FILOSOFÍA
ECLESIAL
c) Filosofía eclesial del s. III
c) Filosofía eclesial del s. IV
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Roma fue la heredera cultural de Grecia. Pero si los mismos griegos no
supieron continuar el saber enciclopédico de sus maestros[1],
menos podía
esperarse de los romanos. Además, Roma era un pueblo guerrero, político, práctico,
y no especulativo como lo fue Grecia.
Así pues, el Principado de Augusto (27 a.C-98 d.C)
prescindió casi por completo de las cuestiones especulativas, y conservó tan sólo las artes
liberales, dándole a la retórica y gramática un sentido jurista[2],
y a la arquitectura y escultura un sentido militar y civil[3].
En el campo de la filosofía, Roma copiaba como mucho las obras de los clásicos
griegos, y osciló entre el estoicismo y epicureísmo, arraigando la óptica
neo-platónica[4]
de Plotino[5].
En
educación utilizó la literatura, con analogías romanas sobre las obras de
la Antigüedad, y algunas introducciones de moralización
imperial.
En
el campo de la política, el emperador
Augusto se había atribuido los títulos de augustus (lit.
“consagrado por los augurios”), dueño del cosmos (dado por unanimidad
por el Senado), princeps (lit.
“primero de los ciudadanos”) y pontifects maximus (pontífice
religioso máximo).
En
el campo de la religión, la deificación (conversión en dios) del
emperador no impedía al pueblo sus cultos orientales, ancestrales o
indígenas, pero siempre por debajo de él, verdadero dios al que se
debía culto imperial, en todos los lugares y momentos de la vida imperial.
Así, nada religioso podía estar fuera del control e ideología del emperador.
a.1) Surgimiento del Cristianismo
Fue el origen de la definitiva y actual Iglesia. No obstante,
nació en Israel, fue fruto de la mentalidad judía del AT, e interactuó con el mundo
romano, a ambos introduciendo como doctrina:
-la
encarnación de Dios en un hombre, Jesucristo,
-la
necesidad salvífica universal de Jesucristo,
-la
difusión, en la cultura e historia del mundo, de Jesucristo resucitado.
Para el judaísmo, este conflicto y “herejía” fue total[6],
y para Roma un desafío intolerable[7].
Pues en ambos casos, no se trataba de una religión de un pueblo que se imponía
sobre otros pueblos, sino universal en cuanto a Dios, y concreta en la persona
de Jesucristo.
Pero no sólo la doctrina cristiana fue una osadía en pleno Imperio romano, y además poniendo en entredicho la religión judía. La misma estructura eclesial supuso también una auténtica variante en el seno imperial. Jerarquía vertical, lugares de enseñanza, reuniones secretas, servicio de comida a los pobres, economía en común, enterramientos mega-familiares, fluidez comunicativa… llegaron a crear un eficaz sistema de organización, familiar para la gente popular y difícil de ser derribada por las autoridades.
Vivió la sustitución del Principado de Augusto por el más duro Imperium de los Severos (98-211), sumiendo a Roma en la más sangrienta de las persecuciones contra el Cristianismo. Y es que la Iglesia denunciaba in praxis todo aquello que la dinastía militar de los Severos defendía, y esto era un ataque en toda regla contra el Imperio, que trataba de dotar de mayor vigor pagano a sus muy necesarias virtudes varoniles paganas, entradas ahora en cierta decadencia.
A nivel moral, el
paganismo imperial fue confundido en forma de
impiedad popular, y ésta empezó a extenderse desde las clases
senatoriales[8]
a las clases rurales[9].
A nivel militar, a la confusión de paganismo con impiedad siguió la infidelidad romana a los deberes cívicos, y a no querer morir por la patria. Lo que significaba empezar a dejar tocada al alma que ponía en pie de guerra a Roma[10]: la virtus militar romana.
A nivel familiar, el debilitado Imperio tuvo que ver cómo el Cristianismo le contradecía públicamente sus principios, no parando de propagar que:
-el esclavo[11]
ya no era “una cosa que habla” según la doctrina aristotélica, sino “mi
hermano”,
-el niño de 1-3 días de vida
-el hombre ya no podía repudiar
Por eso, el desenlace fue fatal. La persecución anti-cristiana del Imperio, coordinada a la perfección desde el Oriente al Occidente, fue brutal. 75.000 cristianos fueron asesinados, y el resto convertidos en parásitos sociales, declarados traidores de la patria, expulsados de sus trabajos, despojados de sus casas y posesiones, ridiculizados por sus paisanos en el circo...
b.1) Espíritu martirial: Ignacio de Antioquía
Consistió en el punto de inflexión clave en el nacimiento del Cristianismo, en el alma que llevó a la Iglesia a crecer en la adversidad, en la auténtica filosofía que movió la mente de los cristianos, en el verdadero elemento de unión de todas las estructuras cristianas en medio del Imperio.
En efecto, Ignacio, obispo de Antioquía de Siria, y condenado a las
fieras en su ancianidad (hacia el año 110, bajo Trajano), fue escribiendo
durante su viaje de cautiverio hacia Roma una serie de cartas (7 en total), en
las que el deseo de “alcanzar a Cristo, aunque sea bajo el pasto de las
fieras” es expresado con un vigor inigualable. Esa debía ser, a su juicio, la
única receta
y alma de la Cristiandad frente a los peligros doctrinales[14]
o al paganismo romano[15].
Se puede decir que, de fondo inspirador, San Ignacio espoleó a la
comunidad cristiana universal, e introdujo en su seno elementos totalmente mortíferos,
de cara a los que habían declarado al Cristianismo su enemistad. Fueron algunos
de estos elementos:
-el
ansia de alcanzar a Cristo[16],
-la
eucaristía
-la
autoridad arzobispal
-la
unidad doctrinal
Vivió casi un siglo de relativa paz
y tranquilidad imperial,
El encuentro entre cristianos y paganos helenos había
sido rápido desde los inicios, desde que el mismo
San Pablo lo impulsase en el sermón del Areópago de Atenas,
Todos los primeros escritos cristianos tuvieron semejanzas
(como la
lengua y el habla griegas),
c.1) Clemente Romano
Partió del orden cósmico para explicar el principio último
del Creador:
-sirviendo
de modelo para la vida,
-pacificando
la cooperación entre los hombres,
-recurriendo a
las Fabulas de Menenio Agripa y Fenicias de
Eurípides,
-con cierto trasfondo de cosmología estoica.
Continuó con el Cuerpo de Cristo para explicar el organigrama de la sociedad cristiana:
-mediante
la unidad de sus miembros,
-con
un determinado orden,
-con
un espíritu enteramente propio.
Trató de ejemplificar la autoridad
episcopal:
-poniendo
ejemplos seleccionados,
-mostrando
los ejemplos de la desobediencia,
-reconciliando
la lucha de facciones,
-aplicando
la elocuencia política.
Inauguró
la necesidad de disciplina
eclesial:
-como
un estado bien organizado,
-con
total supremacía de la Iglesia de Roma,
-limitando
el poder de las Iglesias locales,
-desde la experiencia política y ética social,
-con cierto trasfondo de moralidad estoica.
Introducía así, Clemente Romano, la paideia griega en la unidad de la
Iglesia, sobre todo las ideas de synkrasis y sympnoia,
c.2) Padres Apologistas
Defendieron al cristianismo ante su injusta persecución. Y lo hicieron ante una mayoría de población que todavía era pagana, y que veía como a los cristianos se les acusaba oficialmente de:
-canibalismo, por ingerir el cuerpo y sangre de Cristo,
-ateismo, por
negar los honores divinos al emperador.
Y lograron su propósito, teniendo para ello que penetrar
de cultura griega toda la tradición de la Iglesia,
Justino
no arrojó de sí la filosofía griega:
-tras
convertirse al cristianismo,
-interpretándola
cristianamente.
... empleando recursos
griegos:
-entablando
las bases intelectuales de la Iglesia,
-empleando
la dialéctica de discursos.
Filón
de Alejandría absorbió toda la tradición griega:
-usando
un rico vocabulario conceptual,
-en
sus medios literarios,
-para
probar sus puntos de vista cristianos.
... siendo así que eran antagónicas
Grecia y pensamiento judío:
-desde
el s. III a.C. en Alejandría,
-por
la idea del principio divino del mundo.
Y es que el filósofo, decían los padres apologistas, desde siempre se había interesado por Dios:
-pues
la religión filosófica existió en Grecia desde un principio,
-pues
los temas religiosos eran indispensables para las categorías griegas.
Y el cristiano debía también preocuparse por los temas
filosóficos, sobre todo de
la ética,
c.3) Padres Neoplatónicos
Aportaron al cristianismo grandes inteligencias, necesarias para completar su
expansión. Y lo hicieron sin
miedo a desarrollar una teología filosófica,
-por
la unidad final entre ellas: el humanismo,
-dándose
seguridad la una a la otra,
-recurriendo
la metafísica griega a la interpretación religiosa, y viceversa.
No obstante, se trataba de unos padres neoplatónicos que
anteponían la fe a la razón:
-distinguiendo
fe religiosa de filosofía racional,
-dando un carácter supra-racional a la fe
Y de unos padres neoplatónicos que añadían a la razón griega:
-el
factor personal, para aceptar lo que no se puede alcanzar,
-el
factor de la autoridad, como base de las relaciones personales.
c.4) Padres Alejandrinos
Se basaron en la revelación divina contenida
en la Biblia. Pero supieron introducirle el concepto de especulación,
Orígenes
de Alejandría
desarrolló toda una doctrina cristiana:
-con
el método filosófico,
-penetrando
las enseñanzas de Cristo,
-transformando
la teología a la manera griega.
... profundizando el estudio
de las Escrituras:
-mediante
el recurso alegórico,
-encontrando
sentidos secretos,
-sacando
verdades éticas del Antiguo Testamento.
... partiendo de los grandes
sistemas históricos:
-de
conceptos helénicos para todas las cosas,
-de
la literatura monográfica.
... haciendo hincapié en la
gnosis:
-frente
al maniqueísmo y mitraismo,
-distinguiendo
entre saber esotérico y exotérico,
-ofreciendo
el único misterio verdadero del mundo.
... anticipando cierta
literatura escolástica:
-empleando
la erudición griega,
-con
tono sobrio y racional,
-con
maneras del clasicismo estilístico,
-como
un maestro de la discusión filosófica.
Clemente
de Alejandría se encomió en el logos proteptico:
-como
camino a la felicidad,
-como
reconocimiento del fin de la vida humana,
-como
necesidad para adquirir el verdadero bien.
... adoptando un lenguaje
pretencioso y elaborado:
-con
carácter declamatorio,
-no
desdeñando el estilo retórico contemporáneo,
-argumentando
y no sermoneando,
-acercándose
con frecuencia a la poesía,
-con
ritmo no siempre agradable.
c.5) Padres Capadocios
Fueron los artífices de la reconciliación del Cristianismo con todas las ramas del saber humano, superando conflictos entre las propias filas y atrayendo a los paganos que se oponían racionalmente. Y supieron hacerlo plasmando en todos ellos la idea de la perfecta imagen de Dios en Cristo Jesús.
Gregorio
de Nazianzo compitió con los escritores paganos:
-con
enorme vitalidad y expresividad,
-fundando
una literatura cristiana plena,
-haciendo
renacer las antiguas formas griegas.
Basilio
de Goreme insistió en la creación de escuelas cristianas:
-implantando
medios de educación superior,
-incluyendo
la antigua poesía griega.
Gregorio
de Nisa basó la vida perfecta en la contemplación de Dios:
-no
en un mero conjunto de dogmas,
-y
en una perfecta unión con El.
... basándose en la voluntad
humana hacia el bien:
-siendo
todo mal pura ignorancia,
-en
esta vida y en la siguiente.
... formando las virtudes
cristianas según la educación platónica:
-según
la naturaleza de cada hombre,
-con
el debido adiestramiento,
-con
la ayuda divina.
... divulgando el clasicismo:
-como
maestro de retórica,
-empleando
el movimiento neo-ático del segundo movimiento sofista,
-con
un nuevo tipo de prosa rítmica acentuada, a la que sujetaba toda oración.
Estuvo influenciada por el inédito Cesaropapismo de Constantino (312-406), que decidió poner punto final al desangramiento cristiano de la Tetrarquía de Diocleciano, pero a cambio de convertir al emperador en el centro de lisonjas cristianas. En este sentido:
-el
Imperio cedía
la victoria al Cristianismo, pero ahora podía supervisarlo escrupulosamente;
-el emperador renunciaba
a recibir culto imperial, pero ahora debía ser recompensado por el Cristianismo.
En medio de un contexto de fuerte crisis imperial, ésa fue la estrategia
de Constantino, la utilización del Cristianismo, para lo que no dudó en:
-mentir,
utilizando los crismones cristianos y hablando de su agradecimiento a Cristo,
pero sin aceptar la sumisión al bautismo[21],
-utilizar
dinero público, para templos e inútiles suntuosidades, en medio de la
gigantesca crisis económica que azuzaba
Con estos tributos, Constantino ya podía inmiscuirse en cualquiera de
los asuntos eclesiales, a su antojo y sin escrúpulos de mayor o menor idoneidad[23].
Constantinopla, su imagen y semejanza, comenzaba su andadura cesaropapista
total, ramificando la Iglesia universal y minando la resistencia a la tentación
de los siguientes monarcas occidentales.
Aquella inocente apotheosis imperial de Augusto (haciéndose a sí mismo dios), quedaba ahora superada, pues, tras el cesaropapismo de Constantino (haciéndose a sí mismo papa).
d.1) Ciudad de Dios: Agustín de Cartago
Constituyó, sin duda alguna, la respuesta del mundo cristiano al
cesaropapismo imperial, el cénit del Cristianismo antiguo, la máxima recapitulación del pensamiento
humano antiguo, la magna y genial apología del gran San Agustín. Sus dos
ciudades, representación de los dos reinos, el de Dios[24]
y el del mundo-demonio[25],
vino a ser la reflexión política exterior
sobre la caída de Roma y el
nuevo poder de los bárbaros[26].
Conocidas son las dos partes de De
Civitate Dei:
-la
primera, en que se rechaza las acusaciones de los paganos contra la Iglesia,
y se ataca a fondo al paganismo;
-la
segunda, en la que surge la inevitable confrontación entre los “dos
reinos”, su origen, desarrollo y final. Todo terminara con su separación
final, pues hasta ahora coexisten mezclados en el transcurso de los siglos.
No obstante, resulta interesante ahondar en dos de las ideas que entran
en juego en De Civitate Dei: la exterior ciencia-sabiduría; el interiorismo-alma
humana.
En efecto, la distinción entre scientia
y
sapientia corresponde a dos
objetos distintos, reflejándose en su doble orden de realidades: ratio inferior
(ciencia) y ratio superior (sabiduría). La primera tendría por objeto el
conocimiento de las cosas mudables, y la segunda el de las eternas.
Por eso es peligroso invertir el orden de ambas, y la ciencia debe estar
subordinada a la sabiduría. Pues a la sabiduría se llega a través de la
meditación y contemplación, y a la ciencia sólo a través de lo que se ve y
siente. La primera lleva al bien supremo, y la segunda a la belleza sensible.
En cuanto al interior humano, el objeto
supremo que todo hombre desea es conocer el amor absoluto, y poder ser amado por
él. Pero para ello hay que desprender el alma del apego de las cosas
terrenales, y elevarla a las cosas absolutas. Esto se consigue entrando en uno
mismo, conociéndose a uno mismo, sin influencia de lo exterior. Es entonces
cuando dentro de sí, uno podrá encontrar lo absoluto, que es Dios y ser amado
por Dios.
Manuel
Arnaldos
Mercabá,
diócesis de Cartagena-Murcia
más
información
Diccionario
Mercabá de Arqueología
Indice
general de Enciclopedia Mercabá de Historia
[1]
cf. FRAILE, G; Historia de la filosofía.
Tomo
I: Grecia y Roma,
ed. BAC, Madrid 1990, p. 813.
[2] Según decía CICERON, máximo exponente de la cultura romana, y en frase recogida por GILSON, el hombre no es más que un “animal parlante”. Gran diferencia respecto a las ricas definiciones dadas por los clásicos griegos a la noción y función del hombre.
[3] No hay más que mirar en lo que quedaron las esculturas griegas (en copias en mármol de los originales en bronce, o en utilización oficial para la propaganda imperial), o las matemáticas arquitectónicas de los templos griegos (para uso de vías públicas, amurallamiento de ciudades, termas lúdicas, basílicas judiciales, teatros y anfiteatros de recreo).
[4]
La corriente filosófica que siguió estudiándose con más esmero entre las
clásicas griegas fue la de PLATON, tanto en Atenas, Pérgamo, Siria,
Capadocia, Alejandría… como en Roma (no obstante la escasa difusión
inicial de las Enneadas de PLOTINO,
cuyo neo-platonismo llegó a BOECIO vía PORFIRIO, y a SAN AGUSTIN a través
de vías todavía no del todo claras).
[5]
Natural de Lycopolis-Egipto (205-270), PLOTINO llegó a Roma tras participar
en la campaña contra los persas y aprender la sabiduría oriental. Abrió
aquí escuela, influyendo en PORFIRIO y en el mismo emperador GALIENO. Su
austeridad de costumbres y dulzura de trato le ganó simpatías en Roma,
proponiendo la apertura de escuelas platónicas y la creación de ciudades
estilo Platonópolis. Introdujo en la filosofía platónica otros elementos
traídos de PARMENIDES e incluso aristotélicos.
[6] La usurpación del título dado a Jesucristo de Adonai-mi Señor, respecto a ese Yahveh que los hebreos custodiaban como su emblema tribal, fue causa de revueltas incesantes en todos los lugares de la diáspora judía.
(cf. RODRIGUEZ DE LA PEÑA, A; Alta Edad Media, ed. SP-CEU, Madrid 2010, p. 6).
[7] La apropiación del título dado a Jesucristo de Theos-Júpiter-Dios, respecto a ese dios que los romanos custodiaban como su emblema capitolino más universal, fue una auténtica provocación del cristianismo allí donde predicaba su doctrina.
[8] Unos senadores que desde sus orígenes habían ido transmitiendo la auténtica virtus pagana, a forma de mos maiorum o costumbre de los mayores.
[9]
De hecho, los cristianos comienzan a llamar pagus-paganos
a los hombres del campo, pues las mayores inmoralidades se habían asentado
en la clase rural.
[10] cf. RODRIGUEZ DE LA PEÑA, A., op.cit., p. 7.
[11] Se dice que fue el cristianismo el autentico destruidor de la esclavitud, y el principal responsable de que en el año 1000 el porcentaje de esclavos en el mundo fuese del 1%, pues figuraba entre la lista de sus pecados penitenciarios. Cifra que, por otro lado, volvería a crecer con el tráfico negrero del colonialismo.
[12] Las aberraciones romanas, griegas y bárbaras eran continuas en este sentido, tirándose a la basura en Roma a los bebes no-deseados, ofreciéndose en sacrificio en Grecia a los deficientes, dejando los pueblos bárbaros en la estepa a los bebés que sobraban.
[13] Una de las medidas que introdujo la Iglesia fue la de no casar hasta los 18 años, pues Roma desposaba y casaba a niñas de 12-13 años, dejándolas en clara inferioridad respecto al entorno.
[14] Según SUMNEY, Ignacio de Antioquía salió al frente de la cuestión docetista de Esmirna (sincretismo griego de base dualista, que aspiraba a la salvación puramente espiritual del alma, y no de los cuerpos), y a los que cuestionaban la interpretación y autoridad del AT en Filadelfia.
(cf. SUMNEY, J.L; Those who “Ignorantly Deny Him”: The opponents of Ignatius of Antioch, Londres 1993, pp. 345-365).
Según CORWIN, Ignacio de Antioquía asumió el papel de representante del centro eclesial, influido por grupos judeocristianos esenios.
(cf. CORWIN, V; St. Ignatius and Christianity in Antioch, New Haven 1960)
[15] “Haceos los sordos cuando se os hable prescindiendo de Jesucristo perseguido, crucificado y muerto, a la vista de los moradores del cielo, de la tierra y del infierno. Del que también resucitó verdaderamente de los muertos, al haber sido alzado por el Padre. Igual que, de modo semejante, seremos alzados los que creemos en El”.
(cf. IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los Tralianos, 9, 2).
[16] “Dejadme ser pasto de las fieras, por medio de las cuales pueda yo alcanzar a Dios. Trigo soy de Dios que ha de ser molido por las fieras, para ser presentado como pan limpio de Cristo… Vengan sobre mí el fuego, trituraciones, torturas, sólo con que pueda alcanzar a Cristo”.
(cf. IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los Efesios, 5-6).
[17] “Poned empeño en reuniros más frecuentemente para celebrar la eucaristía, con la que queda destruido el poder de Satanás, y la fe se vuelve concordia entre vosotros. Pues uno solo es el cáliz que nos une, y uno solo nuestro altar”.
(cf. IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los de Filadelfia, 4).
[18] “Que nadie sin el obispo haga nada de lo que atañe a la Iglesia. Dondequiera que vaya el obispo, allí está Cristo, allí está la Iglesia universal, y acuda allí el pueblo… El que honra al obispo, es honrado por Dios”.
(cf. IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los de Esmirna, 8-9).
[19] “Os exhorto a que uséis sólo del alimento cristiano, y os abstengáis de toda hierba ajena, que es la herejía. Los herejes entretejen su propia condenación con sus propias especulaciones sobre Jesucristo”.
(cf. IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los Tralianos, 6).
[20] Trascendental fue la política de Tetrarquía de DIOCLECIANO, consistente en la existencia de 2 augustos y 2 césares en los nuevos 2 Imperios, el occidental y el oriental. Aunque en un principio no significó bicefalia imperial, con el tiempo acabó deviniendo en la existencia de 2 emperadores, uno occidental y otro oriental, a veces enfrentados.
(cf. BRAVO, G; Historial de la Roma Antigua, ed. Alianza, Madrid 2008, pp. 102-109).
[21]
Otro caso sería el de FILIPO EL ARABE (244-249), declarado abiertamente
cristiano, y a pesar de las consecuencias que originó (entre otras, la
posterior persecución de su sucesor, DECIO), por no decir ya las del
emperador TEODOSIO, que tuvo que hacer penitencia pública en Milán
durante 3 días, ante todo el mundo y por mandato de su obispo SAN AMBROSIO
DE MILAN, tras la matanza de 4.000 rebeldes en Tesalónica.
[22] En el ámbito económico, CONSTANTINO había tenido que introducir dos nuevas monedas en el mercado, el solidus de oro y el miliarense de plata, ambas con equivalencia de 1:72 libras. También tuvo que mantener severísimos impuestos sobre la clase curial, senatorial y comercial.
(cf. BRAVO, G, op.cit, p. 111).
[23] Como el de obligar a que un concilio ecuménico eclesial no estuviese presidido por el papa, ni por un obispo, ni siquiera por un bautizado, sino por él mismo, en el Concilio de Nicea-325; o el de cambiar la fiesta del nacimiento de Cristo, celebrada en Oriente el 6 enero, y que el trasladó al 25 diciembre, para coincidir con la fiesta del Sol invictus. Mención aparte sería también la aplicación que él se hizo a sí mismo de títulos impensables en una persona no megalómana, como los de “apóstol 13”, “obispo de los obispos”, “centinela de los centinelas”.
[24] La “sacra auctoritas” de la que hablara más adelante el papa SAN GELASIO.
(cf. GELASIO I, Epistola ad Anastasium Imperatorem, 494).
[25] La “regia potestas” de la que hablara más adelante el papa SAN GELASIO.
(cf. GELASIO I, op.cit, 494).
[26]
También mal interpretado por la Alta Edad Media, al identificar la
caída de Roma con la ciudad del mundo, y la ciudad de Dios con los nuevos
reinos germánicos, que tenían que construirse en base a un catálogo de
leyes cristianas (y no de mero espíritu cristiano, como pedirá el papa GREGORIO MAGNO).