y su Código Da Vinci… Pero el personaje más destacado de este tipo de
corriente historicista es, sin duda, MARTIN ALLEN y su Enigma Hess, en base a supuestos documentos británicos que
sustentaban toda una serie de conspiraciones durante la II Guerra Mundial.
Básicamente, trata ALLEN de realizar una profunda investigación de la operación que tramaron los servicios secretos ingleses para engañar a HITLER (cuyo acto final fue la llegada de HESS a Escocia). Esta arriesgada conspiración contribuyó a hacer que Hitler creyera inminente la paz con Inglaterra y lanzara la invasión de la Unión Soviética (opción que, finalmente, le haría perder la guerra).